Regional
Tachirenses aprovechan al máximo la mañana para abastecerse y hacer llevadera la cuarentena
27 de marzo de 2020
Antes del mediodía, luego de lo cual las autoridades policiales y militares hacen más rigurosas las restricciones para la movilización de personas y vehículos en las vías públicas, los tachirenses aprovechan el tiempo al máximo para realizar sus compras y otras gestiones que permitan hacer más llevadera la cuarentena.
Calles solitarias pero animadas por los sonidos que salen de los hogares, vengan estos de equipos de sonidos, computadoras y televisores, que permiten un rato de entretenimiento pero también de información para enterarse que la pandemia no es ningún juego, y que del cuidado de que cada familia tenga depende de que las medidas hasta ahora tomadas tengan éxito.
El transeúnte con su tapaboca y su bolsa bien cargada de productos se ha convertido en el símbolo de la emergencia sanitaria, mientras que cada día que pasa ha reducido su presencia, aunque esto no será absoluto, pues alguien tiene que salir a buscar lo que se necesita. Pero aún así, la insistencia de las autoridades ha sido «si no necesita salir, no salga».
El movimiento de gente en supermercados y expendio de productos de primera necesidad se intensificó este viernes, y aunque se considera este incremento como algo normal, en tanto se tratan de tomar las previsiones para este fin de semana, se espera que esto no signifique que la población esté bajando la guardia en descuido del cerco epidemiológico.
Por supuesto, después de las dos de la tarde, al menos en los cascos centrales, la apariencia de pueblo fantasma se mantenía, apenas alterada por los contingentes de seguridad apostados en puntos de estratégicos o movilizándose.
Las unidades de Transtáchira han trabajado hasta las tres de la tarde para cubrir otro turno dedicado a la movilización del personal médico desde el Hospital Central y otros centros asistenciales.
Personas en situación de calle
De otra parte, sigue la preocupación por las personas que están en situación de calle, muchas de las cuales no guardan las medidas de protección, y podrían convertirse en factores de propagación de la enfermedad.
Se ha reportado incluso, confrontación de los pasajeros de busetas y buses con quienes han subido a muchas unidades ya sea para pedir ayuda o para predicar su fe religiosa, al no portar el reglamentario tapaboca. (Freddy O. Durán)