Reportajes y Especiales
La Sonora Matancera se fue de Cuba para jamás volver
6 de noviembre de 2023
Víctor Matos
Hablar de la Sonora Matancera, es identificar de inmediato al son cubano, a la guaracha y a su larga y casi centenaria trayectoria por donde han desfilado las más rutilantes figuras de la interpretación, tanto de la isla como de varios países del subcontinente.
La Matancera decidió en 1960 salir de la isla antillana, luego del triunfo de la revolución cubana, para jamás volver al terruño, pero eso sí, triunfar en todos los escenarios en donde les tocó ofrecer su show, especialmente en Nueva York de los Estados Unidos y en Ciudad de México, bajo la dirección de Rogelio Martínez.
En su nómina de cantantes se destacaron grandes figuras de la melodía bailable, como Bienvenido Granda, Celio González, Laíto Sureda, y sobre todo Celia Cruz. En la década de los 50, graban con: Vicentico Valdés, Leo Marini, Hermanas Lago, Boby Capó, Mirta Silva, Nelson Pinedo, Carlos Argentino, Carmen Delia Depiní, Alberto Beltrán, solo para recordar a los más aplaudidos entre los casi sesenta vocalistas que pusieron al grupo en la cúspide del sabor y del gusto rumbero en toda América.
Su fundación se remonta a enero de 1924, es decir a pocos meses de celebrar su centenario cuando Valentín Cané formó en Matanzas La Tuna Liberal, hasta que el 12 de enero de 1927 sus integrantes se radican en La Habana y un año después arrancan con sus primeras grabaciones con la RCA Víctor, donde empiezan a figurar ya como Sonora Matancera, amenizando bailes y realizando programas a través de Radio Progreso.
En su repertorio incluyen obras de todo tipo de género musical cubano y empiezan a trabajar en tarima con gran cantidad de cantantes nativos y extranjeros.
A la muerte de uno de sus creadores, “Jimagua”, José Rosario Chávez “Manteca” logra el ritmo inconfundible de la Sonora Matancera, y luego es Rogelio Martínez quien le da al conjunto mayor popularidad. Pedro Night ingresa al grupo en 1943 con la trompeta, Yiyo en la tumbadora, Simón Esquijarrosa, Lino Frías y Javier Vásquez en el piano y Elpidio Vásquez en el contrabajo, singularizan el sonido bailable y contagioso que acaparó al universo musical tropical bailable que desde entonces impera en todos los escenarios latinoamericano, buena parte del norte de América y hasta en Europa en donde la Sonora Matancera mantiene su nombre, calidad y prestigio que hizo que desde 1960, con Celia Cruz, conquistaran México y luego se radicaran en Nueva York, empezando una extensa y variada discografía que se considera impresionante a través del tiempo y que la ha hecho recorrer todo el mundo.
La Sonora Matancera es un caso singular en la historia musical de Cuba y se diferencia en su constitución con el uso de dos en lugar de tres trompetas y que hicieron inolvidables a los músicos Pedro Knight y Calixto Leices, Lino Frías en el piano, Pablo Vásquez en el contrabajo, las congas de Angel Furias, José Rosario Chávez en el timbalito, con los cantantes Bienvenido Granda, Lead Singer, Carlos Díaz, y Rogelio Martínez, en la guitarra y director de la gran Sonora Matancera, ubicada en cenit del gusto musical bailable. Sus músicos dijeron adiós a su tierra natal, pero identificaron el son cubano en el mundo entero.
¡Azúcar! con la gran
rumbera Celia Cruz
La eterna reina de la salsa, emperatriz de la guaracha y mejor intérprete de la rumba cubana, fue sin lugar a dudas la gran cantante Celia Cruz, quien a la fecha estaría celebrando sus 98 años; pero la muerte la alejó de los escenarios en el 2003 para el dolor de sus miles de seguidores en el mundo.
Esta estupenda intérprete, sin lugar a dudas una de las estrellas del son bailable en el siglo XX, impuso primero con la Sonora Matancera el son cubano, el son montuno, la guaracha, la rumba, y sobre todo la salsa, con páginas inolvidables, inmortales e irrepetibles.
Se fue con la Sonora Matancera en 1960 a raíz de la revolución cubana a los Estados Unidos, desarrollando su carrera entre México, Estados Unidos y el resto de países latinos, y hasta en Europa puso a bailar a millares con su grito de guerra: ¡Azúcar! que la identificó en diferentes escenarios, dejando un legado extraordinario con la grabación de 37 discos de larga duración, ganadora de dos Premios Grammy y de tres Premios Grammy Latino, lo que la convirtió en un ciclón y un símbolo auténtico de la cultura latina de todos los tiempos.
Ella estuvo permanentemente en Caracas, presentándose en el programa Sábado Sensacional de Venevisión; y en la década de los 80, dispensó una extraordinaria presentación en la caseta Monumental de San Cristóbal durante los festejos de la Feria Internacional de San Sebastián, siempre escoltada con la Sonora Matancera.
Celia Cruz empezó muy joven su periplo artístico, cantando en el grupo Las Mulatas de Fuego, que hizo una gira por México, Venezuela y Perú en el año de 1948 hasta su integración a la gran Sonora Matancera a partir de 1950 que le abrió el camino del éxito, reafirmado con La Fania All Star.
Víctor Matos