Reportajes y Especiales

ESPECIAL | Organizados y dispuestos para hacer el bien

13 de mayo de 2020

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Norma Pérez


Es necesario tener un alma generosa y desinteresada para destinar tiempo y esfuerzo en acciones que redunden en el beneficio de  aquel prójimo al que la vida puso en desventaja por diversas circunstancias.

Este es el espacio de quienes le dijeron no a la indiferencia y se organizaron para hacer el bien. Son personas que apostaron a cambiar muchas realidades en un país de situaciones complejas. Gente que ayuda.

Muestra de ello son las fundaciones y asociaciones que desde Rubio, capital del municipio Junín, prestan su cooperación desde diferentes áreas con la intención de aliviar en parte los problemas que aquejan a los habitantes de sectores vulnerables, los cuales aumentan considerablemente cada día por la crisis económica y social de Venezuela.

 

Ami Junín

Ami Junín nació en el 2005 con el propósito de conformar un grupo de profesionales que ayudara a desarrollar proyectos de corte social, productivo, de ingeniería y mejora de servicios para impulsar el crecimiento sostenido del municipio.

El presidente de la asociación, Francisco Gamboa, explica que este fue el objetivo inicial y se hizo énfasis en el respaldo de los proyectos del Consejo Local de Planificación Pública.

Posteriormente se dio una nueva orientación a los objetivos, generar proyectos que contaran con respaldo de organismos nacionales e internacionales ajenos a la política. A partir del año pasado empezaron a desarrollar proyectos independientes. Actualmente cuenta con 36 integrantes que dedican parte de su tiempo a colaborar con el bienestar de sus semejantes.

Tres programas prioritarios caracterizan la labor de Ami Junín. El programa comedor que consiste en brindar la cena de lunes a viernes a 37 niños del barrio “La Palmita 2”, zona muy deprimida económicamente  donde se constató después de la realización de un censo casa a casa, que un 85 por ciento de los menores solo recibían una comida al día.

Esta cifra se sumó a la suministrada por la Corporación de Salud del Táchira el año pasado, la cual elevaba la desnutrición infantil en el estado a un 23 por ciento.

Previo a la selección se efectuó un diagnóstico pediátrico para conocer su condición nutricional, se midieron, pesaron, tallaron y revisaron los hábitos alimenticios habituales en el hogar.

Los pequeños reciben una comida sana que cubre en parte los requerimientos nutricionales para su adecuado crecimiento y desarrollo, pues hay casos donde por la falta de recursos los padres no tienen cómo alimentarlos.

Además de la atención médica a los niños les enseñan hábitos de higiene, socialización y les inculcan valores. Antes de sentarse a la mesa deben lavarse las manos, acudir en orden, dar gracias por la comida y respetar a sus compañeros.

Francisco Gamboa destacó que el programa comedor se encuentra 100 por ciento operativo porque las carencias en ese barrio se incrementan cada día, aunque es complicado debido a que las empresas colaboradoras han visto mermados sus ingresos durante la cuarentena.

El programa orientado hacia la violencia de género cuenta con tres ejes: educar, no solo a la mujer para que no permita el maltrato; también al hombre para que no cometa esta clase de atropellos. Ir al origen del problema para que los hijos no repliquen estas conductas negativas.

Apoyo psicológico, para ello se cuenta con la cooperación de profesionales del municipio Junín quienes prestan su asistencia de manera gratuita.

Asistencia jurídica, con abogados expertos en esta área prestos a asistir a las víctimas, pues para ellos lo más importante es colaborar con todas las personas que así lo requieran para mejorar su situación.

Para llegar a más personas dictan charlas en centros educativos a los jóvenes de educación media y hacen campañas de concienciación a través de las redes sociales.

El tercer programa, consistente en donativos de medicamentos para personas con enfermedades crónicas o con emergencias médicas, se encuentra temporalmente suspendido, por causa de la paralización de la mayoría de los sectores del país.

Existe un programa en etapa experimental de cultura y arte, por medio del cual se llevaron a cabo talleres de artesanía y se tenía programado un evento para el mes de septiembre, el cual fue pospuesto para finales de este año.

En proyecto próximo a desarrollar se encuentra la creación de una escuela de labores, cuyo objetivo es capacitar a las personas en oficios básicos en los que puedan desenvolverse y generar ingresos, así como reducir costos en los hogares.

 

Seno y Vida

Seno y Vida es una asociación sin fines de lucro que brinda su respaldo a la mujer con cáncer de mama, a sus familiares y a las pacientes que terminaron su protocolo.

Pierina Hernández, presidenta de Seno y Vida Junín, es paciente oncológica y hace cuatro años le detectaron un cáncer de mama. Dice que la trataron dos ángeles, las doctoras Nelly Carrero y Estela Rivas quienes por su vocación de servicio crearon la asociación en el Táchira y la animaron para que abriera una  sucursal en la ciudad pontálida.

Ella concretó esta idea al percatarse que en Rubio había una cantidad considerable de mujeres con la enfermedad. Para ese momento, año 2016, su esposo Yobel Sandoval era el alcalde del municipio Junín y le ayudó a realizar una gran caminata por la salud en el mes de octubre. El 8 de marzo del año siguiente inauguraron la oficina de Seno y Vida bajo la bendición de Fray Isidro Rubio, dominico español.

A partir de allí comenzaron a efectuar actividades recreativas y sociales para recabar fondos: eventos deportivos, vendimias y charlas, pues no cuentan con ningún apoyo oficial ni de organizaciones no gubernamentales.

Estos fondos los destinan a la adquisición de medicamentos para los tratamientos, ya que de acuerdo al tipo de patología las medicinas varían en su costo y muchas pueden llegar a ser inaccesibles para las pacientes. A esto se suma la dificultad para conseguirlas.

La ayuda se destina para las mujeres con menos recursos económicos, pues de esos medicamentos depende la superación de la enfermedad y si no pueden adquirirlos la situación se torna complicada.

Un aspecto fundamental para la asociación es ofrecer apoyo emocional a las pacientes para incorporarse nuevamente a sus actividades diarias porque en su  mayoría sufren un proceso post traumático al igual que sus familiares y requieren asesoría especializada.

 

Deus Caritas Est

La encíclica del Papa Benedicto XVI acerca del amor cristiano fue la inspiración para bautizar la fundación Deus Caritas Est: “Dios es amor y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él”. 1era carta de Juan 4:8.

Jackson Carrillo, fundador de esta organización no gubernamental sin fines de lucro y de interés social, recuerda que comenzaron a funcionar legalmente el 2 de noviembre de 2015 y con la misión de luchar contra enfermedades crónicas como el cáncer, la hipertensión arterial, diabetes, insuficiencia renal y el VIH.

Son treinta voluntarios entre los que figura un equipo de médicos, odontólogos, bioanalistas, psicólogos, nutricionistas y enfermeras, quienes tienen a cargo la atención durante jornadas preventivas, de vacunación y donativo de medicamentos.

Para ello cuentan con la cooperación de la empresa privada del municipio Junín, personas que se encuentran en el exterior, personal del Hospital Padre Justo de Rubio y la Corporación de Salud del estado Táchira, Fundación de la Clínica del Cáncer y médicos particulares. A la fecha no han accedido a financiamiento internacional pero agradecen la solidaridad del pueblo rubiense que les permite cumplir sus actividades.

También realizan actividades culturales, deportivas y recreativas, jornadas de desparasitación de mascotas, atención a los adultos mayores de la Casa Hogar “San Martín de Porres” y colecta de recursos para apoyar a quien necesite cubrir gastos médicos, realizarse una intervención quirúrgica o comprar alimentos y no tenga los recursos para hacerlo.

Aun cuando la Fundación se creó para operar en Venezuela y en el contexto internacional, en estos momentos opera en diferentes municipios del Táchira y su sede principal se encuentra en Rubio.

A pesar de las vicisitudes su labor no se detiene y sus miembros siempre están atentos a las necesidades de los habitantes de Junín en una constante misión de servicio.

 

Juventud de Venezuela por el Mundo

Jorge Luis Ramírez representa el nombre de la fundación que preside. Es un joven animoso que junto a cinco compañeros le dio vida a “Juventud de Venezuela por el Mundo” el 23 de enero del 2019. Fecha por demás simbólica.

“Decidimos conformar un equipo que realmente se enfocara en la juventud y en la capacidad para transformar la conciencia ciudadana mediante el voluntariado social”, afirma, mientras señala que su línea a seguir es la de ayudar a cualquier persona que lo necesite sin distinciones. No tienen ningún tipo de afiliación política ni fines de lucro.

Afirma que todo va desde el amor que ellos como jóvenes puedan manifestar a las comunidades generándose una cooperación mutua. Su pensamiento lo corroboran los otros cuatro fundadores: Freyber González, Scarlet Zambrano, Freddy González y Raymond Niño; pilares de la organización a quienes se incorporaron como directivos Anthony Camargo, Nyloha Pérez y Manuel Cortés. Junto a los demás integrantes llegaron a sumar 60, pero con la diáspora el grupo se redujo a 25.

“Muchos de nuestros jóvenes partieron porque no podíamos asegurarle un sustento. Las palabras de aliento precedían siempre cualquier actividad, pero es muy difícil llegar a pintar una cancha sin haber desayunado”, reflexiona Jorge Luis.

La labor de la fundación abarca limpieza de parques y plazas, recuperación de espacios en comunidades, pintura y reparación de canchas, organización de jornadas médico asistenciales, recreación en escuelas, donaciones y entrega de juguetes a los niños.

El año pasado desarrollaron el proyecto “Regalando Sonrisas” en la escuela del sector “El Japón”. Allí realizaron una jornada de actividades recreativas, merienda, donación de juguetes y útiles escolares para los pequeños de esa zona afectada por la situación socioeconómica. Esa experiencia deja un testimonio de tristeza, pues muchos de esos niños nunca habían probado el sabor de una compota.

Sus esfuerzos redundan en las mejoras del polideportivo “Víctor Maldonado”, donde suscribieron un convenio con la junta administradora para colaborar con el mantenimiento y limpieza del lugar.

La acción de estos muchachos se extiende hasta la Casa Hogar “San Martín de Porres”,  recolección de fondos para personas enfermas y múltiples obras en pro de sus semejantes. Jóvenes de valores sólidos como los que necesita el país.

 


Bondad versus adversidad

Dedicar tiempo para ayudar a sus semejantes denota bondad y compromiso. Esto cobra mayor importancia cuando quienes lo hacen también luchan por salir adelante en un país con las condiciones de Venezuela.

Ami Junín, Seno y Vida, Deus Caritas Est y Juventud de Venezuela por el Mundo son solo una muestra del trabajo de esta naturaleza que se realiza para ayudar a los más necesitados, pues las acciones se multiplican.

La labor de estas organizaciones es digna de aplaudir e imitar. Sus integrantes demuestran que con el esfuerzo colectivo es posible hacer pequeñas obras para construir una muy grande. En este caso es obra de bien para derrotar la adversidad. Revive la esperanza en la humanidad.

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