Regional

Una rotura mantiene secos a los habitantes de El Palotal

11 de noviembre de 2019

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La precariedad en el servicio del aseo urbano es otro de los suplicios que viven los habitantes. Esto ha llevado a que algunos, desesperados por la acumulación de desechos, decidan quemarlos en sus patios


Jonathan Maldonado

Año y medio lleva la parroquia de El Palotal, parte baja, con una rotura en un tubo matriz de aguas blancas, ubicado debajo del puente La Mula, y que afecta al momento en que Hidrosuroeste envía -cada ocho o quince días- el agua a las comunidades. El bote impide que el vital líquido llegue a muchos hogares.

El dramático escenario empuja a decenas de familias hasta el conocido puente, para lograr llenar vasijas y pipotes. Otros, sin ningún tipo de pudor, se asean en pleno lugar y lavan sus ropas allí. Incluso, hay quienes llevan sus carros hasta la conocida vía y aprovechan el agua, que escasea en tantas viviendas.

“Las denuncias se han hecho”, aseguró Carlos Duarte, habitante de la popular parroquia. “No solo eso”, apuntó el caballero, pues “la comunidad, organizada, reunió el dinero (40.000 pesos) y adquirió la soldadura que pedía Hidrosuroeste, ya que, aparentemente, el ingeniero encargado del agua en el municipio Bolívar, el señor Chacón, cuenta con el tubo que debe ser sustituido”, detalló.

Duarte lamentó que los propios habitantes deban sacar de su propio bolsillo para comprar los insumos que se requieren y, aun así, “el ingeniero no ha respondido con la reparación. El agua sigue perdiéndose”, recalcó quien está dispuesto, junto a un nutrido grupo, a volver a tomar las calles, como protesta pacífica ante las deficiencias que viven.

A escasos metros del puente, en el barrio José Félix Ribas, está la vivienda de la señora Laura Ortiz, vocera del consejo comunal. Al arribar el equipo de La Nación a la casa, había un camión cisterna llenando los tanques, pues llevaban meses sin agua. “Aquí vivimos 16 personas, entre familiares y alquilados, y se nos va rápido la que compramos”, dijo con la decepción marcada en su rostro.

“Ya he abierto mis ojos. No creo en esa gente (oficialismo)”, enfatizó quien tuvo que desembolsillar 30.000 pesos para cancelar el carro tanque. “Es una situación muy crítica. La comunidad nos dio un dinero para la soldadura y demás implementos. Ahorita el problema es el ingeniero Chacón.

Él no nos ha querido escuchar ni atender. Fui a la alcaldía, hablé con el concejal Edison Silva, quien me mandó con una autorización a Hidrosuroeste; pero esta es la fecha y no hay respuesta”, señaló. Del mismo sentir es el profesor Pablo Guerrero. En su casa, se ve en la obligación de usar motobomba para conseguir que el agua suba al tanque. “Así hacen muchas familias”, reconoció el maestro jubilado, quien, junto a sus allegados, sufre a diario las pésimas condiciones de los servicios en el sector.

Entretanto, Katherine Rodríguez, caraqueña, llegó hace ocho días, con sus hijos, a la parroquia El Palotal. “Abandoné Caracas debido a que la situación está muy difícil. Ya mi pareja tiene cinco meses en esta zona de la frontera.

Trabaja como albañil”, puntualizó. “Me vine hasta acá, el puente, a bañarme. Traje a mis niños para que también se limpien, pues en la casa donde vivimos alquilados -le dijeron- no ha llegado desde hace un mes el agua”, añadió Rodríguez.

Además del tubo matriz, hay otros que presentan roturas desde hace varios meses, sin que sean atendidos por las autoridades.

Optaron por quemar la basura

Los problemas con la recolección de basura en El Palotal se han agudizado. Baudilio Barreto, habitante, señaló que cada ocho o quince días pasan los camiones particulares con los que la alcaldía tiene algunos convenios, pues la mayoría de las compactadoras no están operativas.

Barreto indicó que frente a este panorama, algunas familias han optado por quemar la basura en los patios de sus casas, afectando al medio ambiente y la salud de los residentes. “La gente, por desespero y ante la acumulación de los desechos, prefiere prenderles fuego”, dijo.

Recordó que el servicio debería funcionar, ya que la mayoría de las personas paga sus impuestos. “El Palotal está desolado, acabado, no hay fuentes deempleo. Los ciudadanos se rebuscan en el puente internacional Simón Bolívar.

Esto es un reflejo de cómo está nuestra nación”, sentenció.

Un “cariñito” para el parque

El parque conocido como “Los pájaros caídos” y usado por las personas de la tercera edad para jugar dominó, se encuentra abandonado. Las pocas sillas y mesas que están en el lugar, lucen desvencijadas. Las zonas verdes desaparecieron; lo que abunda son desechos, que la misma comunidad va recogiendo en la medida de sus posibilidades.

“Nosotros barremos constantemente el lugar, para que no se vea tan descuidado”, resaltó el profesor Guerrero, quien instó a las autoridades a que rescaten el parque, donde los abuelos tratan de recrearse mediante juegos de mesa.

Pese al rostro gris, las personas lo siguen usando y limpiando. Se niegan a entregarse a la desidia y a la nula respuesta de las autoridades municipales, regionales y nacionales.

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