Reportajes y Especiales
Lourdes: cinco rasgos del barrio que hoy celebra a su epónima
11 de febrero de 2018
Mejor servicio de agua, asfalto en las vías, luminarias en los postes y desmalezado de las escaleras que lo interconectan, se cuentan entre las necesidades del sector donde hace 70 años cantaban las ranas. La tradición no se ha perdido en el templete Antonio Aragón
De superficie alargada y cuestas pronunciadas, el barrio Lourdes de San Cristóbal se comunica internamente por algunas escaleras. La gente que baja y sube insiste en la necesidad de quitar la maleza, abundante entre las peñas que, por ejemplo, conducen al templete y rincón taurino Antonio Aragón. Allí, en el corazón de la comunidad, una montaña de residuos y desechos sólidos indica que la recolección del aseo urbano una vez más volvió a fallar.
Cuenta la historia que hace más de 80 años el propietario de la hacienda La Potrera vendió parte de sus terrenos a dos señores, Pedro López y Jovito Colmenares. Ambos lo iban repartiendo en parcelas. Si la zona inicialmente se llamaba Piedra Gorda, era por los tamaños de las rocas entre las quebradas La Bermeja y La Potrera, donde cada vez más empezaban a lavar ropa.
Esos primeros vecinos solían escuchar en las noches el cantar de ranas y sapos en los pozos originados por las nacientes. Por eso empezaron a llamar Canta Ranas al sector, hasta que -según la tradición oral- durante una visita del obispo Fernández Feo a la zona un morador le pidió “un nombre más bonito” para la comunidad. El prelado se inspiró en un nicho de Nuestra Señora de Lourdes por el que pasaba, a la entrada del barrio.
La Iglesia celebra este domingo y cada 11 de febrero la festividad de la Virgen de Lourdes. En el barrio que lleva su nombre en la capital del Táchira se reunirán, como cada año, en una casa de la comunidad para celebrar una misa, pedir y agradecer por sus más de 800 familias. También orarán, seguramente, por sus necesidades comunitarias.
1. Vías rotas
Lourdes es cráteres ¿Quién no conoce en el barrio a Ana Mercedes de Moreno? Luchadora social de varias décadas, ella misma enseña los huecos sobre el pavimento de las calles y carreras. Los conductores avisados ya saben zigzaguear para esquivarlos, pero los que usan sus vías para conectar un punto con otro de la ciudad, caen sin remedio. A los talleres mecánicos del sector más de un chofer ha llegado con daños en el tren delantero de su carro.
Mercedes recuerda que ya ha oficiado el diagnóstico de las calles tanto a la Alcaldía de San Cristóbal como al Instituto de Vialidad del Táchira, pero lamenta que ni uno ni otro les haya dado razón. Hace poco, una funcionaria le contestó que “no hay asfalto”.
“Tienen como diez años que no asfaltan completo, la vialidad está totalmente deteriorada por eso”, saca cuentas Mercedes. Ni hablar de las señales de Pare, los pasos peatonales y otras demarcaciones borradas con el tiempo: “Se olvidaron de todo eso”.
2. Trabajos en agenda
Lourdes es proyectos. Leonardo Salas, vocero principal del Consejo Comunal Barrio Lourdes, que existe desde 2003, explica que la primera tarea pendiente es actualizarlo ante las instancias competentes para poder desarrollar nuevos proyectos de envergadura, algunos de los cuales enumera.
Deben hacer un proyecto de reforma a las escaleras metálicas, porque algunos pasos están sueltos. Sobre la casa comunal del sector, ya tienen la planificación para que sea un gran centro de encuentro vecinal. El asfaltado total también se cuenta entre los proyectos, con la anotación de que hay aceras y brocales que deben ser reconstruidos.
Varios habitantes del barrio, como Elizabeth Castillo, recortan camino bajando por un sendero de tierra que se abre en pleno Viaducto nuevo y conduce hacia la calle 6. Esa vía requiere iluminación nocturna. Pero también en otras áreas, como en los alrededores del templete, cuentan hasta tres luminarias dañadas. Por eso algunos han improvisado cableado eléctrico para disponer bombillos propios a medio poste.
Otros residentes corroboran las deficiencias de alumbrado público. El vocero Salas tiene conocimiento sobre paneles solares y va a considerar la reactivación de un proyecto que ya existe al respecto. La meta, en el futuro, sería darle luz solar a la misma comunidad.
3. Agua mal repartida
Lourdes es necesidad hídrica. En la carrera 19, la misma que por su relieve llaman El Hoyo, del asfalto brota agua limpia que mantiene empapada la bajada. Vecinos afirman que el problema se mantiene desde hace dos años.
“Se ha ido a Hidrosuroeste. Vinieron porque un familiar fue a reportar eso. Dijeron que ya sabían donde era, que iban a buscar la cuadrilla. Eso fue en diciembre y no han vuelto”, relata Sofía Bohorquez, al solicitar una pronta y definitiva reparación del bote.
Entre los proyectos del consejo comunal también se encuentra el de ejecutar la continuación de apertura de calles, de la carrera 19 a la 18 y luego de la 18 hasta la 17, con la finalidad de incorporar agua de Hidrosuroeste, porque hay sectores a los cuales no llega ese servicio, explica Salas. Ya fue arreglada una parte, de la carrera 20 a la 19.
Otros vecinos, de las calles 5 y 6, manifiestan que les llega apenas “un chorrito” de agua. Esos viejos tubos de hierro colado al parecer han cumplido su vida útil, dicen.
4. Activados en las canchas
Lourdes es deporte. De mañana, por la tarde y hasta en la noche, es frecuente ver actividad cualquier día en sus dos canchas públicas, la de la calle 4 de La Guacara y la del sector José Gregorio Hernández.
Sin fines de lucro, la Fundación MG 76 atiende a más de un centenar de niños y jóvenes de los urbanismos contiguos de Lourdes, José Gregorio Hernández y La Guacara. Divididos en varias categorías, también organizan torneos para que los muchachos se mantengan activos y con espíritu de competitividad. “La idea es mantenerlos alejados de malas juntas y rescatar el talento que hay en los barrios”, explica el entrenador Eduardo Chacón.
La cancha de la calle 4 de La Guacara tiene quemadas algunas luminarias, una de sus puertas está caída y las mallas de arquería se rompieron. Los deportistas, dice Chacón, quisieran tener unas nuevas para usarlas únicamente a la hora de eventos.
La cancha de José Gregorio Hernández, aunque recién fue pintada, no tiene puerta y además requiere cambiar algunos postes deteriorados de la arquería, observa el también entrenador Gabriel Uribe, vecino de Lourdes y entusiasta de la vida deportiva del sector.
5. Amigos por tradición
Lourdes es solidaridad. Ese es el valor que más rescata de su barrio Zina García. “Nacimos aquí y crecimos viendo que existe mucha solidaridad entre la misma comunidad”, certifica quien, como muestra, incluso fía a sus vecinos en la bodega que ayuda a atender.
García es maestra en la escuela estadal Cecilio Acosta, donde unas filtraciones dominan el último piso de la planta física. Los muchachos de Lourdes generalmente estudian allí o en la municipal José Gonzalo Méndez, unidad educativa que tiene como epónimo a ese profesor de Inglés, cofundador de la UCAT y diputado a la Asamblea Legislativa, que falleció en 1964 cuando colapsó un puente sobre el río Caroní, en Bolívar.
Su ubicación céntrica, entre el barrio San Carlos, Barrio Obrero y La Guacara, es valorada positivamente por su gente, aunque lamentan que cada vez menos unidades de la Línea Barrio Sucre – Libertador cuelguen el aviso “Lourdes” en sus buses. “Dentro de todo sigue siendo un barrio tranquilo, porque la comunidad es muy antigua”, asiente García.
Tan antigua, que para muchos en San Cristóbal el barrio Lourdes es sinónimo del templete Antonio Aragón, escenario por excelencia de las bailantas de los años 60 y 70 que descorcharon el espíritu popular de la Feria y que tanto alegraron a una comunidad donde antes cantaron las ranas y ahora todos recitan necesidades.
Daniel Pabón