Basura, maleza, y estructuras deterioradas forman parte de la imagen del parque Río Torbes, desde la entrada al barrio El Río hasta las instalaciones del CICPC.

Bleima Márquez

Maleza, basura y otros desechos se observan en el parque Río Torbes, de San Cristóbal, uno de los espacios de distracción y entretenimiento de la ciudad, considerado un pulmón vegetal en plena capital tachirense. También hay estructuras deterioradas que requieren ser recuperadas.

Así lo reportan vecinos y usuarios de este emblemático lugar, quienes detallan que este espacio, ubicado entre las riberas del río Torbes y la avenida Marginal del Torbes, necesita de la atención de los entes gubernamentales competentes.

“El parque está totalmente abandonado desde la entrada del barrio El Río hasta el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, (CICPC)”, detallan los residentes de la zona.

De acuerdo con los reportes recibidos, los alrededores de las canchas deportivas están afectados por la basura y la elevada maleza, destacando que prácticamente están tapadas por el monte. Misma situación se refleja en la entrada del populoso barrio El Río, aseguran que un simple recorrido basta para ver los desechos que afean y contaminan el ambiente.

Subrayan que, además del olvido de las autoridades, las personas que a diario pasan o disfrutan de las referidas instalaciones son responsables de la acumulación de basura porque arrojan cualquier tipo de desecho sin remordimiento alguno. En el lugar han botado hasta muebles dañados.

Desde techos rotos, aceras o pisos agrietados, ramas de árboles caídos, caminerías tapadas por el monte, área deportiva e infantil en malas condiciones de pintura y presencia de maleza, al igual que los bancos para sentarse. Todo luce feo y descuidado. Aseguran que es urgente la recuperación de estos espacios.

El llamado de los vecinos es al Ministerio de Ecosocialismo, a la Gobernación del Táchira y a la misma alcaldía, para que no permitan que avance el deterioro de este importante espacio público de San Cristóbal.