Los escasos ocho kilómetros de la carretera El Valle- El Pueblito, en el municipio Capacho Viejo y que permite actualmente a los conductores trasladarse desde la capital tachirense al municipio Junín, por el colapso del tramo de Santa Elena, en El Mirador; deben enfrentarse a un tortuoso recorrido que en ocasiones les resulta peligroso y hasta costoso, por la serie de daños que sufren sus vehículos.
Fallas de borde, cárcavas, huecos y grandes grietas son los obstáculos para los conductores, aunado al riesgo de un atraco, pues por tratarse de una vía alterna y olvidada, no es patrullada por los efectivos policiales.
Para quienes se ven obligados casi a diario a recorrer esta carretera y quienes viven en este sector, que bajo condiciones normales no deberían de emplear más de unos quince minutos, deben armarse de paciencia y pericia, ya que, en cada recodo o curva, pueden encontrarse con un hueco o en su defecto, con otro vehículo, cuyo conductor intenta evadir los agujeros.
Además de la estrechez de la carretera y que en algunos tramos es imposible el tráfico de dos vehículos en carriles opuestos, es palpable igualmente la carencia de labores de nivelación de la capa asfáltica, la cual padece desniveles que obligan a los avezados choferes a desplegar toda su pericia para evitar contratiempos que les lleven a chocar o volcar.
Uno de los sectores con mayor daño, pues la carretera se ha abierto al menos un metro de extensión y dejando una gran grieta, es el punto conocido como Los Potrillos, donde ya parte de la calzada ha sido dividida precisamente por esta fisura.
Metros más adelante en el conocido sector El Tauro, una falla de borde devora incesantemente la carretera, al punto que ya sólo es transitable un canal de la vía.
Carmenza Ramírez, vecina de la zona, aseguró que asegura en El Tauro, existe una falla geológica por la presencia de una laguna que se encuentra en la parte alta de la vía, de donde destila agua y eso por años viene dañando la carretera. “Si no la eliminan ese asunto va a persistir, pero mientas deciden algo, vamos a tener serios inconvenientes”, destacó.
Similar situación ocurre en la recta Los Japoneses, en donde diez metros de la calzada ahora están debajo de su cota normal, dado que ese tramo se hundió literalmente y para mejorar la movilidad por ella, fue rellenada con materiales como piedras y granzón, no obstante, esa labor resultó infructuosa, ya que el suelo cedió nuevamente.
La Guaimarala en riesgo
Indiscutiblemente que el sector con más daños es en La Guaimarala, el cual comunica con El Pueblito. En apenas dos kilómetros se deben sortear socavones, bateas o grandes depresiones en el suelo, ya que esta zona posee constantemente filtraciones de aguas, muchas de ellas de origen natural y otras de cañerías no empotradas a los conductos residuales.
Ariel Zuluaga, vecino de la zona, declaró que han solicitado ayuda al alcalde de Capacho Viejo, “que nos done camiones con granzón para rellenar los tramos de carretera dañados, pero no nos ha dado respuesta. La gente está sufriendo mucho por el estado de la vía. Es prácticamente la única que medio sirve para llegar o salir hacia Rubio, si termina por colapsarse, las personas tendrán que caminar o buscar una carretera alterna”, apuntó.