Reportajes y Especiales

Historias covid-19 | ¿Qué está pasando con el remdesivir en Venezuela?

26 de septiembre de 2020

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Por Ricardo Barbar


Los médicos le dijeron a Jesús que su esposa necesitaba un medicamento llamado remdesivir, pero en la clínica no lo tenían ni sabían dónde encontrarlo. Anobis estaba hospitalizada por covid-19 en una pequeña clínica del estado Vargas, a 55 kilómetros de Caracas.

Había empezado a recibir tratamiento con remdesivir en una clínica de Caracas, donde estuvo hospitalizada después de pasar por otros 8 centros donde le negaron atención. No tenían camas disponibles. Anobis estaba preocupada porque tenía una afectación de base llamada enfermedad bullosa. Al igual que la covid-19 le causaba dificultad para respirar. Al tercer día de hospitalización interrumpieron el tratamiento porque debían sacarla de la clínica. “El seguro rechazó el presupuesto de 1800 dólares que la clínica cobraba por día de hospitalización”, dijo Anobis. Esa noche ella y su esposo durmieron en su casa, en Vargas, y a la mañana siguiente buscaron en su zona un centro que el seguro pudiera pagar. Llegaron al Hospital San José de las hermanitas de los pobres.

El remdesivir, un antiviral que fue probado para combatir el virus ébola en 2014, recibió mucha atención en abril cuando un ensayo científico sugirió beneficios clínicos en cierto tipo de pacientes covid-19.

A finales de julio, el gobierno de Venezuela lo incluyó dentro del protocolo de medicamentos contra la covid-19. Según estos lineamientos, se debe suministrar remdesivir tanto a los sospechosos como a los contagiados que tengan comorbilidad y presenten insuficiencia respiratoria leve. También a los pacientes confirmados o sospechosos que presenten insuficiencia moderada o grave, así como en aquellos casos que tengan estos mismos síntomas y estén intubados.

Además del remdesivir, en la lista del protocolo venezolano está la hidroxicloroquinacloroquinaivermectina lopinavir/ritonavir, medicamentos que no han demostrado ser efectivos contra la enfermedad. La OMS excluyó a estos cuatro medicamentos por no demostrar beneficios contra la covid-19. El remdesivir está siendo probado actualmente en el proyecto Solidaridad, un ensayo clínico coordinado por la OMS que evalúa la eficacia de posibles tratamientos contra la covid-19.

El protocolo venezolano establece que se debe administrar remdesivir junto a hidroxicloroquina en un caso específico: cuando el paciente presenta insuficiencia respiratoria moderada o grave y se encuentra en ventilación mecánica. Sin embargo, en un ensayo se sugirió que la hidroxicloroquina y la cloroquina inhiben el efecto del remdesivir, por lo que no se recomienda la administración de alguno de estos dos medicamentos junto al remdesivir.

El Ministerio de Salud establece que todos los medicamentos contra covid-19 deben ser gratuitos tanto en hospitales como clínicas. El proceso oficial indica que los médicos de hospitales o clínicas deben solicitar los medicamentos a Epidemiología regional. Esta instancia dirige la solicitud al Ministerio de Salud y este lleva los medicamentos al hospital o la clínica.

“Uno como médico realiza un informe y solicita remdesivir al Ministerio de Salud a través de Epidemiología regional. El ministerio tiene un comité que analiza el informe médico. Muchas veces deciden que no. Muchas veces no responden. Algunas veces lo dan. Cuando lo hacen, el ministerio envía el remdesivir a la clínica o al hospital donde está el paciente. Te dan las ampollas para el tratamiento completo”, dice María Eugenia Landaeta, jefa del Servicio de Infectología del Hospital Universitario de Caracas.

Si el Ministerio de Salud no entrega el medicamento a la clínica o al hospital, los médicos piden a los familiares que lo busquen por su cuenta. Varias personas confirmaron que a sus parientes les habían prescrito el medicamento. No hay otra vía para solicitar directamente remdesivir al ministerio.

En Venezuela, el mayor número de búsquedas en Google sobre el medicamento se dio en agosto. “Qué es remdesivir”, “remdesivir en Venezuela”, “remdesivir para qué sirve”, “remdesivir qué es y para qué sirve” fueron las principales búsquedas.

A mediados de ese mes, circuló una información por Twitter donde se decía que la empresa de medicamentos Espromed Bio estaba donando remdesivir. Desde Chile, el hijo de Anobis y Jesús les comentó a sus padres que fueran al lugar, pero la propia empresa desmintió la información en su cuenta de Twitter. Anobis y su esposo siguieron buscando el medicamento. Su hijo escribió un tuit donde pidió seis viales de remdesivir y dejó el número de contacto de su mamá. Una amiga de la familia también solicitó el medicamento y dejó el número de contacto de Jesús. Cada día, Twitter se fue llenando de más solicitudes desde distintos estados de Venezuela. Desde el 25 de agosto hasta el 12 de septiembre, Prodavinci identificó 184 tuits de usuarios solicitando remdesivir.

Palabras más repetidas en las solicitudes de remdesivir en Twitter desde el 25 de agosto hasta el 12 de septiembre

Anobis recibió varios mensajes de particulares que vendían cada ampolla del fármaco entre 450 y 650 dólares. También recibió un mensaje de alguien que quería donar el medicamento. Jesús tomó el teléfono de su esposa y conversó por mensajes y llamadas con el desconocido, quien dijo que haría la donación porque los medicamentos le habían quedado de un familiar que falleció. Dijo que viajaba de Maturín a Caracas y que necesitaba comprar una cava para la refrigeración. Pidió que le hicieran una transferencia 4.545.000 bolívares (unos 15 dólares al cambio de ese día). Jesús lo hizo. Luego, el desconocido solicitó otra transferencia para dos bolsas de hielo. Anobis y su esposo tenían dinero solo para una. Jesús prometió conseguir el resto del dinero en el transcurso del día. “Yo compraré otra y allá me los paga”, respondió el desconocido. A la media hora volvió a escribir y dijo que necesitaba retirarse del lugar donde estaba, que una bolsa de hielo no iba a conservar el medicamento, que era mejor devolver la cava y no llevar el remdesivir.

“Tráigalo, se lo pido de todo corazón”, le escribió Jesús desde el celular de Anobis.

“No, amigo. Eso se dañará”, respondió el desconocido.

“Cómprelo usted, yo se los consigo después del mediodía, por favor. O si no puede entonces, si el bodegón me puede hacer el reintegro sería de mucha ayuda”, insistió Jesús.

El desconocido respondió un “ok” que no dejó clara la respuesta a cuál de los mensajes se refería.

“Amigo, ¿qué decidió?”, escribió el esposo de Anobis a las 8:47 am. “Buenas tardes, amigo, para saber si ya salió”, volvió a escribir a las 2:14 pm. El desconocido respondió que iba en camino. Esa noche no llamó ni escribió.

Al día siguiente Jesús recibió un mensaje, esta vez en su celular. Alguien decía que quería donar remdesivir. Era el mismo número que le había escrito a su esposa.

Varios usuarios denunciaron en Twitter estafas del mismo número. En los comentarios, dijeron que la persona detrás del número también ofreció distintos medicamentos que nunca entregó. También les pidió dinero. Algunos usuarios comentaron que fueron estafados hacía un año.

El remdesivir se comenzó a utilizar en el tratamiento de covid-19 a raíz de un ensayo clínico, el ACTT-1, que mostró buenos resultados en cierto tipo de pacientes. “Los datos preliminares del estudio ACTT indican que los pacientes tratados con remdesivir tuvieron un tiempo de recuperación 4 días más rápido en promedio y estadísticamente significativo que los que recibieron placebo”, reconoció la OPS en un documento. Sin embargo, no hubo diferencia significativa en la mortalidad de las personas que recibieron remdesivir versus las que recibieron placebo.

El ACTT-1 ha sido el más grande y significativo desde el punto de vista estadístico: participaron 1063 pacientes. Los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, el patrocinador del ensayo, concluyeron que el estudio demostró beneficios sólo en casos específicos:

  1. El beneficio de remdesivir fue más evidente en pacientes hospitalizados que solo requerían oxígeno suplementario (por cánula nasal o máscara). Es decir, sin intubación.
  2. No se observó ningún beneficio en aquellos pacientes que estaban recibiendo oxígeno de alto flujo, ventilación no invasiva, ventilación mecánica o ECMO (oxigenación por membrana extracorpórea, esto es oxigenación en la sangre). Sin embargo, aclararon que “el estudio no tenía el poder estadístico suficiente para detectar diferencias dentro de los subgrupos”.
  3. No se observó ningún beneficio del remdesivir en pacientes covid-19 leve o moderado, “pero el número de participantes en estas categorías fue relativamente pequeño”.

En Venezuela, el protocolo indica que se debe aplicar remdesivir a pacientes con insuficiencia respiratoria leve, moderada o grave.

“El criterio que tenían inicialmente en Venezuela era aplicar remdesivir a los pacientes que requerían ventilación mecánica. Eso no tiene lógica. El remdesivir no mostró beneficios ni en los casos leves ni en los casos críticos; solo en los casos con insuficiencia respiratoria moderada”, dice Manuel Figuera, médico internista, vicepresidente de la Sociedad Venezolana de Infectología y superintendente de Salud Baruta.

“Lo ideal es suministrar el remdesivir durante los primeros siete días de la enfermedad, cuando la persona tiene fiebre, tos seca y dificultad para respirar. Esto es en la segunda fase de la enfermedad. Pero si el paciente pasa a tercera fase, cuando hay que intubarlo y ponerlo en ventilación mecánica, el remdesivir no funciona”, dice María Eugenia Landaeta.

El medicamento no cura la enfermedad ni repara el daño ocasionado por el virus. Los ensayos sugieren que sólo evita su progresión. Cuando el coronavirus entra al organismo infecta muchas células y crea copias de sí mismo. Mientras más copias crea, más severa es la infección. El remdesivir detiene la replicación del virus.

“Cuando hospitalizas a alguien con covid-19 que tiene los pulmones dañados, pongas lo que le pongas, ese paciente va a tener una mala evolución. El virus se replica, pero si tú le das un antiviral deja de replicarse quizá a la misma velocidad que se estaba replicando antes. Tampoco es que tú suministras el medicamento y frena totalmente la reproducción de los virus. Sucede como en los incendios: algo que ya se quemó quedó dañado. Si logras apagarlos todavía habrá focos encendidos, pero disminuyes la progresión y la velocidad del daño”, dice Figuera.

El 1 de mayo de 2020, la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó una licencia de emergencia para el uso de remdesivir en pacientes graves con covid-19 (sospechoso o confirmado), tanto en adultos como niños que se encuentren hospitalizados. Aunque está aprobado para pacientes graves, los Institutos de Salud de Estados Unidos recomendaron priorizar el uso de remdesivir en pacientes hospitalizados con covid-19 que no necesitan ventilación mecánica invasiva (intubación), suministro de oxígeno a través de un dispositivo de alto flujo, ventilación no invasiva u oxigenación por membrana extracorpórea (oxigenación en la sangre).

Gilead Sciences, la empresa que desarrolló el remdesivir, otorgó licencias a cinco laboratorios fabricantes de genéricos en India y Pakistán, sin exclusividad ni regalías, es decir, que los fabricantes pueden vender al precio que consideren. En Estados Unidos, Gilead fijó el precio de cada ampolla en 520 dólares para aquellos que cuenten con seguro privado, y en 390 dólares para aquellos que no.

A mediados de agosto, al occidente de Venezuela, en Maracaibo, Sonia estaba buscando remdesivir para su papá y su esposo. El médico le prescribió seis viales, pero le dijo que no sabía dónde encontrarlos. Alguien hizo la solicitud en Twitter y dejó el número de contacto de Sonia. Comenzó a recibir llamadas. Sonia dice que le ofrecieron una ampolla en 850, 950 y 3.000 dólares. Compró cuatro viales para su papá con el dinero que había reunido entre amigos. Buscando los dos restantes, la gobernación del Zulia la llamó. “Yo les fui sincera y les dije que había comprado cuatro. Me dijeron que entonces solo me darían dos. Los llevaron a la clínica donde estaba mi papá”, contó Sonia.

En Venezuela, el medicamento ha llegado a algunas farmacias. En Caracas, Farmatodo, Locatel y Fundación Badan informaron que tienen el fármaco. El precio de cada ampolla varía entre 430 y 455 dólares. El tratamiento completo de seis viales costaría entre 2580 y 2730 dólares. Se administra mediante una infusión intravenosa. Un médico o una enfermera debe vigilar el tratamiento. “Los pacientes tienden a automedicarse. Es grave. Incluso alguien pudiera morir por una información falsa. Siempre es importante que las personas consulten al especialista. Y cuando me refiero al especialista hay otro elemento: hay profesionales de salud que, sin la experiencia adecuada, sin tener los conocimientos, están haciendo indicaciones equivocadas”, dice Manuel Figuera.

Después de la estafa, Anobis no pudo comprar ni conseguir el remdesivir. Solo le suministraron dos ampollas en la clínica en la que estuvo en Caracas antes de trasladarse a Vargas. Luego de nueve días de hospitalización le dieron el alta y se está recuperando en casa. Todavía respira con dificultad.

Sonia pagó más de 3.400 dólares por el tratamiento que consiguió por redes sociales. Dijo que su papá mejoró luego de recibir los seis viales de remdesivir. Su esposo se recuperó sin el medicamento.

El miércoles 8 de septiembre, durante una alocución, el presidente Nicolás Maduro dijo:

“Por ahí se desarrolló una denuncia (…) en un hospital. Gente vendiendo, en dólares, el remdesivir que trae el país y le da a los hospitales gratis. Vendiéndole a 4.000, a 5.000 dólares el remdesivir que traemos y que es gratis. Se lo damos gratis a las clínicas privadas, (…) a todos los enfermos graves y moderados del país. Es una medicina muy eficaz, muy importante y muy cara. Capturamos a los primeros involucrados”.

Hasta el 10 de agosto de 2020, la OPS había registrado más de 1.000 estudios aleatorizados sobre tratamientos farmacológicos para pacientes con covid-19. Todavía se necesita más evidencia científica que demuestre que un medicamento es realmente efectivo.

“En realidad, la mayoría de esa información [científica] no pasa la prueba del tiempo. Es decir, dentro de meses o años mucho de eso se olvida, porque no se confirma que la observación estuviera suficientemente basada en los hechos. Pero no importa, así es como avanza la ciencia. La información que se publica hoy en día estimula a otros investigadores a tratar de confirmar o refutar esa información y poco a poco vamos adquiriendo conocimiento científico sólido”, dijo durante una entrevista con Prodavinci José Esparza, eminente virólogo venezolano, exintegrante del programa global de la OMS para el VIH/sida.

“Lo que sucede con el coronavirus es que han tratado de buscar distintas drogas y distintos tratamientos que pudieran servir por algunos mecanismos de acción directos o indirectos. Directos, me refiero a que puedan matar el virus; por ejemplo, buscaron el lopinavir/ritonavir; indirectos, me refiero a la cloroquina, la azitromicina, la ivermectina, drogas que pudieran controlar no el virus sino la tormenta de citocinas, que puede generar el organismo como respuesta inmunológica, para que no sea tan severa. Pero tampoco han podido demostrar que eso funcione. Tú ves a gente tomando cloroquina, ivermectina, azitromicina, vitamina C, D, zinc, magnesio para ‘curarse’ del covid. Es más el efecto psicológico que otra cosa”, dice María Eugenia Landaeta.

“El primer paciente al que yo le indiqué remdesivir iba a ir a ventilación mecánica. Le dimos el medicamento y la mejoría fue muy rápida. Esto es totalmente anecdótico; es decir, no es evidencia científica, pero hubo mejoría”, contó Manuel Figuera.

El pasado 21 de agosto, Jama Network, la revista de la Asociación Médica Americana, publicó un editorial en el que advirtió que quedan preguntas importantes por resolver en relación a la eficacia del remdesivir: cuáles pacientes tienen más probabilidades de beneficiarse, la duración óptima de la terapia, el efecto del remdesivir frente a otros medicamentos como los esteroides, que son más económicos y están disponibles ampliamente.

***

Sonia es el nombre ficticio de una entrevistada que pidió que su identidad no fuese revelada.

 


Este es un trabajo de Ricardo Barbar en el marco del proyecto de Prodavinci y el Centro Pulitzer: COVID-19 llega a un país en crisis: Despachos desde Venezuela, del cual Diario La Nación es aliado

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