Otro hecho violento en La Parada
22 de septiembre de 2024
Cada día que pasa aumentan las penurias de los pacientes oncológicos que habían encontrado en el Hospital Central una esperanza de vida.
Desde hace dos años está fuera de servicio el acelerador lineal, indispensable para poder cumplir los ciclos de radioterapia, cuyo magnetron se dañó y debido a su alto costo no lo han podido adquirir.
A esta situación ahora debe sumarse que hace unos días atrás, debido a la falta de seguridad, se robaron otros equipos, papelería, computadora; no obstante, su personal no se rinde y ofrece solo consultas a los pacientes que acuden en busca de un diagnóstico.
“Sus puertas están cerradas, desde hace días, porque los amigos de lo ajeno lo desmantelaron, no se llevaron las pilas que alimentan al acelerador lineal porque no sirven, entonces prefirieron dejarlas. El desanimo reina entre el personal, que además de los problemas de transporte, en oportunidades prefiere no asistir al trabajo, pues no es mucho lo que se puede hacer. Imagínese, ahora hay que asegurar la puerta con una cadena”, contó uno de los trabajadores.
Precisó que ya Lotería del Táchira luego de trasladar el equipo, es poca la atención que presta, nadie se preocupa por el acelerador lineal. El magnetron está dañado y adquirir uno nuevo cuesta muchos dólares, la gente conoce la situación y entonces hace diligencias para aplicarse la radioterapias en otros estados, entendiendo que el cáncer no espera, dijeron algunos de los que conocen de cerca la historia.
Solo están pasando consulta, dependiendo de cuando hayan pacientes; ahora con el problema del transporte se reprograma este tipo de atención. Si se tienen pacientes, el personal de servicio procura llegar temprano y pasan consulta. “Martes, miércoles y jueves son los días fuertes de consulta”.
En resumen el servicio está cada día peor. La soledad reina en este espacio, donde solo sobresale en la sala de espera la imagen de José Gregorio Hernández.
Antes daba un poco más de ambiente el hecho de que allí se colocaba la quimioterapia, tratamiento que ahora se cumple en el Hospital Oncológico. En el pasillo exterior, donde antes también esperaba un importante número de pacientes, está solo, apenas si aguardan pacientes citados en traumatología, los cuales también llegan temprano para poder ser atendidos los antes posible y así retornar en poco tiempo a la casa.
Las esperanzas de los pacientes oncológicos se agotan. Ya ni en el Hospital pueden cumplir los tratamientos y deben recurrir a otros estados, como Lara, donde se tiene entendido que, el equipo también se dañó; es decir, prácticamente la única opción que queda es irse a Caracas o bien viajar a Cúcuta donde es sumamente costosa cada sesión de radioterapia.
Nancy Porras
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