Reportajes y Especiales
El tachirense que nació igual a Diario La Nación
22 de diciembre de 2018
Las 8:30 de la mañana es una de las horas de mayor plenitud de un diario: entonces la gente lo compra en el quiosco, lo lleva camino al trabajo, lo revisa mientras desayuna, lo comenta en la buseta o escucha como leen sus titulares en la radio…
Mañana hace 50 años a las 8:30 de la mañana, Diario La Nación nacía a los ojos de miles de tachirenses que lo estrenaban en sus manos. Al mismo tiempo, mañana hace 50 años a las 8:30 de la mañana, en la sala de partos del Hospital Central de San Cristóbal también nacía a los ojos de médicos y enfermeras un varón tachirense que su madre acogió en brazos.
La cédula de identidad de José Ángel Maldonado Hernández lo dice claro. Fecha de nacimiento: 23 de diciembre de 1968. Para celebrar su cincuentenario de la mano con la gente que lo ha hecho emblema regional, Diario La Nación encontró a un tachirense con el mismo día, mes y año de alumbramiento del periódico. Esta es su historia de vida.
Barbero, casi como periodista
Frente a la plaza Miranda de Santa Ana todos lo conocen como El Gordo. 30 años en el mismo punto convierten a José Ángel en uno de los barberos más antiguos y al Salón de Barbería y Peluquería Alfred en uno de los establecimientos en su estilo más tradicionales del municipio Córdoba.
Allí aplaca el calor el mismo ventilador Alpone y recrea a los niños el mismo televisor Goldstar de hace tres décadas. Aunque se dañan, él los desarma y recompone. Y vuelven a servir.
La Nación también ha sido fiel a La Concordia. En el mismo Edificio Zetor de la calle 4 donde el editor-fundador, José Rafael Cortés, gritó el definitivo “¡No más pruebas, hoy salimos” hace 50 años, la misma rotativa azul Goss Community -ampliada con nuevas piezas- acaba de imprimir la edición cincuentenaria. Una sede que conserva su esencia, pero que ha sido modernizada y adaptada a los cambios que imponen los nuevos tiempos.
Mientras en los años 70 los tachirenses devoraban las letras a color de Diario La Nación, José Ángel aprendía a leer con el Libro Coquito allá El Tambo, de donde es su familia. De grande, puso a otros tantos a leer las ediciones del periódico que, una a una, cada día, levantaban una montaña sobre la tradicional cestica de la prensa y las revistas en la barbería.
Todavía me llegan algunos vecinos y me dicen que si no tengo periódico por allí para que los muchachos hagan alguna tarea de la escuela –dice José Ángel–. Últimamente comprar la prensa se ha vuelto más difícil… aquí en Santa Ana ahora lo venden en un solo punto.
Tiene razón. El año cincuentenario de Diario La Nación cierra con 35 periódicos venezolanos que en los últimos 12 meses han dejado la calle, 26 de forma definitiva y 9 de manera temporal (IPYS, 2018). Entre las causas se cuentan los controles sobre el papel y la crisis hiperinflacionaria que agobia al aparato productivo nacional.
A la industria, pero también a la gente. José Ángel cuenta 30 años escuchando historias desde esa silla de barbero que también puede verse como una suerte de confesionario. Ahora muchos de quienes lo visitan, hombres de todas las edades y sectores, le hablan espontáneamente de la situación del país, de que todo está caro… y él ha entendido que con 4.500 bolívares de salario mínimo puede no alcanzarles para el corte.
Me ha pasado con clientes que se enferman fuerte y ¿cómo les puedo volver a cobrar, si ellos me han dado de comer a mí toda la vida? Les he dicho que mientras estén peludos, que sigan viniendo y aquí igual los afeitamos… y que Dios los aliente.
Así es el tachirense. Solidario. Y así son sus clientes. Fijos, tradicionales, constantes, en una relación de respeto a la que ninguna de las partes le pone las tijeras.
José Ángel es esposo de Carmen, también dedicada a la peluquería. Y ambos son padres de una familia de cinco muchachos, incluidos unos morochos. Todos profesionales y de bien. Jóvenes, con entre 30 y 21 años de edad. Algunos migrantes, en el exterior, como otros miles de su misma generación.
La familia de La Nación también ha echado hijos, como el dominical imbatible ‘Flash’, los suplementos de profundidad ‘Edición Choque’ y ‘Edición Impacto’, las separatas semanales ‘Con la gente’ y ‘Rescate’, el clásico de un cuarto de siglo ‘Táchira Adentro’ y el querido por los niños ‘Pirulín’. Productos editoriales hijos de la marca madre.
De Diario La Nación, José Ángel opina que es un buen periódico, el que trae todas las noticias, el que lo informa y el que cada diciembre, de regalo, le trae su almanaque del año siguiente. Este viernes compró dos para tener precisión todo el 2019.
Nacer 24 horas antes que la celebración del Niño Jesús implica para él una dicha bonita que en casa se celebra con torta. Un primer pastel, porque una hermana cumple el día 26.
Hace 50 años, el nacimiento de Diario La Nación fue celebrado a lo andino, con masato y pasteles, por la familia Cortés: estaban el fundador don Arquímedes; el editor-fundador José Rafael, su esposa y primera administradora doña Gloria y el pequeño Fabio. Los acompañaban el industrial italiano Natale Rafaelli y el jefe de talleres Jaime Botero Ángel. El sacerdote de la parroquia El Rosario echó la bendición y empezó la tarea, como bien escribieron en el editorial de apertura, “En el nombre de Dios”.
También pidiendo la bendición a Dios, a sus 50 años José Ángel se siente satisfecho por lo vivido y con muchas ganas de seguir trabajando. El cumpleaños dorado lo pasará mañana quizás cortándole el cabello a los puros clientes. Son días fuertes, en los que todos quieren verse bonitos.
El secreto de un corte de pelo es cumplir con el gusto del cliente –dice José Ángel–. La gente dice que el barbero es chismoso, pero el barbero no es chismoso… a uno llegan y le cuentan las cosas, sin uno estar preguntando.
El secreto de Diario La Nación, en estas 17 mil 610 ediciones, ha sido parecido: cumplir con las necesidades de sus lectores. El pueblo del Táchira ha llegado a La Concordia, a las libretas de sus periodistas, a los lentes de sus reporteros gráficos, a expresar sus logros y sus problemas de forma libre, abierta, cercana. Y el medio ha sido intérprete e intermediario. Canal y correo. Voz y vocero.
En un discurso dado a sus ahijados de periodistas en 2017, la escritora española Noemí López Trujillo dijo que ser periodista, más que eso de ser el “cuarto poder”, se parece mucho en realidad a ser barbero. Tanto al periodista como al barbero se les exige que necesariamente hablen de todo, de lo humano y lo divino. Por algo, quizás, la Providencia quiso que José Ángel, un barbero, y La Nación, un periódico, vieran la luz el mismo día, un día como mañana hará medio siglo, sobre las montañas del Táchira. Y para el servicio del Táchira.
Daniel Pabón