El alto costo de los productos y los bajos salarios han hecho que pintar y reparar las casas salieran de la lista de las tradiciones de la época navideña
Por Bleima Márquez / @bleimamr
Además de cambiar la decoración con nacimiento, arbolito, luces, bambalinas, guindas y campanas, los hogares tachirenses incluían pintar y reparar las casas, como parte de los preparativos para celebrar la llegada de la Navidad y recibir un nuevo año con un ambiente limpio, bonito y renovado.
Sin embargo, desde hace algunos años, esta pintoresca tradición ha ido mermando, producto de la crisis económica que ataca a las familias venezolanas. Ahora el esfuerzo está centrado en tratar de adquirir los productos de la cesta básica para la alimentación.
Al preguntar a diversas personas de esta entidad andina si pintarían sus viviendas en esta temporada, un 94 por ciento respondió: No. Todos expusieron que el salario o el ingreso familiar no era suficiente para cubrir esa necesidad, que ahora pasó a ser un lujo.
«Lamentablemente, no podré pintar mi vivienda. El principal obstáculo es mi sueldo, pues solo alcanza para una harina de maíz, quincenal. No pinto mi vivienda desde hace 5 años. Para mi familia era una costumbre decembrina», dijo Miguel Moncada, quien es docente de profesión y vive en barrio Sucre.
Para Ingrid Murillo, otra de las personas abordadas sobre el mantenimiento de su vivienda, es imposible pintar la casa, porque el sueldo no le alcanza ni para comer bien, mucho menos para comprar pintura.
«Se me olvidó desde cuándo no pinto mi casa, gracias a este gobierno que nos tiene arruinados», dijo.
Heidy Vivas, por su parte, expresó que ya tiene seis años sin pintar ni reparar su vivienda. «El sueldo no alcanza para nada», apuntó.
Alexánder Rampira, uno de los pocos tachirenses que manifestaron su intención de «darle un cariñito» a su casa, en Colinas del Tobes, acotó que solo lo hará en algunas áreas y en la fachada, porque pintarla totalmente es imposible.
Casas descuidadas
Al hacer un recorrido por algunas zonas de la ciudad capital del Táchira, pudo observarse cómo muchas edificaciones lucen descuidadas, pese a que se encuentran habitadas. Desde pequeñas casas, hasta grandes edificios, evidencian largo tiempo sin recibir el cuidado necesario para una bonita imagen y conservación.
Luis Sánchez, residente de Santa Teresa, sector La Villa de San Cristóbal, declaro que «el sueldo no alcanza para esos lujos. Pintar y reparar la casa, actualmente, es un gasto suntuoso que no nos podemos dar».
Al respecto, agregó que desde hace aproximadamente 5 años, la mayoría de casas “comenzaron a parecerse a las de Cuba”. Según su opinión, es debido al estado de abandono, ante la incapacidad económica para realizar el necesario mantenimiento.
Susana Zambrano, también vecina de San Cristóbal, señaló que desde el 2014 no ha pintado su hogar. «Mi casa se parece a la de la familia Monster», apuntó.
Asimismo, Dionela Parra lamentó el deterioro de su vivienda y el no poder pintarla en este 2020, porque su salario no le alcanza. «El sueldo no alcanza para nada, está por debajo de un dólar. En mi caso, no pintamos desde el año 2005», indicó.
Luis Jaimes comentó que en los últimos años ha sido imposible pintar su hogar. «Hoy tenemos prioridades más importantes, como comprar alimentos. Los costos de la pintura son un lujo que muchos de los tachirenses no podemos darnos», sostuvo.
Las respuestas de las personas que participaron en la encuesta son una una muestra de que una tradición de las familias venezolanas, de esperar la llegada del niño Dios y recibir el nuevo año con un ambiente renovado, está quedando en el pasado. Pareciera ser una especie en extinción, que muchos sueñan con recuperarla.
#YoReportoALaNación/#QuédateEnCasa
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