Regional

Viajan lejos los precios de las maletas

28 de mayo de 2018

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Maletas y bolsos repletos, tan pesados como la carga de dolor que llevan en su corazón los que se van del país, se han convertido en el símbolo de la diáspora venezolana.

Por eso quien esté sacando un presupuesto para su próximo viaje, especialmente si ha dilatado su fecha de regreso, debe incluirle, junto al costo de los pasajes y los gastos de hospedaje y manutención en general, el precio de maletas y bolsos.

Por supuesto, la practicidad dice que lo mejor es llevar los bienes y el vestuario en una portable y sólida maleta; pero el bolsillo puede plantear otras alternativas.

Hay maletas de todos los tamaños. No obstante, quien se ha decidido emprender una nueva vida en otro territorio, y no solo un “viaje por placer”, no puede conformarse con una mediana o pequeña, sino con la de mayores dimensiones, y para eso deben disponer de al menos, 80 millones, y de ahí para arriba, dependerá de la solvencia, los gustos y requerimientos de cada comprador.

Como nos dijo Sahili Rosales, administradora del establecimiento El Centro del Bolso, en el centro de San Cristóbal, esa misma maleta, meses atrás oscilaba en 27 millones, mientras que la pequeña, en 17 millones, la misma que hoy en día se consigue desde 65 millones.

Por tan elevado precio, los vendedores han decidido por ahora no renovar existencias, y salir de las que tienen en oferta, pues a la larga, ellos no sienten que el “éxodo de venezolanos” haya repercutido ostensiblemente en niveles de venta.

Un cliente que de casualidad pasaba por ese establecimiento, comparando precios, afirmó “lo que antes costaba un automóvil”…

Por supuesto que las alternativas a las maletas son los bolsos y morrales, los cuales sin embargo no se puede afirmar que sean accesibles. Marcas, calidad y capacidad influyen. Al menos el que llaman “viajerito” puede valer 10 millones, solo para cargar lo básico, y no apto del todo para grandes embalajes. Para eso están los bolsos cruzados, los que tienen adaptadas rodachinas, o las famosas tulas, para lo cual se debe disponer de al menos 25 millones, y con esa cantidad, cosa de dos meses antes se adquiría una buena maleta.

Los costos de las maletas las han hecho inaccesibles para el ciudadano común. (Foto/ Gustavo Delgado)

Producción regional en declive

¿A qué se debe tal incremento en maletas y bolsos de alrededor de 100 por ciento en menos de cuatro meses? La respuesta se encuentra en la cadena productiva. La fabricación de bolsos y maletas es de carácter regional, y las pequeñas y medianas industrias que la asumen prácticamente se han declarado en quiebra.

Sirley Navas, quien junto a su esposo por más de una década se han dedicado a ese rubro, reportó que al menos la materia prima sube un 50% cada semana. Llegó a tener a su mando alrededor de 8 empleados, y hoy en día no puede asumir laboralmente ni uno. Ya están considerando incluso cerrar y unirse a la diáspora. A su alrededor lo único que se ve son máquinas de coser solas. En alguna ocasión, a través de clientes nacionales, alguna vez su producción con apoyo de talleres satélite se mantenía en 10 mil bolsos, generando empleo a más de 30 personas; hoy en día a duras penas mucho es confeccionar 20 mensuales.

–Uno hace un pedido grande y a las dos horas ya uno perdió, pues todo subió—afirmó Navas

Cuando se atiende por encargo al por mayor lo que se hace es lo mismo que se hace con todos los productos manufacturados: comprar materiales, calcular costos inmediatamente y con similar prontitud cobrar.

David González, en alguna época también se dedicaba a la fabricación; pero hoy prefiere dedicarse a una actividad de mayor auge: la reparación. La gente que antes cambiaba por cambiar su equipaje si éste presentaba la mínima falla; prefiere hoy reforzarlo. El arreglo mínimo puede valer 400 mil bolívares; pero ya si es más prominente y en una maleta asciende hasta los dos millones; y nada que se abaratará pues las agujas, los hilos, los cierres y la mano de obra se encarecen sin freno.

Freddy Durán