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Reportajes y Especiales
Para los Mendoza-Moreno, dolor se escribe con cinco letras y dos números #covid-19
3 de julio de 2021
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El doctor Hugo Mendoza y Carmen Edilia Moreno, licenciada en Enfermería, no resistieron los embates del virus, ambos murieron, apenas con seis días de diferencia. Y uno de sus hijos, quien llegó de Valencia para ayudarlos a cuidar, hoy está intubado. La familia requiere respaldo económico
Omaira Labrador M.
La segunda ola del covid-19 en el Táchira ha tenido un comportamiento diferente al primer ataque masivo: ha contagiado a familias enteras. Ha sido más letal y no ha discriminado en edad. Personas jóvenes han sido infectadas, algunas con saldo fatal; otras logran plantarse ante la muerte y sobreviven.
La familia Mendoza-Moreno, de San Antonio del Táchira, vinculada toda la vida al área de la salud, ha vivido los estragos de la pandemia con dolor, mucho dolor, y ahora mantiene la esperanza y fe para que uno de sus integrantes sobreviva.
Ver partir, por las secuelas del covid-19, a los padres, el doctor Hugo Mendoza, de 80 años, y la licenciada en Enfermería, Carmen Edilia Moreno de Mendoza, de 76 años, para los hijos ha sido difícil. La pandemia la han vivido con angustia, incertidumbre, muerte y dolor.
Actualmente tienen a otro miembro de los Mendoza Moreno contagiado. Tienen fe en que se va a recuperar. Ya el dolor ha sido agudo, al ver morir en solo semanas al patriarca y la matrona del hogar.
En la casa de los Mendoza-Moreno nunca imaginaron, el 11 de marzo del año 2020, cuando el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), doctor Tederos Adamo Ghebreyesus, anunció que una nueva enfermedad, coronavirus 2019 (covid-19), ya era una pandemia, que su hogar sería tocado por el virus un año después.
Hoy en día mantienen la fe en que el hijo de la pareja dedicada en vida al área sanitaria pública, Juan Carlos Mendoza Moreno, de 44 años, se reponga. Y pueda ganarle la pelea al covid-19. Actualmente está en el hospital del Seguro Social de San Cristóbal, en la Unidad de Cuidados Intensivos.
Comenzó la pesadilla
La pesadilla para la familia Mendoza Moreno se escribe con cinco letras y dos números: covid-19. Y comenzó a mediados del mes de mayo, cuando el padre, doctor Hugo Mendoza, fue diagnosticado con covid-19. Aún no han salido de este sueño cruel.
Hugo Mendoza fue médico en salud pública, mención Epidemiología. Trabajó unos años en el hospital de Rubio y gran parte de su vida como médico la hizo en el ambulatorio de Puente Real, establecimiento de salud donde fue director.
Conocido y apreciado en toda la red de salud del estado Táchira. Aún trabajaba y atendía en el ambulatorio, donde destacan su dote humanista.
A los cinco días de ser diagnosticado, su esposa, la licenciada en enfermería Carmen Odilia Moreno de Mendoza, comenzó con los síntomas para la patología covid-19. Al igual que una hija y un nieto.
El hogar de los Mendoza-Moreno fue uno de las tantos en donde se vivía y combinaba la atención médica con la preocupación, por el contagio del covid-19.
Los cuatro miembros de la familia comenzaron a recibir tratamiento en la casa, en San Antonio del Táchira. Al pasar unos días y evaluar las condiciones del doctor Hugo Mendoza, a quien el virus atacó más fuerte, decidieron trasladarlo al hospital del Seguro Social en San Cristóbal. Luego debieron hacer lo mismo con su esposa.
Por la delicada situación, por el contagio del grupo familiar, llamaron al otro hijo, Juan Carlos Mendoza. Él vive en Valencia y se trasladó a la casa de sus padres en San Antonio del Táchira. Viajó con su esposa y su hijo, de dos años.
Juan Carlos Mendoza, al llegar se ocupó de estar pendiente de sus padres, a las puertas del hospital del Seguro Social. Se encargó de recibir y buscar todo lo solicitado: medicamentos, exámenes… Estuvo atento a todo lo que significa tener dos familiares, sus padres, en UCI por covid-19.
Ocho días después de haber llegado al Táchira, a Juan Carlos Mendoza le diagnostican también covid-19. Presumen que se contagió en el Seguro Social, lugar donde pasó el mayor tiempo desde que llegó de Valencia para ayudar a cuidar a sus queridos padres.
El doctor Hugo Mendoza falleció el 9 de junio, luego de permanecer 20 días hospitalizado. Seis días después se marchó a acompañarlo en la eternidad su querida esposa, la licenciada en Enfermería Carmen Moreno de Mendoza.
Esta pareja, conocida y estimada en la zona fronteriza, se suma a los 3,9 millones de personas que han muerto en el mundo a consecuencia del covid-19.
Y sumaron dos dígitos a las cifras oficiales de Venezuela – al primero de julio-, que ya van por más de 3.136 personas, aunque se dice que son muchas más, porque hay quienes fallecen y no les hacen las pruebas respectivas, mientras otras mueren en casa y nunca son reflejadas en las estadísticas nacionales.
De cuidador a paciente
Juan Carlos, el hijo que vino de Valencia, fue internado el 17 de junio en el hospital del Seguro Social de San Cristóbal. Desde esa fecha está hospitalizado.
Él es el tercer miembro internado de esta familia de San Antonio del Táchira por las secuelas del coronavirus.
Esta semana, Juan Carlos fue intubado en el hospital del Seguro Social. El virus se ha ensañado contra su cuerpo. La familia tiene fe en que saldrá bien librado. Está haciendo todo lo debido para que el hijo de la pareja Mendoza-Moreno pueda decir “sobreviví al covid-19”.
Si para una persona con covid-19 resulta difícil mantener el tratamiento por lo costoso, atender a tres se hace casi imposible; por ello, la familia Mendoza-Moreno ha solicitado la ayuda de quienes les conocen y de las personas solidarias.
Fe y medicina aplica la familia Mendoza-Moreno para su hermano Juan Carlos.
Cualquier ayuda nunca será pequeña para esta familia tachirense que, además de perder a los padres, enfrenta la angustia de tener al hermano intubado y de enfrentar gastos realmente altos.
Para los hermanos Mendoza-Moreno, la palabra dolor se escribe con cinco letras y dos números, y mucha tristeza.
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Marlon Sánchez
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