Por Yuliana Ruiz
No había terminado de aclarar el día, ni mucho menos de salir el sol, este 15 de agosto, cuando ya cientos de tachirenses salían de sus hogares hacia los puntos de congregación, para luego avanzar al lugar de la cita pendiente: la basílica de Nuestra Señora de la Consolación.
con los pies descalzos y la apariencia de haber caminado un largo trayecto, arriba una mujer a las puertas del templo. Se arrodilla y hace encontrar sus manos frente a su pecho, para ella aún no es suficiente, avanza de rodillas entre la multitud de pie, hasta el altar de la Virgen de la Consolación. Tres fieles más la siguen. Pagan promesa.
Cientos de tachirenses peregrinaron este jueves en la mañana, desde la Catedral de la capital andina hasta la Basílica de Táriba, en el municipio Cárdenas, junto a la réplica de Nuestra Señora de la Consolación, en la celebración de sus 419 años. La procesión llegó a la avenida 1 en horas del mediodía.
Otros devotos se movilizaron también desde sus parroquias y municipios hasta el templo, o esperaron la procesión en algún punto de encuentro en la ruta de los feligreses.
Más de 8 kilómetros de camino recorrieron los fieles, la mayoría de ellos vestidos de blanco, bajo un cielo nublado y un clima típico andino. No fue necesario el uso de sombrillas, ni paraguas, sino la devoción y la gratitud. La naturaleza fue buena.
A paso lento, pero seguro, avanzaron toda la mañana de este 15 de agosto los peregrinos, que iban en grupo de familia, amigos o simplemente solos, aunque en el camino lo que sobraba era la compañía, especialmente en el objetivo común de la cita: la expresión de la fe.
Oraciones por la familia y Venezuela
Dos grandes motivos movieron nuevamente el corazón de la feligresía en el día de Nuestra Señora de la Consolación: la familia, como lo más cercano a la vida, y Venezuela. Estas dos causas de los venezolanos no pararon dentro de las oraciones e intenciones de los visitantes.
La máxima expresión de sus peticiones y ruegos se veía en imágenes de algún familiar y en la Bandera Nacional e indumentaria tricolor o vinotinto, que no dejó de estar presente en quienes entraban, permanecían atentos a la homilía, y que luego de venerar la imagen de la Virgen de la Consolación en las alturas del altar, salían entre la multitud, que no daba tregua.
La Virgen que consuela el dolor
“No hay nadie que no haya venido aquí por un dolor, sufrimiento, pena, angustia… o por la gratitud que sienten por haber superado alguna dificultad”, reflexionó el sacerdote en la misa de las 9:00 de la mañana. Cada hora fue oficiada una misa a los feligreses.
“La Virgen que consuela el dolor”, añadió refiriéndose a la madre que vio cómo torturaron, humillaron y sacrificaron a su hijo, y que entiende el dolor de todos aquellos que se acercan en su día, cada minuto, a buscar su consuelo en momentos de dificultades para sentir paz y tranquilidad, o simplemente para agradecer de diferentes formas los favores concedidos.
Por eso, frases como “¡Qué viva la Virgen de la Consolación”!, de algún fiel, y su posterior réplica colectiva “¡Qué viva!”, retumbaban en los interiores de su morada, repleta de gente este jueves.
Flores y velas
Flores de todo tipo desfilaban hacia el altar, una de las principales ofrendas de los tachirenses a su patrona. No importaba el color, si había sido cortada hace pocas horas, si era silvestre o sacada de la floristería, si era un ramo o una unidad. Todas terminaban de embellecer el altar de la madre de Jesús.
Las velas grandes, pequeñas, delgadas o gruesas, pese a su costo en la actualidad, no dejaron de estar como ofrenda en la celebración de los 419 años de la Virgen.
El libro azul
El libro azul que recoge las rúbricas de este pueblo andino para solicitar que el Santo Cristo de La Grita sea nombrado Patrono de Venezuela, también estuvo en la celebración religiosa.
En la primera columna del templo, cerca de la puerta, una fila de personas esperaba pacientemente entre cantos a la madre de Jesús y oraciones, para estampar su firma en apoyo a la iniciativa.