El mensaje del Obispo fue claro y contundente: “En este Domingo de Ramos celebramos la entrada triunfal de Cristo Rey a Jerusalén, y que la bendición de los ramos conmemora el reconocimiento de los israelitas al que venía en nombre del Señor, el Rey del Universo”.
Rodeado de feligreses que imploraban la bendición de su ramo proveniente del alto jerarca de la iglesia, al tiempo que aprovechaban a tomarse una selfie a su lado, precedió el acto litúrgico con una procesión, de la misma manera que Jesucristo se movilizaba por las calles de Jerusalén rodeado del clamor del triunfo. A ninguno Moronta negaba la bendición, y a lo lejos se veía gente corriendo para alcanzarlo antes de regresar a sus aposentos, mientras un contingente de la guardia nacional –uno que otro efectivo con su ramo en la mano- vigiló la procesión.
“Bendecimos los ramos porque nos recuerdan ese recibimiento de los israelitas, aclamándolo como el que venía en nombre del Señor, como el Amo del Universo. Reconozcamos que Jesucristo es el único, verdadero y eterno Rey de Reyes, y que esto tiene que influenciar en nuestra vida. La palma bendita recuerda que cada uno de nosotros es como un gran árbol que alaba y bendice al Señor y produce los frutos de su amor. Y por eso invitamos a la conversión es decir a la perseverancia en la vida de fe”, agregó Moronta.
También se refirió a la positiva respuesta del pueblo creyente a la celebración. “Este estado es un pueblo católico, y que consiente plenamente a que Cristo sea el centro de su existencia”, dijo.
Afirmó que la cosecha de los ramos antes de tener un impacto ecológico significativo; puede obrar a favor del medio ambiente, incluso muchos prefirieron traer plantas para ser bendecidas que serán sembradas en sus casas. (FOD)