Este domingo 6 de agosto es el día central del Santo Cristo de La Grita. Aunque miles de personas -las estiman en 500 mil- son esperadas, durante toda la semana cientos han ido hasta la capital del municipio Jáuregui, para venerar al Patrono del Táchira.
Es necesario recordar que en 1610, a causa del terremoto que destruyó la ciudad de La Grita, los frailes franciscanos se trasladaron a una aldea del municipio llamada Tadea. Iba entre ellos un escultor que se distinguía más por su piedad que por sus vuelos artísticos. Se llamaba Fray Francisco. Aterrorizado con el terremoto que en pocos instantes redujo a polvo la población naciente, ofreció al cielo, dice la tradición, hacer una imagen del Crucificado para rendirle culto especial y consagrarle la nueva ciudad. Comenzó a trabajar: Trazó en un gran tronco de cedro la imagen. Pronto se exhibió una figura humana, pero que no tenía los lineamientos característicos del Cristo moribundo. Pasaban días y días y Fray Francisco no podía interpretar aquella expresión sublime. Una tarde, después de suspender los trabajos se puso en oración y un éxtasis profundo lo embargó… Cuando volvió en sì, ya a altas horas de la noche, oyó que en la pieza de trabajo golpeaban los formones y el raedor pasaba por las fibras de la madera. Se acercó y algo como una figura humana envuelta en una ráfaga de luz, salió a través de la puerta, encandilándole los ojos. Al amanecer les contó a los demás frailes y después de la oración matinal, se dirigieron todos al lugar donde estaba la imagen, y la encontraron terminada.
Fray Francisco lloró entonces de placer. En aquella faz divina estaban los rasgos que él había concebido. Esa imagen es el Santo Cristo de La Grita, a quien se le atribuyen innumerables milagros.
Fotos: Johnny Parada
La Grita con Simón Bolívar
Los gritenses tienen un particular apego casi que ancestral y único por el Libertador Simón Bolívar, pues no por casualidad visitó a La Grita en tres oportunidades: en abril y mayo de 1813 y luego en febrero de 1821, habiendo dejado encendido el pebetero espiritual y patriótico de sus habitantes.
Ese es otro valor intangible que tiene La Grita para mostrar con orgullo patrio, que el hombre más grande de América haya estado en estos suelos tachirenses, pernoctando por varios días en su encomiable afán libertario.
En la imagen lo vemos al lado del campanario en el santuario de La Grita y su mirada fija en el Santo Cristo que reposa en la capilla, esperando el 6 de agosto su día central, para retornar a su domicilio permanente en capilla de la Basílica del Espíritu Santo de La Grita. (Foto y texto: Juan Alberto Sánchez)