Reportajes y Especiales
Cómo es la casa donde 200 venezolanos comparten una cocina y dos baños en Lima
3 de septiembre de 2018
«Somos como una gran familia», dice René Cobeña, peruano de 51 años, casado y padre de dos hijos. «Al albergue le puse ‘Sin Fronteras’ porque el hambre y la necesidad no tienen bandera», agrega el empresario que financia la iniciativa solidaria en un humilde barrio de Lima.
«Acá los acomodamos, antes dormía uno por cada colchón. Ahora duermen dos o más» personas en uno, explica Cobeña, afirmando que siempre hay espacio para recibir a un venezolano más. De hecho, «todos los días» llega uno nuevo.
Los dos baños de la casa se han hecho insuficientes, por lo que hombres y mujeres deben hacer fila. También hay turnos para lavar la ropa en una máquina eléctrica comprada a crédito por Cobeña.
La demanda aumentó después de que el gobierno peruano anunció hace dos semanas que exigiría pasaporte a los venezolanos, cuenta Mauricio Duque, quien funge de administrador y médico del albergue sin percibir salario, tras dejar la carrera de medicina en Venezuela.
«Escogí Perú porque hay más posibilidad para trabajar si consigues legalizarte. En Colombia te ayudan, pero no hay empleo«, dice Lara, quien permanece con su hija de 6 años desde hace 20 días en este albergue.
Llegué con mi hijo, trabajé como ayudante de cocina, pero ahora estoy sin trabajo porque nos piden papeles«, dice llorando María López, quien era profesora en una universidad del estado petrolero de Zulia.
«Todo trabajo es digno. Lo malo sería estar robando. Si se da la oportunidad de lavar pocetas, lo haría», expresa.
(Con información y fotos de AFP | Infobae)