La “Fundación Olga Rincón de Prato y Chinchiquira Lizarazo Vivas”, nace como una iniciativa de una niña, que con solo siete años, aprendió de su abuela y sus padres la importancia de la caridad.
Ayudar a quienes más sufren y menos tienen, lo heredó a través del ejemplo.
“Mi hija siempre se preocupa por las personas más vulnerables. Ella siempre tiene la necesidad de compartir y esto lo aprendió de su abuela, quien durante su vida ayudó a muchas personas en ancianatos y casas de hogares” dijo Jeiver Lizarazo Prato.
Sin duda alguna el buen ejemplo de abuelos y padres es el mejor legado para los niños.
Y en vísperas de la Navidad, donde son muchos quienes no tienen familia o viven en situación de precariedad, la “Fundación Olga Rincón de Prato y Chinchiquira Lizarazo Vivas” llevó una mañana diferente a la Casa Hogar Medarda Piñero, en San Cristóbal.
En medio de un desayuno, también se entregó un donativo de útiles personales, necesarios para todos los abuelitos que habitan esa casa de caridad.
Es así como este año la familia, pues una fundación sin fines de lucro familiar, decidió llevar una mañana diferente a quienes están en la Casa Hogar Medarda Piñero.
El ejemplo de caridad debe seguirse, no solo en estos días navideños sino durante todo el año. (OLM)