Liberan al joven cucuteño Andrés Patiño
24 de noviembre de 2024
Quienes pasan de lunes a viernes, sobre todo a primera hora de la mañana y hasta media mañana,por el Registro Principal, en la prolongación de la Quinta avenida de La Concordia, municipio San Cristóbal, siguen asombrados de ver las largas colas, que muchas veces continúan en la calle adyacente al ente.
La aglomeración es tal que pareciera una simple masa con ganas de protesta. No obstante, se trata de un grupo de ciudadanos que día a día se acerca a esas instalaciones a legalizar los documentos que considera necesarios, por si acaso tienen oportunidad de partir al exterior del país.
¿Qué demandan tanto allí? La respuesta inicial es hacer solicitudes, como el registro del título, para los planes de muchos jóvenes de emigrar del país con la esperanza de buscar un mejor futuro o como dijo Rosa Hernández, “para optar por un mejor trabajo y trabajar en la profesión en la que uno se graduó, y es mejor llevar los documentos apostillados, pero todo eso es un proceso aquí”.
“Invento diario”
Unos se quejan de las colas; otros ya saben que tienen que esperar. No obstante, todos coinciden en que lo más importante es ser atendidos, pues denunciaron que algunos llegan incluso al atardecer y amanecen, pero no lo logran, como Cheo Ruiz, quien -aseguró- llegó a las tres de la mañana y no le dieron número porque los entregaron hasta el 70 y a él le hubiese correspondido el 72.
“Este registro es un desorden, todos los días inventan algo, siempre dan 150 números. Hay gente que llega a las siete de la mañana y le dan número, aquí influye mucho el tráfico de influencias, los familiares, los gestores; ahora los pusieron para martes y jueves, eso es una falta de respeto, la Constitución dice que tenemos opción al trabajo honrado, honesto. La fotocopiadora no sirve, hay una sola en un registro que produce 6 millones de bolívares diarios, y a veces no hay tóner, hay que traer diez hojas; eso es una grosería, uno paga un impuesto, no tiene por qué estar trayendo hojas, material didáctico para solucionarles el problema a ellos. Estoy molesto, esto es una grosería y no hay quien le ponga coto” -dijo-.
Necesario que tomen medidas
Algunas personas, como Maura Francino, esperan que el Gobierno tome medidas sobre el registro, “porque esto es un desastre, da tristeza, es como si estuviéramos comprando harina, porque uno se cala una cola; estamos aquí desde las doce de la noche, son las nueve y cuarto y por lo menos deberían atender la necesidad que tiene uno; en mi caso, necesito sacar dos partidas de mi esposo y dos de mi hijo, y apenas puedo sacar una, no dos de una. Esto es un desastre, tenemos que volver varias veces, porque después viene el apostillado, la traducción, y así sucesivamente. Necesitamos los documentos para adquirir la nacionalidad europea, para tenerla, porque uno no sabe”.
Marley Pernía fue a legalizar su partida de nacimiento: “Después la apostillo, que es otro procedimiento, ojalá me atiendan porque llegué ahorita de Mérida y estoy levantada desde la una de la madrugada”.
Legalizar, “por si acaso”
En fin, es una multitud que va a hacer múltiples trámites, como Ramiro Peña, quien como colombiano le legaliza la partida de nacimiento a su hijo, que está trabajando en Bogotá, para que le den la nacionalidad; pero como dijo Gloria -quien no dio el apellido porque es funcionaria-, “es una odisea; en la “Cuarta República” llegaba uno y hacía sus diligencias, pero ahorita tiene que quedarse uno hasta que amanezca el otro día, a que ellos abran a las ocho y media y nos retiren la cédula, pero pasadas las nueve y todavía estamos aquí, esperando, recogen todas las cédulas y las reparten en tres lotes, y no siempre los que llegan primero son los que pasan; por eso se pone problemas arriba”.
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