A finales del mes de mayo las lluvias han regresado al Táchira para poner en evidencia las fuertes obstrucciones del alcantarillado en vías, lo que ocasiona el rebosamiento de aguas servidas, que contribuyen tanto en el deterioro de las carreteras como en el aumento de accidentes vehiculares.
Como anunció el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inameh) dos ondas tropicales ya han cubierto territorio venezolano desde este semana, experimentándose la primera en el centro y occidente del país este martes, y esperado por la segunda pronosticada para el jueves 29, y que además de lluvias podrán traer descargas eléctricas.
En estos días ya las precipitaciones han pasado de ser un eventual refrescamiento de calores, para persistir por horas, obligando tanto a peatones como conductores a tomar previsiones y ser más cuidadosos en su movilización.
Esto especialmente para los vehículos, que en los momentos en que las lluvias arrecian deben navegar las corrientes que con fuerza buscan salidas a la calle al no poder desviarse hacia los caños colectores de aguas servidas
Entre los puntos de la ciudad de San Cristóbal donde la lluvias pone a prueba los sistemas de enclocado, está el ubicado en el sector Riveras del Torbes. Al pasar por tales vías los choferes deben ir con prudencia a riesgo de una mala patinada o un daño mecánico.
Pero más comprometidas quedan las vías en cuyo pavimento se concentra la acción destructiva de las aguas en libre circulación
De otro lado esas fallas en el alcantarillado hacen de la Marginal del Torbes un rio, que a la altura de la sede del CICPC adopta una abrupta intensidad.
La obstrucción de las alcantarillas ya es un mal endémico que tiene que venir siempre el invierno a recordárnoslo cuando, por causa misma de las lluvias, las reparaciones se dificultan, y que deberían realizarse en los periodos secos. (Freddy Omar Durán)