Agosto comienza con un precio del kilo de carne de res superando el salario integral y rozando el millón de bolívares. Un duro golpe para el bolsillo de muchos tachirenses, que se están quedando sin su suplemento proteínico.
Freddy Omar Durán
Rosa Ortega, cuyas canas nos hablan de un ingreso apenas sustentado por una pensión de 400 mil bolívares, cuando supo del precio solo le quedó responderle al carnicero que le informó del aumento: “¡Dios mío, y ahora qué vamos a hacer!”.
Desde el encumbramiento de la divisa norteamericana semanas atrás, ya el aire económico se enrarecía de inflación; pero lo que casi siempre sucedía luego de los momentos de aceleramiento de la devaluación, los aumentos se reflejaban en la moneda local, y no en divisa extranjera.
Pero esta semana no fue así, y el encumbramiento de la carne de res ha llegado a los 11 mil pesos, un precio solo comparable con los registrados a comienzos de la cuarentena, que vino acompañada de una ola especulativa. De hecho, semanas atrás, el producto estaba nivelándose por 8 mil pesos, en calidad de segunda; no obstante, esa tendencia se revertió ostensiblemente, por lo que se puede hablar de un incremento del 40 por ciento.
Los carniceros, encuestados, afirmaron que ellos solo se ajustan a cómo les cuesta a puerta de matadero, y que el margen de ganancia intentan mantenerlo al mínimo, pues saben de la volatilidad de su clientela.
—Nosotros no podemos darnos el lujo de descapitalizarnos en esta cuarentena -afirmó el dueño de una carnicería-. Trabajar a pérdida no nos sirve, y tenemos el salario del personal que cancelar. Me imagino que la prolongación de la cuarentena rígida y el desabastecimiento del combustible han tenido algo que ver en esto.
De hecho, en una entrevista con periodistas a los medios de comunicación, el presidente de la Confederación Nacional de Ganaderos, Confagan, José Agustín Campos, declaró que el sector rural se ha visto fuertemente afectado por este factor, incidiendo en que en el país la producción cárnica ha bajado un 50 %.
Según su criterio, a esto también han contribuido las dificultades para la adquisición de divisas y las inexistentes políticas de financiamiento. En el mismo informe se registra una baja de 24 kilos por persona en el consumo de los venezolanos.
Verduras en alza
Las dificultades en el flete de muchos productos por supuesto han resentido el precio de las verduras, que esta semana ha surfeado alzas y bajas.
Ya el lema de “todo a mil pesos” ha perdido fuelle en muchos puntos de venta y vemos que, en general, las verduras se inclinan a los dos mil pesos, a excepción de algunas especies vegetales, como la cebolla cabezona, que no baja de los cuatro mil pesos. Las frutas, para muchos, sigue incomprables, aunque se reporta un descenso en las cítricas.
Aunque hubo un tiempo en que tener pesos en el bolsillo hacía la diferencia de conseguir las verduras a mejor precio, hoy quienes aceptan el punto como forma de pago están tratando de no recargar el equivalente en bolívares.
Claro, todo es cuestión de saber buscar, especialmente en los abastos comunitarios, en tanto cada vez la parálisis del transporte y las restricciones al acceso a ese tipo de instalaciones obligan a muchos a no emprender largos viajes para ir a los mercados municipales o aquellos que se adaptan solo para el fin de semana.
En general, se puede decir que el tomate está por los 150 mil bolívares el kilo; la naranja a 150 mil, y por ese monto andan el cebollín, el calabacín, la zanahoria y el plátano, el cual días atrás tuvo una leve remontada.