Reportajes y Especiales
Historia milagrosa de la Consolación es una esperanza para los tachirenses
15 de agosto de 2021
Por Humberto Contreras
La Basílica de la Consolación de Táriba prepara sus galas para la conmemoración, este domingo 15 de agosto, el día dedicado a la santa patrona del Táchira. Aun cuando se ha hecho énfasis en la necesidad de respetar las medidas de bioseguridad, en particular el distanciamiento físico y el uso de tapabocas, las circunstancias hacen presentir que puede haber alta presencia de feligreses, dado el fervor y la devoción con que los tachirenses aman a la madre de Dios.
Para conocer un poco sobre los preparativos, conversamos este domingo anterior con el padre Pedro Fortoul, quien ofició la eucaristía dominical, que contó con presencia de fieles, con su respectivo tapaboca, y cumpliendo la lejanía o separación recomendada, entre personas.
El padre Fortoul es uno de los formadores en el Seminario Santo Tomás de Aquino, es decir, que se encargan de acompañar a los seminaristas en su formación como sacerdotes.
Pero también, nos explica, ejerce como auxiliar en la Basílica, colaborando cuando hay alguna celebración religiosa. En fin, dice, vengo cuando me invitan, y en general para ayudar cuando hay mucha actividad, pero mi responsabilidad fundamental es en el Seminario.
En principio, aún se analizan las medidas para efectuar los actos religiosos, los cuales, sin embargo, serán anunciados por el obispo, monseñor Mario Moronta. Pero sí se está coordinando con el equipo de comunicación de la Diócesis, que luego hará el enlace con los demás medios de comunicación, para crear la señal que será distribuida, como se hizo el año pasado, tanto en el Santo Cristo como en la Fiesta de la Virgen, y así unirnos, como mucha gente lo ha hecho, durante estos meses de pandemia, en la fe, en la esperanza y en la caridad, a la celebración eucarística, sea por la radio o por la TV, o internet.
Ante la perspectiva de que la ceremonia religiosa conmemorativa de la Virgen sea transmitida por TV y por radio, así como por medios web de la región, preguntamos al padre Fortoul:
— ¿Si un creyente reza desde su casa, cumple con la Virgen?
— Sí. Evidentemente, responde. Pero la verdad es que la gente no tiene por qué esperar al 15 de agosto para manifestarle su devoción, sino que, ojalá Dios, ya durante estos días y por supuesto, durante todo el año, en todos los hogares cristianos del Táchira se cultive el amor a la Virgen, la devoción a Dios, el respeto a todas las personas, así como el amor al prójimo, que son las características fundamentales de nuestra fe cristiana.
Tenemos que recordar, agrega el sacerdote, que Dios está en todas partes, y que a Dios le oramos desde nuestro corazón, Quisiéramos que, como muchos años anteriores, esa gran cantidad de peregrinos pudiesen llegar a la iglesia, a agradecer a la Virgen como lo desean, o a hacerle sus peticiones, si las tiene, recordando que, desde hace más de cuatrocientos años, es un centro de peregrinación.
Pero como sabemos, continúa el padre Fortoul, debemos guardar y respetar las medidas o restricciones de bioseguridad, y por supuesto que, desde sus hogares, la Virgen María recibe su acción de gracias, y auguramos que ya, para el próximo año, tanto los peregrinos del Santo Cristo de La Grita, como los de la Virgen de la Consolación, podamos reencontrarnos para revivir esas grandes manifestaciones de fe popular, que nos caracterizan en este mes de agosto.
— Y en cuestión de feligresía, ¿sabe de alguna persona que haya sido objeto de un milagro?
— Sí. Conocemos muchísimos casos. Pero no quisiera ahora detenerme en un caso específico, porque son demasiados. Basta venir y ver aquí, en el mismo templo, cómo cada persona llega (embarazadas, personas que han sido secuestradas, personas con algún sufrimiento de enfermedades como cáncer, o con algún problema económico, con alguna necesidad espiritual). Y que aquí, delante del altar, le manifiestan su petición y le hacen su promesa; o quienes ya han sido atendidos, le manifiestan su agradecimiento.
Y, por supuesto, no solamente milagros referidos a la salud, o a necesidades personales. La Virgen María también ha sido abundantemente misericordiosa con el pueblo del Táchira. Nos ha dado muchas familias cristianas, nos ha dado también muchos sacerdotes. El Seminario es uno de los grandes milagros de la Virgen (la construcción de la sede), y la gran cantidad de vocaciones sacerdotales que aquí se desarrollan.
Es importante resaltar cómo este lugar se convierte también en un importante sitio de santificación de los hombres, o sea, por la palabra de Dios, o por la cantidad de bautizos que aquí se celebran semanalmente, por lo que muchos hijos, a través del bautismo, se convierten en hijos adoptivos de Dios. También se ve cómo surgen muchos matrimonios aquí. Es impresionante la cantidad de parejas que quieren casarse a los pies de la Virgen María para recibir su bendición. Ha habido veces en que un solo sábado se realizan hasta seis o siete matrimonios.
— Padre, ¿cómo va a ser la celebración el próximo domingo?
—Se está coordinando lo que se hará ese día, y también la víspera, el sábado 14, cuando se esperan muchos peregrinos. Nos estamos organizando para este fin de semana.
Un poco nos ha servido, explica, la experiencia en la actividad del viernes 6 de agosto, con la festividad del Santo Cristo de La Grita. Se tiene pensado que, a través de una especie de corredor, la gente pueda contemplar la imagen de la Virgen, y en todo caso, ya monseñor Moronta estará dando las indicaciones en los próximos días, porque como se dijo, sirvió mucho la experiencia de La Grita, y con base en ello, él considerará las consideraciones oportunas que hay que tener para salvaguardar la salud pública.
Pero lo que sí es que seguro es que se tendrá la eucaristía, como monseñor en La Grita dispuso: a puerta cerrada, y luego se dispondrá del momento en que la gente pueda observar la imagen, aquí en el templo. Pero ya se está trabajando con los grupos de apostolado de la Basílica, y en su debido momento se dará la información de cómo se estarán realizando las actividades para el recibimiento de los peregrinos, en la medida de las posibilidades y con las limitaciones que tenemos.
De todas maneras, entendemos que la experiencia de La Grita no es igual. Aquí estamos en área metropolitana y la festividad es en domingo. La gente va a tener la iniciativa para venir, aunque la recomendación general es que las personas este año eviten las aglomeraciones, la acumulación de peregrinos, todo por el bien público y de cada uno.
Un milagro de la Virgen
Preguntamos al religioso si tiene conocimiento de alguna acción de fe, de algún milagro especial.
Sí, responde. Realmente, la devoción a la Virgen de Consolación, ya desde el año 1600, está cargada de grandes manifestaciones de la misericordia de Dios, que los fieles han alcanzado por la intercesión de la bienaventurada Virgen María. Los archivos históricos de los siglos 17, 18 y 19, registran momentos interesantísimos en los que la madre de Dios socorrió a los enfermos que acudían a ella.
Precisamente, uno de los vitrales de la Basílica así lo muestra, cuando en San Cristóbal se desató una epidemia, muchas personas estaban falleciendo, y estaba perjudicando a la población. Entonces, el obispo Gregorio Jaimes de Pastrana y Bazán, fiel devoto de la Consolación, oriundo de San Cristóbal, y que luego fue obispo de Santa Marta, en Colombia, decidió llevar en procesión la Virgen hasta San Cristóbal.
El padre Fortoul indica que este acontecimiento prodigioso está registrado en los anales eclesiásticos, en los archivos de la Virgen: Sabemos que, en esos tiempos, ir de Táriba a San Cristóbal era toda una jornada de caminos reales, con sus dificultades y demás. Cuando la procesión cruzó el río y entró a San Cristóbal, comenzó a mostrar una especie de sudor, que conmocionó a todos.
Y ya, continúa Fortoul, es un acontecimiento extraordinario, que la Virgen logró el milagro, algo que está en concordancia con los tiempos que estamos viviendo. La pandemia cesó y la vida de muchos fue salvada de las consecuencias de esa epidemia.
— Estamos hablando, más o menos, de mediados del siglo XVII, entre 1660 y 1665; porque a partir de 1687, monseñor Jaimes de Pastrana no está más acá, y le deja en esa fecha el relicario de plata que tenemos acá con el cuadro original, de la Virgen, que reposa en el altar de la Basílica.
Allí está la tablilla original que entregaron los padres Agustinos en el siglo XVI a Táriba, y que, desde ese momento, ha sido este lugar, donde está construida la Basílica, el lugar donde los fieles y peregrinos han venido a agradecerle a la Virgen, a pedir su protección y a cobijarse bajo su manto consolador y maternal.
–¿Por qué este sitio para la Basílica?
–Estos eran terrenos de la casa del jefe encomendero de Táriba, Alonso Álvarez de Zamora. A él le llevaron la tablita, que ya estaba empezando a ser reconocida por los indígenas, y Zamora dispuso hacerle una ermita, que poco a poco fue creciendo en fieles. Allí, en ese sitio, fue pasando su historia, y justo en esos terrenos fue construida la capillita, que más tarde, por la evolución, se convertiría en lo que es hoy la Basílica,
Otros milagros históricos
Prácticamente, el primer milagro que se atribuye a la Virgen ocurrió justo cuando los dos frailes agustinos, desde San Cristóbal, en 1560, llevaron a Táriba la tablita con la imagen de la Virgen, que había sido traída de España. Viajaban de noche, y cuando llegaron a la orilla del río Torbes, vieron que estaba muy crecido. Para evitar que la tablita de la imagen se mojara, la ataron a una caña y se arriesgaron a pasar la fuerte corriente.
En medio de sus oraciones a la Santísima Virgen para que les protegiera y les ayudara a cruzar, los monjes pudieron pasar sin problema de manera rápida, lo cual fue considerado por ellos como un milagro. Este acontecimiento también está representado en uno de los vitrales de la Basílica.
Otro caso: Textualmente, conseguimos la siguiente narración: “Corresponde al sacerdote Francisco Martínez de Espinoza, Cura y Vicario de la Villa de San Cristóbal, iniciar la construcción del primer templo a la Virgen de Táriba, tal como se lee en la «Relación Auténtica».
El 18 de marzo de 1690, víspera del Domingo de Ramos, se testifica un milagro de la Virgen, pues ocurrió que se hundió el techo de la Capilla Mayor, y milagrosamente se salvaron el albañil Juan Báez y otros cuatro ayudantes que allí estaban colocando las tejas”.
Definitivamente, la historia milagrosa de la Virgen de la Consolación es una esperanza para los tachirenses.