Un buen corte de cabello en la plaza Urdaneta de Rubio
Norma Pérez
Yoneiker José Ramírez Muñoz es un cumanés que llegó al Táchira en busca de mejores oportunidades. Con cuatro máquinas de cortar cabello, unas tijeras, peines y demás implementos de peluquería, comenzó a probar suerte en este oficio, tan necesario.
“Me vine ‘mochileando’ desde Cumaná a buscar nuevas alternativas. Escuché comentarios positivos del Táchira y quise poner en práctica lo aprendido en el ramo de la peluquería”.
Tiene 22 años de edad y seis hermanos. En su tierra natal se dedicaba a pescar y vender el producto de su trabajo, pero la situación económica se tornó compleja y decidió abrirse hacia nuevos rumbos. Así llegó a la capital del municipio Junín.
Sin recursos para pagar el alquiler de un local, se unió a los numerosos vendedores ambulantes que rodean la plaza Rafael Urdaneta, en Rubio.
Allí, con una silla de plástico y un banquito, bastantes desvencijados, al aire libre y bajo los árboles, improvisó su centro de atención a quienes requieren de sus servicios, los que presta a cambio de una tarifa de cinco mil pesos.
“Siempre me ha gustado la peluquería. Aprendí viendo a los peluqueros cuando hacían los cortes, de diferentes maneras. Me fijaba en cada detalle y los imitaba, hasta que dominé las técnicas y me salen bien”.
Es bachiller. No aspira a hacer estudios universitarios porque debe ganarse el sustento para costear sus gastos. No muestra desánimo, al contrario, habla con entusiasmo, porque se siente a gusto con lo que hace.
El cliente
José Ricardo Galvis Rangel, un merideño que llegó a Rubio en la década de los setenta, perenne vendedor de aguacates, comparte el espacio en la plaza con Yoneiker y lo recomienda “a ojos cerrados”. Es su cliente asiduo:
“Es excelente, lo vi trabajar, nos hicimos amigos. Me di cuenta que conoce su oficio. No hay nada que envidiarle a un profesional. Tiene todos sus implementos muy limpios, es una persona muy seria y correcta”.
A manera de testimonio muestra su corte de cabello recién hecho y sonríe satisfecho con los resultados, mientras se dispone a atender un potencial cliente, que se acerca a ver su mercancía.
Presente y futuro
Por los años previos a la pandemia, hubo otro joven que ofrecía sus servicios de peluquero en la plaza Urdaneta y era famoso por su “corte platabanda”. Como muchos, empacó sus instrumentos de trabajo y emigró hacia otras latitudes.
Yoneiker Ramírez no tiene planes de irse de Venezuela. Recién llegado a la Ciudad Pontálida, se enamoró de una rubiense, con la que tiene muchos planes por cumplir.
“Ya tengo año y medio en este trabajo. Me establecí con mi pareja y tenemos muchas expectativas para el futuro”.
Los domingos presta sus servicios de peluquero para caballeros y niños. También, arregla barbas y bigotes. El resto de la semana, se traslada a Delicias, en el municipio Rafael Urdaneta, donde ayuda a sembrar y cosechar tomates, ahuyamas y otros productos agrícolas.
“Aquí me siento bien. A veces extraño el mar, a Cumaná y a mi familia. Pero pienso que tomé una buena decisión. No es fácil dejar lo que conocemos, pero hay momentos en que es necesario”.
Siente que encontró un hogar en este lugar de gente amable y amistosa. A sus 22 años, la vida se extiende por delante.