Regional

“Venezuela es una madre y la madre se respeta”

17 de agosto de 2024

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El obispo de la Diócesis de San Cristóbal expresó que “no es tiempo para la resignación. Es tiempo para consolar, para darnos fuerzas, para permanecer fieles en la fe«

Bleima Márquez

Táriba vive su fiesta por los 424 años de la milagrosa reaparición de la imagen de la Virgen de la Consolación, patrona de esta entidad andina. Miles de devotos se dieron cita este jueves 15 de agosto para acompañar la peregrinación de la Madre de Jesucristo, que inició en la catedral de la Ciudad de la Cordialidad, y culminó en avenida 1 de Táriba, donde se celebró la eucaristía en su honor.

La ceremonia religiosa fue concelebrada por el obispo de la Diócesis de San Cristóbal, monseñor Mario del Valle Moronta, junto al obispo auxiliar, Juan Alberto Ayala, y el obispo emérito de la Arquidiócesis de Mérida, monseñor Alfonso Márquez, además de otros integrantes del clero en la región. Luego de la misa, “la flor más bella de los andes venezolanos”, como la describe la máxima autoridad católica del estado, fue trasladada a su morada: la Basílica de Táriba. 

Durante la homilía, monseñor Moronta resaltó la importancia de la madre y comparó a la Virgen con Venezuela al indicar que: “La madre es la consoladora que da las fuerzas al hijo para ser libre y así actuar cual ciudadano que se abre espacio en la celda que apunta al futuro”.

Destacó que el “consuelo no significa para nada resignación ni mediocridad. Es fortaleza, transmitida para animar, tener esperanza y no desalentarse ante las dificultades, las enfermedades y las tribulaciones”. 

Moronta insistió en que “no es tiempo para la resignación. Es tiempo para consolar, para darnos fuerzas, para permanecer fieles en la fe».

Al referirse al papel de consoladora de la madre del redentor, recordó que la Virgen María no abandonó a su hijo, sino que lo acompañó cuando estuvo sumergido en el mayor de los sufrimientos. “No lo dejó solo ni abandonado, estuvo al pie de la cruz como cual madre que no abandona a sus hijos en sus peores momentos”, subrayó monseñor Moronta y agregó que “María ha sido la mujer libre por excelencia, para ello nos liberó, para ser libres de verdad”. 

La autoridad eclesiástica resaltó que “Venezuela se presenta como la madre, la maestra, y la consoladora de sus hijos, nacidos en sus tierras o adoptados por haber migrado a ella”. 

En medio de sus palabras y la semejanza de la madre de Dios con Venezuela, el obispo enfatizó: “Venezuela es una madre, y la madre se respeta. Es la madre capaz de engendrar hijos para un futuro promisorio y con quien comparte sus alegrías y sufrimientos”, indicó y agregó que las madres con sus lágrimas celebran los triunfos de sus hijos que hacen posible el camino para un desarrollo integral, como también “las lágrimas de dolor y tristeza al compartir los dolores de sus hijos perseguidos por la justicia o que han debido migrar hacia tierras desconocidas”.

El obispo recalcó que el pueblo es el verdadero dueño de la democracia y que la Iglesia del Táchira y del mundo siempre estará al lado de los ciudadanos y los acompaña en sus peticiones.  Reiteró que no es tiempo para el desánimo y las desilusiones. 

Señaló que la Iglesia es una maestra experta en humanidad: “Se coloca al lado de cada uno de los seres humanos cualquiera que sea su condición, porque la verdad hace libre al ser humano”.

Gente de paz y luz

Monseñor Moronta miró años atrás, cuando apuntó que la historia ha demostrado cómo los hombres y mujeres de Venezuela siempre han apostado a la independencia, tanto de este país como de otras naciones hermanas del continente. Recordó una de las estrofas del Himno Nacional, cuya letra refleja esa enseñanza:  

“Gloria al bravo pueblo que el yugo lanzó, la ley respetando la virtud y honor. ¡Abajo cadenas, gritaba el señor, y el pobre en su choza libertad pidió!”.

Reiteró en la similitud del papel de la Virgen con nuestro país: “Venezuela también es madre y maestra, ha sabido acoger a sus hijos en alegrías y tristezas. A lo largo de su historia ha habido oscuridad, pero los venezolanos somos siempre gente de paz y de luz y salimos adelante”, afirmó monseñor Moronta y acotó que “podrán engañarnos, pero no nos podrán quitar la libertad”.

Moronta pidió a los feligreses que participaron de la misa en honor a los 424 años de la imagen de la Virgen de la Consolación de Táriba, orar por la conversión de las personas que no hacen las cosas correctamente. 

Finalmente, el obispo exhortó a todos los feligreses a participar en una jornada de oración pautada para el venidero 11 de septiembre, día de la Virgen de Coromoto, patrona de Venezuela. 

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