La vía que conduce hacia el parque nacional Chorro El Indio está completamente comprometida por el mal estado, pues en cada recodo, curva o tramo de la misma, se encuentran grandes huecos, alcantarillas destruidas, cárcavas a causa de la escarificación del asfalto y cunetas obstruidas por la maleza.
Este corredor vial que comunica a San Cristóbal con la parroquia Francisco Romero Lobo, zona agrícola y de explotación pecuaria, es de suma importancia para los productores y campesinos, quienes alegan que de colapsar la carretera las pérdidas económicas serán catastróficas, ya que no podrán sacar sus productos a la capital tachirense, destino final de todo lo que cultivan y explotan.
La mayor preocupación y de acuerdo con lo expuesto por los productores agropecuarios, es que pese al evidente deterioro de la vía y las afectaciones que produce su mal estado, ésta no es reparada o al menos sometida a labores de mantenimiento, lo que aseguran, sería un paliativo para la severa crisis que en materia vial posee este eje carretero.
Las afectaciones que padece la carretera, se inician con la serie de huecos que posee, unos más grandes que otros, ya que casi a cada diez metros, existen socavones que son un verdadero dolor de cabeza para los conductores.
En algunos sitios de la interminable carretera, se aprecian igualmente severas grietas y “mapas”, que no son más que huecos, que han surgido por la escarificación, lo cual es una degradación del material asfaltico, a causa de la vieja data de este y que no ha sido renovado.
Por otro lado, las pocas alcantarillas que aún permanecen en la carretera tienen daños estructurales y casi todas están inservibles por la saturación de sedimentos. En cada punto de alcantarilla, se pueden apreciar “trampas”, ya que estas carecen de las rejillas y por ende, son de enorme peligro para los conductores.
La totalidad de la vía, padece seriamente por la acumulación de aguas pluviales, pues la red de cunetas y bajantes, están totalmente invadidas de maleza y arbustos, que impiden circular los torrentes y estos se concentran en la carretera, dañando el asfalto.
Pablo Eduardo Rodríguez