Un nuevo día de colas para abastecerse de combustible vivieron los sancristobalenses este miércoles, cuando las bombas estuvieron una vez más resguardadas por funcionarios del Ejército y la Guardia Nacional y abarcaban varias cuadras, como sucedió en la bomba Zerpa, ubicada en la carrera 9 con calle 14, donde el último carro de la fila, a las diez de la mañana, llegaba a la altura del geriátrico Medarda Piñero, en la carrera 9 con calle 10.
Otra estación de servicio donde la cola era kilométrica, la de La Guacara, donde el señor Marcos indicó que llegó a hacer la cola “desde las siete de la mañana, bien arriba, la verdad es que no sé a qué se debe la cola” –y no precisó dónde, porque venía de Caracas con su familia-. Era un poco más de las diez de la mañana y estaba a punto de incorporarse a la prolongación de la Octava Avenida; según algunos, esa cola llegó a la altura de la Policlínica Táchira, aunque otros desmintieron y aseguraron que llegó al Círculo Militar.
En la bomba UVCA, Unidad Vecinal Compañía Anónima, Omar Mory dijo que llegó a hacer la cola a las seis de la mañana: “Di la vuelta por el barrio Las Flores para llegar a la Unidad Vecinal, ya tengo cuatro horas en cola y no sé qué pasa, pero aquí está la Guardia Nacional, veo a la Policía Municipal, a funcionarios de otros cuerpos de seguridad, y pasan carros, meten carros por aquí, esto es muy bravo”. Se refería una vez más a los “clientes VIP” que pagan más por pasar primero, a pesar de la presencia de los funcionarios de la ZODI.
Por su parte, un islero informó que la gandola llegó a las seis de la mañana. Sobre por qué tanta cola, respondió que “es la gente. Entre más cola haya, se meten a echar gasolina, tuvieron quince días sin cola y no echaban; y como se retardó un día la gandola, a todo el mundo le dio por echar gasolina, ahora dicen que por otras cosas, eso es mentira”.
Algunas estaciones de servicio como la Servicentro Mar, entre las avenidas Octava y 19 de Abril, frente al gimnasio cubierto Arminio Gutiérrez Castro, se mantuvieron cerradas y, según los isleros, “el viernes se acabó la gasolina, la gandola llegó el lunes y ese mismo día a las cuatro de la tarde se acabó. Desde entonces no tenemos gasolina, es decir, tres días, y venimos aquí a cumplir horario, pero la verdad es que no trabajamos”.
Cuando se les preguntó a qué se debía que no llegara la gandola, manifestaron: “Lo que les diga es mentira, lo que sí sé es que la del lunes la trajeron de Maracaibo, no de la planta de El Vigía, seguramente es porque se acabó allá”.
Mientras tanto, la gente sigue haciendo las colas, buscando dónde conseguir combustible, el cual al parecer llega a algunas estaciones de servicio, mientras que otras tienen varios días sin cómo abastecer los carros.
Marina Sandoval Villamizar