Reportajes y Especiales
Autopista San Cristóbal-La Fría: ¿Un trabuco o un petardo?
15 de marzo de 2023
La obra vial más importante proyectada para el Táchira, la autopista San Cristóbal-La Fría, lleva ya más de nueve lustros construyéndose, sin que hasta la fecha se haya fijado su momento de culminación y puesta en servicio para el desarrollo de la región.
Víctor Matos
Algunos pesimistas señalan que a lo mejor este proyecto se gana el premio de Récords Guinnes por el tiempo de su larga ejecución, pero lo cierto es que fue un plan iniciado el sábado 17 de enero de 1976 bajo la presidencia de Carlos Andrés Pérez para resolver el problema de congestión de tránsito en el estado y que tendría 65.85 kilómetros de longitud, que de acuerdo a los años transcurridos, serán los más distantes del mundo en cubrir.
Las promesas desde entonces, hace ya cuarenta y siete años, se han venido multiplicando a lo largo de esta dilatada historia, por donde han jurado culminarla los que fueran presidentes, después de CAP: Luis Herrera Campins, Jaime Lusinchi, Rafael Caldera y hasta Hugo Chávez Frías, a quienes se han sumado durante sus respectivas administraciones, los que fueran gobernadores, como: Enrique Mogollón Carrillo, Ricardo Méndez Moreno, Luisa Teresa Pacheco de Chacón, Francisco Ron Sandoval, Edgar Flórez, Sergio Omar Calderón, Ronald Blanco La Cruz, César Pérez Vivas, José Vielma Mora, Laidy Gómez, hasta que el actual, Freddy Bernal, dijera que no hay recursos locales para poner fin a los trabajos emprendidos.
La autopista San Cristóbal-La Fría es la más importante vía que cruza de norte a sur al Táchira, atravesando diversos municipios, y cuyos tramos 2 y 4 se encuentran todavía en construcción. Ya están ejecutados los tramos San Cristóbal distribuidor Copa de Oro, Lobatera. San Pedro del Río y San Félix-La Fría, mientras sigue en proyecto el de Copa de Oro-Lobatera.
El gobernador en 2013, José Vielma Mora prometió que estaba listo para inaugurar la gigantesca obra, lo que no sucedió, así como se desestimó en su momento la construcción de los grandes túneles: el de Palo Grande con una longitud de 4.500 metros, considerado el más largo de Venezuela, y quizá de Latinoamérica; y el de San Pedro del Río, de 500 metros, para enlazar la autopista que en el plano actual contará con veintiocho puentes, cuatro viaductos y diez y seis distribuidores de tránsito.
Los trabajos de los túneles se desecharon, porque según fuentes confidenciales, un grupo de dirigentes andinos (que serían parte de los llamados “doce apóstoles” que criticaba el dirigente adeco Luis Piñerúa Ordaz) habrían exigido participar en el 50 % de los peajes de sus usos sin aportar nada, lo que fue rechazado por la empresa europea que iba a acometer su construcción y que abandonó seguir con el proyecto.
En una ocasión, el IVT afirmó que las causas por las que no se habían adelantado las obras, se debían a la guerra económica impuesta por el imperio, a la caída de la producción petrolera, luego a las sanciones impuestas por los Estados Unidos, y hasta por los cambios climáticos experimentados últimamente. Cuando se iniciaron los trabajos, no existían tales impedimentos.
Lo cierto es que ahí está ese sueño sembrado hace casi medio siglo sin poder culminarse, sin los famosos túneles que iba a conectar a San Cristóbal con La Fría en 45 minutos de trayecto, en donde se montaría una gran Zona Industrial, convirtiendo a la capital en la “ciudad dormitorio” y en una región de trabajo a la localidad principal del hoy municipio García de Hevia.
Nada de este ambicioso proyecto ha sido posible poner en marcha y más bien los trabajados emprendidos a través de la empresa estatal Comditaca que presidía Juan Galleazzi Contreras, han quedado en el olvido, aunque se espera que algún día se destinen los recursos necesarios para que se haga realidad el bautizo y uso inmediato de la Autopista San Cristóbal-La Fría como tributo al desarrollo vial, comercial e industrial que todos los tachirenses se merecen.
CAP: El hombre que soñaba una Venezuela distinta
Quien fuera presidente de la República, el nativo de Rubio, Carlos Andrés Pérez, se ha convertido en un referente ineludible del siglo XX, quien por cierto en octubre del año pasado se recordó el centenario de su nacimiento y el que más se preocupó por su tierra durante su gestión.
Conocido por sus siglas, CAP, fue el político carismático que estuvo al frente del país en dos ocasiones, siendo la primera la del desborde económico al que se llamó La Gran Venezuela, y para otros la del despilfarro de la “Venezuela saudita”, primero del brillo económico. Y en su segunda vez lleno de dificultades, que lo llevó a superar dos golpes militares pero no pudo con el juicio que lo destituyó en su segundo mandato.
En su ejercicio de 1974 a 1979, quiso dejar una serie de obras para su lar tachirense, entre las cuales se destacó sin lugar a dudas la ejecución de la vía San Cristóbal-La Fría, que aunque parezca mentira, aún no ha podido ser culminada a pesar de las grandes expectativas que despertó está unión con la capital tachirense del ahora municipio García de Hevia, donde se iba a construir la gran Zona Industrial que continúa en veremos por el abandono de los nuevos gobiernos del país que nos han condenado desde hace once lustros.
La famosa y moderna autopista ha sido la obra de infraestructura que más larga en el tiempo se espera su funcionamiento total, pero a la fecha las promesas de quienes vinieron después de Carlos Andrés Pérez no se han cumplido a la espera quizá que un santo milagro logre la culminación de un trabajo que potenciaría el nivel de desarrollo de la región con su riqueza agrícola, a la que se aspiraba que también fuera industrial. (Víctor Matos)