Casi en silencio se marchó Madame Zuber. Otra de las maestras de las primeras generaciones que estudiaron Comunicación Social en la ULA-Táchira.
No me dio clases –curse la materia de inglés- pero sabía del temor que le tenían los alumnos a Madame Zuber y como todo buen docentes ese miedo luego se transformó en respeto y agradecimiento por las enseñanzas no solo de las lecciones en francés, sino de puntualidad y responsabilidad.
Luego la conocí siendo articulista de Diario La Nación. Personalmente llevaba sus opiniones impresas. Y cada 23 de diciembre llegaba un telegrama –aun viviendo en la misma ciudad- para felicitar al diario por el aniversario que cumple en esa fecha. Agradecía que siempre se le abrieran las puertas para difundir sus opiniones, sin imponerle censura alguna y cuando sus ideas lucían muy diferentes al Satu Quo.
Cuando se hizo en el diario La Nación una edición dedicada a los emigrantes que llegaron a Venezuela la entreviste. Conocí su historia, su llegada de Europa –cuando al país llegaban más de lo que salían-.
Luego en cada visita al diario contaba un poco más de su vida. De sus luchas gremiales, de su amor y trabajo por la ULA, de su familia, de sus viajes cada dos años a su natal Francia, de donde por cierto también llegaba una postal anunciado el lugar donde se encontraba.
Con la muerte de uno de sus hijos, Simone Zuber se fue apagando. Sus pasos eran más lentos, pero su ímpetu y su visión sobre el país, sobre la política, sobre el gobierno, sobre la oposición, sobre la vida seguían intactas, como cuando relató su llegada a este país de la mano de quien fuera su esposo para iniciar vida en el país que tanto amó, específicamente a La Fría.
Buen viaje madame Zuber. En el hall de la ULA le hicieron sus amigos profesores y familiares un homenaje. Sencillo pero sin duda alguna digno para una mujer que entregó la vida a la formación de generaciones de hoy profesionales.
Este 23 de diciembre no llegara el telegrama de Madame Zuber, esta vez el telegrama es para ella.
“No importa cómo muere un hombre, sino cómo vive. El acto de morir no es importante, dura tan poco tiempo”. Samuel Johnson. (Omaira Labrador M)