El brote de MFA en 2014 coincidió con una oleada de otro virus que causó problemas respiratorios graves, llamado EV-D68. Sin embargo, los CDC no pudieron establecer un vínculo causal entre la mielitis y este virus. Desde entonces, no se han producido grandes brotes del EV-D68, según los CDC.
El doctor Carlos Pardo-Villamizar, neurólogo y director del Centro de Mielitis Transversal de Johns Hopkins, dijo que el misterio radica en si el daño que se observa en el MFA lo causa un agente externo o las propias defensas del cuerpo.
«En este momento, no sabemos si es un virus que está llegando y produciendo daño directo a la materia gris en la médula espinal, o si un virus está provocando respuestas inmunológicas que producen un daño secundario en la médula espinal», dijo.
No está claro quién está en riesgo
Aunque la enfermedad parece apuntar a un determinado grupo de edad, expertos no saben todavía quién tiene mayor probabilidad de contraer mielitis flácida aguda.
Pardo-Villamizar dijo que identificar a las poblaciones vulnerables es «un trabajo en curso».
La doctora Mary Anne Jackson, especialista en enfermedades infecciosas pediátricas y decana interina de la escuela de medicina de la Universidad de Missouri-Kansas City, señaló que muchos de los pacientes que vio eran niños sanos antes de desarrollar MFA. Jackson sospecha que una gran cantidad de factores juegan un papel importante en la probabilidad de enfermarse, pero se deben revisar más casos para encontrar una respuesta.
Se desconocen los efectos a largo plazo
Los CDC dijeron que todavía no saben exactamente cuánto tiempo duran los síntomas. Sin embargo, expertos dicen que las señales iniciales de un pequeño número de casos sugieren una perspectiva sombría.
Un estudio publicado el año pasado encontró que seis de los ocho niños en Colorado con mielitis flácida aguda todavía tenían dificultades motrices un año después de su diagnóstico. No obstante, los investigadores hallaron que los pacientes y las familias «demostraron un alto grado de resistencia y recuperación».
«La mayoría de estos pacientes quedan con problemas extensos», dijo Pardo-Villamizar, quien no participó en el estudio.
Jackson, quien también observó una debilidad muscular persistente en sus pacientes, dijo que los CDC pueden dudar en especificar los efectos a largo plazo de la enfermedad porque los estudios que hay sobre esta enfermedad se basaron en grupos muy pequeños de pacientes. Se necesitan más estudios que incluyan una mayor proporción de casos confirmados para comprender mejor los resultados a largo plazo.