Regional
Tres o cuatro horas esperan en cola en el Terminal Villa de los Buhoneros
25 de mayo de 2018
Mezcla de rabia y desconsuelo invade día a día a los usuarios que deben pasar el suplicio de tres o cuatro horas a la espera del servicio de transporte que los movilice a destinos como Capacho Nuevo, Capacho Viejo, Zorca, El Valle, Peribeca, El Tope o Berlín, en el Terminal Villa de los Buhoneros.
La respuesta de los fiscales encargados del control de las unidades que allí operan es el mismo: apenas si hay uno o dos vehículos en funcionamiento, sin especificar si los ausentes están en mal estado, carecen de combustible o sencillamente han optado por “viajes” más rentables.
Todos los encuestados en el lugar concluyen que el enfermo “no mejora” y que esta semana no pudo haber sido peor el servicio, y eso es mucho decir, pues desde hace unos meses para acá la “mala calidad” ha sido la constante.
Mariel Sánchez dijo que, aunque madrugó para esperar la buseta, a las cinco de la mañana, en Capacho Nuevo, apenas si a duras penas agarró transporte a las seis y cuarenta. Similar al sacrificio de venida a San Cristóbal fue el de regresar a su hogar formado, de pie un buen rato en una cola de más de una cuadra.
“Normalmente -afirmó Sánchez-, uno espera de una hora a hora y media; pero también eso depende del horario, porque a la hora pico, alrededor del mediodía o las cinco de la tarde, se complica todo”.
Se pagan 15 mil bolívares
Luis Sarmiento recalcó que a pesar de que se deben cancelar 15 mil bolívares hasta Capacho, esto no ha redundado en el bienestar del viajero. En una buseta apenas si caben 50 personas y eso no alcanza para la gran cantidad de las que están en cola, a veces hasta 200.
Concluyo Sarmiento que “vamos para peor, y en un momento determinado ya ni habrá transporte: esto no lo arregla nadie”.
“Situación horrible”
Gladys Huérfano, quien vive en El Tope, vía Rubio, definió de “horrible la situación”, y quienes más deben cargar con el problema son las personas de la tercera edad, a las cuales en el camino pocos choferes determinan.
“Cuando pasa el camión en la mañana -describió Huérfano-, nosotros nos montamos como unos animalitos para poder llegar al sitio; pero generalmente llegamos tarde al trabajo, al banco, a las citas. Yo he esperado tres o cuatro horas y al final he tenido que montarme en uno de los dos camiones que llegan a las cinco de la tarde, a las afueras del Terminal. Se me complica el día, porque tengo que venir temprano para hacer las diligencias, entre ellas, sacar los 30 o 40 bolívares en efectivo del banco, que a la final eso lo gasto en pasaje. Gasto 15 mil para irme y 15 para venir, y a la final hay que caminar por San Cristóbal, porque eso no alcanza para el transporte interno”.
La gente, que va saliendo del trabajo a las 4 o 5 de la tarde, va llegando a su casa a las 7 u 8 de la noche. Los que viven en la vía no tienen problemas, pero hay quienes se ven forzados a caminar hasta 3 kilómetros para llegar a sus casas. Y para completar el cuadro de desgracias, la poca solidaridad de quienes hace la cola agrava la situación. Muchos jóvenes, que deberían venir de sus respectivos liceos bien formados, a veces son los primeros que se colean e incluso irrespetan a las personas de la tercera edad.
Agrega Huérfano que los choferes en ocasiones obligan a los estudiantes a cancelar pasaje completo, pues si no lo hacen sencillamente no los dejan subir o se niegan a arrancar la buseta.
Quienes van a Berlín, Santa Rita de Miraflores o Santa Anita, se sienten los menos favorecidos, y muchos dicen que a los que van a El Valle les va mejor, por contar con mayor número de unidades y de mayor tamaño; sin embargo, estos niegan tal privilegio y dicen que es relativo, ya que igual deben soportar la cola.