Táchira cierra 2024 con una economía aún anclada al peso colombiano
1 de enero de 2025
Bleima Márquez
La llegada de cada fin de año llena de color y alegría las calles del Táchira con la exhibición de muñecos de diversas formas y tamaños que serán quemados a las 12 de la medianoche del 31 de diciembre de 2024 para despedir los 365 días trascurridos, y dar la bienvenida a un nuevo ciclo.
Se trata del Año Viejo, un muñeco elaborado con variados materiales, la mayoría de reciclaje, por los vecinos de distintas comunidades como símbolo de dejar atrás lo malo y dar paso a lo nuevo y bueno.
La quema de este muñeco es una de las tradiciones más arraigadas en esta entidad andina. Es una expresión artística y cultural que se ha afincado profundamente en la identidad de los tachirenses. Cada año, las calles se transforman en galerías al aire libre donde muñecos de diversos tamaños elaborados con ingenio y creatividad, cobran vida. Algunos destacan por sus gigantescos tamaños.
Uno de estos enormes muñecos es El Guasón, un supervillano que está en la carrera 9 con calle 2 del barrio Guzmán, en San Cristóbal. Fue elaborado por Yaandri Porras, con ayuda de otros vecinos y niños de este sector, cercano al centro de la ciudad.
Santiago Gregerman, de tan solo 11 años, sobrino de Yaandri, contó al equipo de prensa de Diario La Nación cómo construyeron a este personaje de ficción de unos tres metros de alto.
Dijo que la estructura fue hecha de hierro para el cuerpo, y en el traje utilizaron cartón, pega blanca con harina de trigo, pintura de aceite. “Pedimos plata para reponer los gastos y el 31 de diciembre, a las 12:00 de la medianoche, todos nos reunimos y vemos como el Año Viejo se quema”, expresó, y agregó que es una tradición: “Todos los años ayudamos. Todos los de la cuadra se vienen acá el 31 y se pone centrado para que lo vean”.
Otros trabajos
El Payaso Felipe está en la calle San José del barrio Las Delicias, entre las avenidas Lucio Oquendo y San Cristóbal. Fue hecho por vecinos y los niños de la comunidad.
Hillary Pinzón Navarro, una alegre niña que también ayudó en la elaboración, contó al equipo reporteril de Diario La Nación que el nombre del Año Viejo es alusivo al payaso que hizo viral un video donde un niño cautivó la atención con el movimiento de sus hombros. De acuerdo con la niña, para hacer el muñeco usaron algodón, papel, y otros materiales de reciclaje.
La Ansiedad, uno de los nuevos sentimientos que actúa como antagonista en la película Intensamente 2, se hizo presente en la calle 9 del barrio San Carlos, también de la capital del Táchira.
Este llamativo Año Viejo, inspirado en el referido film taquillero, fue diseñado y construido por la familia Armas.
El famoso Oso Polar lo acompaña para la recolección de dinero que será destinado a la compra de la pólvora para su incineración.
Bajando por el Cuartel Bolívar, en la calle 8 entre carreras 14 y 15 de Barrio Obrero, hay un colorido escenario con varios personajes. Los vecinos que compartieron la imagen del Año Viejo detallaron que este año resaltaron una escena épica de cuando los hinchas colombianos entraron a la final de la Copa América 2024 por los ductos del ventilador del estadio Hard Rock de Miami, Florida, el pasado 15 de julio.
La familia Osorio Grimaldo, en Patiecitos, municipio Guásimos, suma más de 35 años haciendo el tradicional Año Viejo. Para despedir este 2024 construyeron una Hello Kitty, un personaje ficticio creado en Japón y que por cinco décadas ha logrado mantener su popularidad.
La sátira
Los Año Viejo tachirenses son verdaderas obras de arte que reflejan la idiosincrasia y los acontecimientos más relevantes del año que termina, así como los personajes destacados. Desde políticos hasta personajes de la farándula, nadie escapa a la mirada crítica y humorística de los artesanos de las comunidades.
Estos muñecos se convierten en un lienzo para la sátira social porque permiten a la comunidad expresar sus opiniones y preocupaciones de manera festiva y desenfadada, una característica del tachirense. Sin embargo, este 2024 no se observaron personajes políticos, la mayoría fueron inspirados en películas y redes sociales.
Dejar lo pasado
Más allá de la diversión y el entretenimiento, la quema del Año Viejo representa un acto de liberación simbólica.
Al quemar a estos muñecos, los tachirenses dejan atrás los problemas, las frustraciones, los fracasos, en fin, todas las experiencias negativas del año que termina, dando paso a un nuevo ciclo lleno de esperanza, metas y optimismo.
Un legado que perdura
La tradición del Año Viejo sigue viva en Táchira, a pesar de las dificultades económicas y sociales. Las nuevas generaciones continúan aprendiendo y practicando este arte, asegurando así que esta costumbre se transmita de generación en generación.
Uno de los aspectos positivos que envuelve la fabricación de estos llamativos muñeco es la participación comunitaria porque la creación de los Años Viejos involucra a familiares, amigos, y vecinos del sector sin importar sexo ni edades. Es un esfuerzo colectivo.
La quema del Año Viejo en el estado Táchira es una manifestación cultural única que combina tradición, arte, humor y crítica social. Es una celebración que nos invita a reflexionar sobre el pasado, a reírnos de nosotros mismos, a despedirse de lo malo, y a mirar hacia el futuro con esperanza e ilusión.
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