Reportajes y Especiales
Claudia Cano unió al Táchira a través de la ayuda Social
2 de enero de 2024
Lina Botello
“De niña fui muy feliz”. Son palabras de Claudia Cano al conversar sobre su infancia. Su padre, Gustavo Cano, y su madre, Nidia Camargo, formaron una familia pequeña, alegre y unida en la ciudad de San Cristóbal, estado Táchira. De tres hermanos, dos varones, ella es la del medio y la única hembra, lo que la convirtió en una niña consentida.
Sus padres, explica con felicidad en su rostro, fueron personas nobles y trabajadores que dedicaron parte de su vida en ayudar al prójimo, ejemplo que ella y sus hermanos siguieron hasta convertirse en hombres y mujeres hechos y derechos. Actualmente, cada uno tiene su familia. Claudia, quien se casó a los 18 años. Junto a Diego Sánchez, su esposo, nacieron dos hijos: Nadia y Francisco Sánchez.
Recién casada, se dedicó a las labores cotidianas del hogar; eso incluía estar pendientes de sus hijos 24horas/por siete días. En ese proceso pensaba en seguir el legado de sus padres y en continuar las actividades que desde adolescente ideaba acerca del liderazgo, la ayuda social y la participación comunitaria.
Pasaron los años y hoy con 58 años, continúa trabajando por su comunidad y por la ciudad de San Cristóbal. Ha pertenecido a distintas organizaciones y fundaciones, entre ellas Rotary Club Valle de Santiago, en donde se desempeñó como presidenta del club durante dos años consecutivos; desde allí y motivada por su liderazgo, desarrolló diversos programas de carácter social, donde enalteció su trabajo logrando tras largas conversaciones que la empresa privada, médicos ejemplares y el Estado, trabajarán en pro de niños, adolescentes y adultos vulnerables a través de diversas jornadas quirúrgicas, que involucraron a muchos profesionales dentro y fuera del país, en estas mismas actividades se realizaron jornadas médicas y de vacunación gratuitas.
No solo logró que algunas empresas y médicos aceptaran este reto y pusieran a disposición sus instalaciones y su tiempo, sino que entusiasmó a muchas personas de la ciudad para que se unieran a esta linda labor, gracias a este trabajo y compromiso de todos los involucrados, al menos se beneficiaron 500 personas en distintas jornadas quirúrgicas y de atención. Entre ellas destacaron operaciones de hendidura y labio palatino, cirugías de hernias, vesículas, otorrinolaringología, traumatología, entre otras.
Jornadas quirúrgicas en Rotary
Como se mencionó anteriormente, Claudia también realizó caridad en iglesias de la ciudad, en seminarios y en comunidades aledañas y cercanas a su casa. A donde llegaba, ideaba estrategias de ayuda para niños, organizaba eventos e involucraba a la comunidad y a las autoridades para que se comprometieran con las personas y las ayudaran dentro de sus posibilidades.
Dentro de las fortalezas que la destacan, está ayudar a las personas humildes, con quienes más se identifica. Considera que todos los seres humanos “estamos llamados a realizar acciones buenas y desinteresadas por personas que necesiten una mano amiga sin importar sus condiciones, raza o ideologías”. Para ella, ayudar es una de las actividades que más disfruta y le llenan como ser humano, madre y mujer. Para sus hijos, su mamá es una mujer trabajadora, honesta, humilde y persistente.
“Es una mujer que le ha dado felicidad a muchos padres y niños. Trabaja siempre para ayudar a los que pueda. Desde siempre ese fue su trabajo, y cuidarnos a nosotros sus hijos. La recuerdo siempre trabajando hasta tarde, llamando a los médicos y a las clínicas, y al otro día madrugaba con pasapalos para repartir. Es una mujer muy católica. También la recuerdo rezando para que todo saliera bien en las clínicas y con los médicos. Sé que mi hermana también está muy orgullosa de ella y de todo lo que ha logrado”. Palabras de uno de sus hijos, Francisco Sánchez Cano.
Sus hermanos y amigos también recuerdan a Claudia como una mujer muy persistente y dedicada a la labor social. Comentan que desde niña organizaba primeras comuniones para los niños de Pregonero en el municipio Uribante. “Participaba en muchas actividades de la comunidad, colaboraba en las escuelas y era parte de la Asociación de Padres y Representantes. Desde allí organizaba eventos para los niños; también le gustan los animales, especialmente los perros y los gatos”.
Sin duda, los tachirenses han destacado por ser hombres trabajadores, resaltan indiferentemente del lugar donde se encuentren. No solo Claudia ha figurado en su entorno familiar, también ha logrado unir pensamientos e ideologías diferentes, ha unido y fortalecido distintos gremios del Táchira. Su compromiso, responsabilidad y sentido de pertenecía con el estado le han permitido escalar y llegar lejos para lograr actividades que le apasionan, como lo mencionó en la entrevista: “No hay nada que me haga más feliz, que ayudar a las personas humildes”. En definitiva, Claudia Cano ha practicado uno de los lemas rotarios más destacados: Dar de sí, sin pensar en sí”.