La Corporación de Salud, a través de la División de Salud Ambiental, supervisa cinco mataderos industriales, 35 salas de matanza y 45 distribuidoras de alimentos en la zona fronteriza.

Este trabajo tiene como finalidad impulsar el cumplimiento de la ordenanza, integrados en la Mesa Multidisciplinaria de la Carne, explicó Miguel Prato, jefe del Departamento de Ingeniería Sanitaria, quien también informó que se hace un trabajo en conjunto con todas las empresas encargadas de la distribución de la carne y salas de deposte.

“La supervisión se hace en aras de que se cumpla la normativa para garantiza la trazabilidad y la calidad de los productos”, argumentó.

En tal sentido explicó que toda la cadena desde que el animal está en pie, hasta que logra llegar a un supermercado tiene varios escalones que deben cumplirse.

“Esto incluye las guías de buena salud, movilización entre otros parámetros que se verifican con los demás entes; entre ellos, el Ministerio Popular para la Agricultura Productiva y Tierras, Instituto Nacional de Salud Agrícola Integral, Zona Operativa de Defensa Integral, Superintendencia Nacional de Gestión Agroalimentaria y el Servicio Autónomo de Contraloría Sanitaria”, aseveró.

Justificó el inicio del abordaje de este trabajo en la frontera al amplio volumen de productos que se distribuyen y que ameritan control:

“Son varios los permisos que requieren los mataderos industriales, vinculados con la habitabilidad de la industria, el permiso operacional, pozos profundos y sistemas de tratamiento de aguas residuales, tomando como base la normativa venezolana 4044 en los municipios Junín, Ureña y García de Hevia”.

Se busca verificar el manejo de efluentes y aguas residuales, posterior a la faena “son puntos críticos como una parte que interactúa con el ambiente, sujetos a la calidad del producto y a un trabajo amigable con el entorno”.

Marco Tulio Díaz, del programa de Desechos Peligrosos y Especiales, expuso que además de hacer seguimiento y control, ofrecen acompañamiento en la ejecución de proyectos de mejoras, que involucra las tomas de muestra de agua potable y residual, dando además prioridad al control de plagas, concluyó. (Nancy Porras)