Reportajes y Especiales
Los recuerdos de Azucena en la Sanidad y en la Quinta Avenida
martes 14 octubre, 2025
Voces de San Cristóbal… caminar por la avenida Francisco Javier García de Hevia
Duodécima entrega
La vida de Azucena Cuadros, una secretaria con 50 años de servicio en la actual Corporación Regional de Salud, está llena de recuerdos que ocurrieron en la antigua sede de la Sanidad y en la también llamada Quinta Avenida de San Cristóbal. Hoy, se toma un tiempo para hablar de ellos y revivirlos.
Jhoana Suárez /Periodista/@jhoanajaxmyn
Con voz pausada y con la mirada puesta en un punto distante, como quien intenta recordar detalles exactos sobre un acontecimiento, así cuenta Azucena Cuadros de Moreno su historia de 50 años en la Corporación de Salud del Táchira.
En cada punto que acierta, hace mención de un local que funcionaba en la avenida Francisco Javier García de Hevia, a la que ella llama, como todos, la Quinta Avenida, por allá en el año 1975, cuando inició su larga trayectoria en la institución. También habla de la Noche de las Ruanas, los desfiles de la Feria Internacional de San Sebastián y los mítines de Carlos Andrés Pérez y Hugo Chávez Frías, todos a lo largo de esta importante arteria vial que une al norte con el sur de San Cristóbal, pasando por el sector del Centro hacia La Concordia.
La señora Azucena, como todos le llaman en la Corporación de Salud del estado Táchira, Corposalud, como muestra de respeto ante la mujer que ha dedicado su vida al sector salud, inició sus labores en la entonces Sanidad cuando tenía 19 años.

Una hermana de crianza la recomendó. “Están necesitando una muchacha para que sea secretaria”, le dijo y ella decidió acudir. Así que se levantó muy temprano y fue a la entrevista.
Azucena, muestra una sonrisa tímida al comentar sobre “aquellos tiempos”. Cuenta cada detalle con mucha pausa, y se corrige, cuando se equivoca en algún dato. “Estaba recién casada, o estaba por casarme con Helimenas Segundo Moreno, cuando comencé a trabajar en la Sanidad, porque así se llamaba, Sanidad. Viví siempre a una cuadra de esta zona, incluso recuerdo cuando comenzaron a construirla. Había mucha gente de seguridad. Tenían la cuadra cerrada por la construcción”.

A sus 19 años, vivía con su nona, a escasos metros de la sede. En sus horas de almuerzo caminaba hasta su casa y luego regresaba para continuar su jornada. A los meses se casó y se mudó para Pirineos I, donde aún reside.
En ese entonces, comenta que la institución le tenía transporte al personal. “El chófer era el señor Soto y él pasaba por Pirineos y nos dejaba por la calle 14. Él seguía para el Hospital. También me podía bajar en la buseta, creo que había una que me dejaba justo por la Quinta Avenida, pero si se demoraba mucho, me venía en una que me dejaba en el centro y luego caminaba por toda la avenida hasta llegar acá. Yo disfrutaba ese caminar por la arteria vial del centro”.
Dice que, aunque la sede se conocía como Sanidad, ha tenido varios nombres antes de ser denominada como Corposalud. “Antes se llamaba Dirección Regional de Salud Pública. Y mucho antes, cuando yo ingresé se llamaba Comisionaduría General de Salud Pública. Pero el lugar no ha cambiado mucho, solo pocas cosas. Había más gente en ese entonces, pero bueno”, contó al referirse al edificio sede.
Y es que según la Síntesis Histórica de la Unidad Sanitaria de San Cristóbal, en 1957, el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social y el Ministerio de Obras Públicas, bajo las órdenes del presidente tachirense, Marcos Pérez Jiménez, deciden construir una sede para la Unidad Sanitaria de San Cristóbal, que funcionaba en la carrera 8, entre calles 8 y 9, pero requería de espacios más adecuados para su funcionamiento.

Es así como escogen los terrenos ubicados entre las carrera 5 y 6, con calles 14 y 15, para construir la nueva sede. Se comienza la adquisición de los espacios pagando las mejoras a los ocupantes, un proceso lento debido a la negativa de mucho de desalojar sus viviendas.
El 26 de junio de 1957 adquieren todas las mejoras y por tres meses hacen la demolición de escombros, por lo que a final de 1957 inician la construcción.
A principios del año 1958, se paralizan todas las obras que el gobierno de Pérez Jiménez construía en el país, tras el golpe de Estado y la Unidad Sanitaria fue una de ellas. La construcción fue retomada meses después y es inaugurada a finales de 1960.
En un principio la obra constaba de dos edificios, de dos y tres pisos, donde funcionaban las siguientes dependencias: en planta baja: sala de espera, auditorio, departamento antivenéreo, higiene de adultos, exámenes para contagiosos, inmunizaciones y Epidemiología. En el primer piso se ubicaba higiene mental, sección de leprosos, ingeniería sanitaria y laboratorios. En el segundo piso estaba Seguro Social y Malariología y en el sótano se ubicaba el departamento antirrábico y depósitos.
Casi 40 años más tarde, en 1998 se crea la Corporación Regional de Salud, como instituto autónomo, dependiente de la Gobernación del Táchira. Su sede se convierte en un punto de referencia en la avenida Francisco García de Hevia de San Cristóbal.


Se incorporó en 1975
Azucena se incorporó al equipo de Sanidad en el año 1975 con el cargo de Mecanógrafa en el área de Epidemiología. Aunque ha subido de escalafón, nunca ha cambiado su área de labores y recuerda a cada uno de sus jefes con mucho acierto.
Con un tono un poco más serio, hace mención del epidemiólogo Luis Suníaga, uno de sus jefes, quien falleció de un infarto. “Todos mis jefes han tenido mucha mística de trabajo, siempre buscaron dar respuesta a la gente. Han sido muy respetuosos”, dice mientras se acomoda su cabello y las mangas del bléiser negro que viste, y retoma el tema de su trabajo.

Hoy, su cargo es Asistente Administrativo, pero sus funciones son de secretaria. El trabajo siempre ha sido el mismo. “Estoy orgullosa de lo que hago, me siento satisfecha con lo que he hecho todos estos años”.
Ella lleva cinco décadas de su vida, recorriendo los pasillos de la sede de Corposalud en la avenida Francisco García de Hevia. Allí tiene infinidad de recuerdos y anécdotas. Narra que ha tenido gente muy querida en su oficina y a todos recuerda con cariño. “Había bastante gente en los pasillos. Nosotros éramos 33 personas en Epidemiología. Hoy no hay ni la mitad de ese número”.
Otro detalle que no duda en resaltar, es que la Dirección Regional de Salud, como insiste en llamarla para referirse a la sede de ese entonces, contaba con central telefónica, desde allí se comunicaban con los extintos Distritos Sanitarios y con el Ministerio. “Estaba todo más organizado”.
A sus 70 años y con un tiempo de servicio lógicamente jubilable, no tiene ningún apuro por irse a su casa a descansar. “Mi esposo y mis hijos me dicen que me vaya para la casa, pero qué voy hacer allá. Aquí tengo 50 años, esta también es como mi casa y mis compañeros como mi familia”. Allí, aprovecha para mostrar las fotos que tiene con sus compañeros de trabajo, en las reuniones que hacía la institución en ese tiempo.
Incluso, cuenta entre risas, que como hoy día no cumple los cinco días de labores, está muy atenta al horario de cada semana para saber qué días debe venir a laborar y lo hace con mucho gusto. “Uno se cansa de estar en la casa. Yo tengo 50 años viniendo a Corposalud. Estoy acostumbrada, me hace falta venir a trabajar”.
Cuando ingresa a su lugar de trabajo, Azucena, saluda a todos como quien llega a su hogar y se refiere a su espacio como algo suyo. “Este es mi escritorio”, señala, mientras sus compañeras de oficina le ponen al día sobre lo ocurrido el día anterior. Ella sonríe, actúa con confianza, se nota que disfruta su estancia en el lugar.

Ella ha visto todas las transformaciones que el edificio ha sufrido desde su creación. La de mayor envergadura se da en el año 2006, cuando se construye dentro de sus instalaciones el Centro de Alta Tecnología Medarda Piñero, donde se instalan equipos médicos de última generación -hoy día se encuentran paralizados-. Recientemente, el ambulatorio del Centro que ha funcionado dentro de la sede desde sus inicios, cambió su estatus a Clínica Popular, donde se atienden, según datos de las autoridades sanitarias, a cerca de 1.400 pacientes cada mes. “Todos los días viene mucha gente a nuestra institución. Todos buscan atención en servicios de salud. Siempre ha sido así”, expresa.
Maryuri Pernía, gerente actual de la institución, la sede de Corposalud, informó que la institución congrega a más de 650 funcionarios que mantienen operativas más de 30 oficinas administrativas, 12 programas de salud y cuatro coordinaciones. Hoy día el edificio se erige como el organismo rector de la salud en el Táchira, donde además tiene sus oficinas la Autoridad Única de Salud de la región, hoy en la persona del médico Rafael Medina.

Medio siglo recorriendo la avenida
El paso de Azucena por la avenida Francisco García de Hevia ha sido obligado por medio siglo. Con mucha pausa, piensa lo que hacía al salir de su trabajo, como ir al centro, a comprar algo que necesitaba para ella, para su familia, para su casa.
Ubicada en la también llamada Quinta Avenida, comienza a señalar cada punto donde funcionaba un comercio que ella visitó. “Aquí, al frente de la Corporación, funcionaba una tostadería. Venía a comer con mi esposo. También quedaba, por estos lados, Antonio Mogollón, esa tienda la visite muchas veces. Confitería El Lobo también estaba al frente y había cerca una fábrica de refrescos”, agrega.
Otra de las cosas que menciona son los mítines de los políticos. Con asombro, se refiere a como Carlos Andrés Pérez hizo su mitin en la avenida y la llenaba. “Venía muchísima gente cuando era Carlos Andrés, y cuando Chávez, eso no fue hace mucho, ellos llenaron la avenida. Recuerdo que Chávez pasó por aquí –señala el área de entrada a la Corporación- y nos saludó”.
Otro de los eventos que vienen a su mente, son los desfiles de la Feria Internacional de San Sebastián y los bailes, como la Noche de las Ruanas, en la programación del mes de enero, que se hacían en la concurrida avenida. Menciona, en medio de risas, que se venía a bailar con sus amigas. “A mi esposo no le gustaba salir, pero yo venía con mis amigas. Era un baile en cada esquina”, dice entre risas señalando la avenida hacia la zona sur.

“Eran cosas muy bonitas que se vivían en la avenida. Eso ya no lo volvieron a hacer. Todo era muy bonito en ese entonces, era más tranquilo”, comenta.
Azucena tiene su historia de vida en Corposalud, su segunda casa la ubica en el punto donde inicia la avenida Francisco García de Hevia. Sus recuerdos laborales radican en ese lugar y agradece a Dios haberlos vivido. Con una sonrisa de satisfacción, asegura sentirse plena con su decisión de dedicar sus años a la salud del Táchira. Ella vive feliz. ¡Dios le bendiga siempre!