Reportajes y Especiales
Historias en tiempos de cuarentena: «He aprendido a encontrarme a mi misma»
18 de abril de 2020
María Teresa Amaya
Aunque Nohhe no haya culpado a Dante del asunto, él tiene mucha responsabilidad en la decisión que tomó ella, a raíz de la cuarentena junto a su compañera inseparable, la tía Esther
Casi en una mudanza total se han convertido estas cinco semanas de distanciamiento con las demás personas y con el propósito de poder cumplir la frase que rueda por todos los medios de comunicación de quedarse en casa, para evitar la propagación del virus COVID-19.
Los días han tenido que ser aprovechados al máximo. La manera de hacer las cosas cambió totalmente. Cuenta Nohhe que el ritmo de vida es otro.
Acostumbrada a madrugar para salir en su carro desde muy temprano a dar clases en la universidad y otras, en un colegio privado de San Cristóbal, al mismo tiempo atender su tienda de tejidos ubicada al este de la ciudad, junto a su tía y consentir a Dante. Esta publicista tachirense se siente inquieta por el viraje de su andar cotidiano que de un momento a otro, cesó.
La primera semana fue más de proceso de adaptación. Decidió ir y venir a ese lugar que es muy importante para ella, ese espacio rectangular (más pequeño que un apartamento tipo estudio) que la inspira, la hace respirar y viajar a través de los hilos de las lanas, los colores, las novedades y las figuras que brotan de la inspiración.

“Es mi lugar creativo, mi espacio. Allí tengo algo muy particular que es mi gato, entonces fue difícil. Los primeros días iba y venía, pero entendí que la gasolina de mi carro se agotaba y los horarios de salir y retornar a casa se limitaban y había alguien muy importante que me esperaba: Dante. Necesitaba que él estuviese conmigo. Es un gato viejo que tampoco podía estar en el apartamento de la Unidad Vecinal porque lo iba a sacar de su hábitat, así que tenía que tomar una decisión”.
Se organizó poco a poco esa semana para hacer una mudanza temporal y estar casi como “pez en el agua” y poder pasar el mayor tiempo ahí en esa área que le brinda tantos frutos artísticos, sentir un poco de tranquilidad y de comodidad.

“Me mudé con un par de cosas donde pudiera cocinar y descansar cómodamente junto a mi compañera la tía Esther. Entre las dos adecuamos el lugar con lo necesario en este tiempo, que aún no se sabe cuándo termine por lo que hay que adaptarse y reinventarse”, dice Nohhe Carrillo, sentada frente a su escritorio tomándose una taza de te que hizo en la pequeña cocina eléctrica que adaptó en este sitio acogedor.
Hay tiempo para todo…
Durante este tiempo la ha pasado muy bien, comenta sonriente. Cocina, disfruta, ha leído, ve alguna película de vez en cuando, ora y resalta que lo más importante es que ha tomado una pausa.
Algunas veces se acelera y vuelve en el inconsciente a su vida cotidiana que es el de generar trabajo, resultados, comprar material, entregar notas, pedidos, crear algo para sus estudiantes y de repente vuelve a la calma… y se da cuenta que el silencio le habla y se detiene.
Los servicios públicos han sido el dolor de cabeza en este reposo obligado. “Lo de la luz nos agota un poco, porque aunque uno no quiera debe apresurarse antes de que te la corten; tampoco tenemos gas, recogemos agua cuando llega para abastecernos y luego volvemos a nuestros oficios del día, y salimos solo para abastecernos. Mi tía Esther me apoya mucho, somos un equipo de vida y Dante tiene su comida y bebida. Quizá es el más tranquilo en este espacio de sueños al que hemos denominado una aventura”.
Valorar
Si hay algo que Nohhe tendría que comentarle a cualquier persona, familiar, amigo o cliente de lo que ha aprendido en este tiempo es a estar consigo misma y lo revela con mucha paz.
“He aprendido que uno es muy buena compañía, que te tienes que llenarte de Dios, de fe y de alegría, en medio de las circunstancias, aprender a valorar todo lo que tenemos y mirar que tenemos cosas importantes por hacer, cosas maravillosas que nos rodean, personas, amigos, gente que te llama y te pregunta: ¿cómo estás? , gente que te pregunta qué necesitas, personas que te dicen millones de frases alentadora; pero sobre todas las cosas que te llenan el corazón de amor de fe y esperanza”.
Convencida de que todo esto va a pasar y en algún momento llegará el cambio importante para estar plenos, Nohhe se va alimentando de añoranza del reencuentro con sus familiares, amigos y todas sus actividades que como seres humanos nos conectan a la vida. “Es mi experiencia en estas cinco semanas que llevamos de cuarentena… un encuentro consigo mismo, confiando en Dios y sonriendo ante cualquier circunstancia…”.