Regional

Sorteando obstáculos, el transporte público se movilizaba durante la cuarentena rigurosa

10 de junio de 2020

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Unas tres unidades de las líneas que cubren rutas metropolitanas han estado trabajando esta semana, pese a las restricciones. (Foto/ Gustavo Delgado)

Pese a las limitaciones impuestas en las alcabalas de los funcionarios de seguridad estadales y nacionales, el transporte público se movilizaba por las principales vías de San Cristóbal y no en vano, por la importante cantidad de personas que por una u otra razón necesitaban trasladarse de un sitio a otro de la ciudad.

Ciertamente, muchas vías se vieron fuertemente obstaculizadas por los organismos de seguridad, obligando a cualquier vehículo a no pasar por ella o a esperar por unos minutos en cola; pero eso no fue óbice para que muchas líneas reinventaran las rutas, pues una gran cantidad de pasajeros en espera así lo ameritaba. Alrededor de tres unidades por empresa circulaban este martes, muy similar a la semana pasada, una semana supuestamente más flexible.

Al igual que lo hacía el transporte privado, los Transtáchira estaban en plena circulación dentro del perímetro urbano y hacia otros municipios. De ello daba fe la gran cantidad de personas que aguardaban en el centro, por tal vez la única unidad que los sacaría hacia sus poblaciones de destino, y no los condenaría a tal vez emprender el regreso a pie.

En una de esas paradas de esa línea en el centro de San Cristóbal estaba Yerley Zambrano, quien tenía por destino la ciudad de Colón, para de ahí partir hacia La Fría, donde su padre está en convalecencia luego de sufrir un ACV.

—Si es bueno que estén trabajando, pues siempre hay una emergencia que lo obliga a uno a trasladarse…y no pudo continuar pues tuvo que unirse a la marejada humana que se abalanzó a la unidad que ya estaba llegando, y de la cual no quería quedar afuera, pues por cuestiones sanitarias tenían un cupo limitado.

Además del inconveniente de trabajar en medio de la cuarentena, bajo el riesgo de no serle permitidas sus labores, Darwin Colmenares nos habló de la odisea que es ir y venir desde El Cucharo.

—Todos los días, junto a mi esposa, nos trasladamos desde El Cucharo, cuando no tengo gasolina en la moto. La buseta nos deja en la Redoma de la ULA y de ahí caminar 500 metros, hasta el final del Terminal de Pasajeros, donde debo tomar otra buseta para llegar a mi lugar de trabajo. Sin efectivo, en bolívares, estoy muchas veces obligado a pagar en pesos. De ida y venida estaría cancelando un total de 3 mil pesos diarios, y multiplícalo mensualmente por 20 días. Cuando estoy corto de dinero tengo que caminar bastante, y a veces he salido del trabajo tan tarde que 4 veces he regresado a pie a El Cucharo.

Freddy Omar Durán