Reportajes y Especiales
BBC: Fuerte ola migratoria determinará el desarrollo de Venezuela
23 de septiembre de 2021
Centenares de miles de familias han comenzado a ver crecer a los nietos por Zoom, mientras los hijos se ganan la vida en países repartidos en dos continentes. No obstante, con frecuencia, muchos abuelos venezolanos ni siquiera tienen Zoom ni pasaportes ni recursos para ir a visitar a los niños cada tantos años.
Por otra parte, hay abuelos que han conservado a los nietos a su lado, pero eso solamente debido a que, al emigrar, los padres de los pequeños no tenían dinero para llevarlos consigo. Como consecuencia, los niños pueden pasar años sin ver a sus progenitores, mientras que para para quienes los cuidan la carga de trabajo adicional no siempre resulta apropiada para su edad.
Reseña la web de la BBC en español que la inédita ola migratoria de los últimos años por la crisis económica, social y política ha generado grandes cambios demográficos y ha terminado por convertir a Venezuela en un país de viejos y niños, con graves implicaciones para el desarrollo futuro del país.
Los habitantes perdidos
En 2015, el Instituto Nacional de Estadística venezolano (INE) estimaba que para 2020 el país contaría con 32 millones 605 mil 423 habitantes. Sin embargo, las proyecciones más recientes de la oficina de población de la ONU (UNPOP) calculan que para el año pasado Venezuela tenía 28 millones 436 mil habitantes: unos cuatro millones de personas menos de lo esperado, una población similar a la existente en 2010.
La ONU, de hecho, señala que Venezuela se ha convertido en el país que más población ha perdido en los últimos cinco años, incluso más que Siria, que está sumergido en una guerra civil. Al mismo tiempo, resalta que Venezuela constituye el único estado de América Latina en perder habitantes en la última década.
La Oficina de la ONU para los Refugiados (Acnur) señala que más de 5,6 millones de venezolanos han emigrado en los últimos años.
Al respecto, Anitza Freitez, directora del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas, señala: “Hemos estado perdiendo población por todos los flancos”.
La también coordinadora del proyecto Encovi (Encuesta Nacional de Condiciones de Vida), que retrata las condiciones de vida de los venezolanos, explica que la reducción de la población obedece principalmente a la emigración masiva pero también a una caída de la natalidad y a un aumento de la mortalidad. “Lo del menor número de nacimientos no es nada desdeñable porque está contribuyendo al envejecimiento de la población”, apunta.
Indica que el aumento de la mortalidad infantil significa una pérdida de 30 años de avances y que se ha traducido también en una disminución de tres años en la esperanza de vida.
Un país de viejos y niños
Todos estos cambios han traído un nuevo panorama demográfico a Venezuela. Según datos de la Encovi, ahora hay más hogares unipersonales, así como un mayor número de hogares encabezados por mujeres.
“Nuestra migración es principalmente masculina. Eso ha llevado a que sean las mujeres las que terminan asumiendo la jefatura del hogar y a que tengamos un porcentaje de hogares encabezados por mujeres por encima del 50%. No hay ningún otro país en América Latina que tenga un nivel de jefatura femenina tan elevado. El promedio de la región está en el orden del 36%”, señala Freitez.
La experta explica que alrededor de 60% de los emigrantes venezolanos son personas en edades comprendidas entre los 15 años y los 50 años de edad, lo que se traduce en una importante disminución de la población activa y en un aumento del peso demográfico de la población dependiente, especialmente de adultos mayores.
De acuerdo con la Encovi, en Venezuela hay en la actualidad 65 personas dependientes (menores de 15 años y mayores de 60 años) por cada 100 personas en edad laboral, una gran carga demográfica que se terminó alcanzando mucho antes de lo previsto.
“Es un país de viejos y de niños”, resume Freitez a BBC Mundo y explica que, “según las proyecciones del INE, se esperaba que en el año 2039 la proporción de personas de 60 años y más alcanzara de 12% a 13% de la población y esa situación se anticipó al 2020, de acuerdo con las actualizaciones de las proyecciones de población para Venezuela realizadas por Naciones Unidas. El envejecimiento se adelantó casi 20 años por efecto de la selectividad de la emigración que significó el éxodo de personas jóvenes”, explica.
Oportunidad perdida
Estos cambios en la conformación de la población de Venezuela –impulsados a su vez por la severa crisis social, económica y política que vive Venezuela- han significado la pérdida de una oportunidad única para el desarrollo del país.
“Si hubiéramos continuado con las tendencias que llevábamos y no hubiéramos pasado por este periodo de empobrecimiento generalizado, de contracción de la economía, de hiperinflación, se esperaba que viviéramos unas cuatro décadas durante las cuales la carga demográfica iba a registrar sus niveles más bajos”, dice Freitez a BBC Mundo.
“Eso significaba que tanto por el lado de la población infantil como por el de los adultos mayores, los requerimientos de inversión para satisfacer las necesidades básicas de esos grupos poblacionales no iban a ser tan apremiantes y, por lo tanto, podríamos concentrar más recursos en la formación de capital humano”, agrega.
La experta explica que países como Corea del Sur han aprovechado estos periodos de transición demográfica para fortalecer la educación e impulsar –con inversiones públicas y privadas- un crecimiento económico que permitió generar riqueza suficiente para desarrollar programas de seguridad social para proteger a las personas mayores a medida que el país iba envejeciendo.
Bono demográfico perdido
En el caso de Venezuela, se estimaba que esa ventana de oportunidad para el desarrollo, conocida como “bono demográfico”, se extendería desde el año 2000 hasta el 2040, pero los demógrafos como Freitez advierten que ya se cerró. La experta asegura que la crisis venezolana ha tenido un impacto similar al de un evento traumático.
“Esta situación, que llega incluso a calificarse como de emergencia humanitaria compleja, equivale a un evento traumático, cómo una guerra. Sabemos que la guerra va a afectar más a la población más joven y a la población masculina”, explica. Pero los efectos de la pérdida de esta oportunidad aún podrán seguirle pesando al país en los años por venir.
El éxodo venezolano reduce el número de consumidores y es “menos atractivo” para la inversión extranjera
Luis Zambrano Sequín, profesor de Economía e investigador de la Universidad Católica Andrés Bello en Caracas, señala que la ola migratoria no solamente redujo la cantidad de personas en edad laboral, sino que además quienes están ocupados son menos productivos.
“La carga ahora es mucho mayor porque no solo ha habido una pérdida de población, sino que también has tenido una pérdida de capital y una pérdida de productividad”, señala.
Al haber menos trabajadores también se reduce el número de consumidores, algo que impacta en el tamaño del mercado interior, uno de los elementos que determinan la capacidad de crecimiento de la economía.
“Mientras más pequeño sea tu mercado, menos atractivo es para la inversión porque entonces no puedes aprovechar las economías de escala. Muchos inversionistas prefieren abastecer estos mercados desde fuera y no desde dentro. Eso reduce las posibilidades y la competitividad del país”, advierte.
En esas condiciones, las opciones de recuperación del país tras la pérdida del bono demográfico lucen un poco más cuesta arriba.