Reportajes y Especiales

Rasgos de la colombianidad en el Táchira: historias de dos pueblos en convivencia

10 de octubre de 2024

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El cronista de la ciudad de San Cristóbal, Luis Hernández Contreras, cuenta en esta entrevista cómo el vínculo geográfico, histórico, cultural y los lazos de sangre que existen entre los pueblos de Colombia y Venezuela se traducen en ricas manifestaciones de la colombianidad en territorio venezolano.  

Por Adela González Muñoz

El Táchira fronterizo

El estado Táchira y su población se definen por la confluencia de diversas corrientes de migraciones provenientes del interior de Venezuela y de Colombia. Su ubicación geográfica ha determinado los procesos históricos que  han constituido esta entidad fronteriza, conocida por sus cultivos de café, sus productos agrícolas, y  por haber sido lugar natal de siete presidentes de la República.

— AGM: ¿La definición del ser tachirense tiene vinculación con la proximidad del estado Táchira con Colombia?

– – LHC: Eso que llamamos tachiranidad… ¿qué somos los tachirenses? Los tachirenses somos godos o conservadores por la parte merideña que nosotros tenemos. Recordemos que  pertenecimos a la Provincia de Mérida y en un tiempo todas las conexiones se hacían con Mérida.

Pero nosotros pudimos abrirnos un poquito cuando llegaron los “centranos”, ante todo, los delegados nacionales durante la época del gobierno de Guzmán Blanco. Ese color negro y moreno de la piel llega del centro.

Nosotros también recibimos la inmigración barinesa y apureña, gentes que buscaron paz aquí en la época  de la Guerra Federal.  Llegaron pobres y ricos. Los pobres llaneros se asentaron aquí en La Guacara; los ricos se asentaron hacia el Parque Sucre. Entonces vemos que los apellidos de los pobres no quedaron determinados en la Historia. Los ricos: los Villafañe, los Pulido, los González Bona, los Maldonado… esa gente que hizo La Petrolia del Táchira1, por ejemplo: casi todos eran llaneros.

Y nosotros tenemos la parte de Europa, de los franceses, de la gente que nació en Córcega, pero que se sentían italianos aunque eran franceses, los italianos, los alemanes…  Con el mundo del café esa cultura se internalizó. Muchos de esos europeos casaron con criollas.

Y tenemos el ingrediente singular que es Colombia. Con lo que hoy es Colombia siempre ha habido una relación, por siglos. Nosotros pertenecimos al corregimiento de Tunja2, entre 1576 y 1607. Nuestros intereses culturales, económicos,  todo se enfocaba hacia Bogotá, no hacia Caracas. Todo era fundamentalmente con Colombia.

Los caminos de la Feria de San Sebastián

–LHC: Lo que es hoy la Feria Internacional de San Sebastián3 es de inspiración colombiana, desde el siglo XIX hasta esta nueva feria. La feria que conocemos hoy la fundaron los muchachos de San Cristóbal, algunos pobres, otros adinerados, que iban a las ferias de Cali y de Manizales. Es entonces cuando Hugo Domino Molina4, dijo: “¡Hagamos una feria como ésta allá!”. 

¿Qué trajeron los tachirenses que incursionaron en Colombia?  Trajeron  las orquestas de baile, aquí estuvo Lucho Bermúdez, vinieron las atracciones colombianas; llegaron las casetas de bailes, que no conocíamos nosotros, los templetes… eso es colombiano.

Formalmente, la primera Feria de San Sebastián se celebra en el año 1965. Se presentó “Lucho Bermúdez”, la orquesta más exitosa de Colombia. Las atracciones que se presentaron… todo netamente a lo colombiano, como se hacían a ferias de Manizales y de Cali.

El empresario de los toros de ese año es colombiano, dueño de la empresa Zúñiga, del torero Joselillo de Colombia. Viene después, en consecuencia, la Vuelta al Táchira en Bicicleta, que es de inspiración colombiana. De aquí partió una etapa de la Vuelta a Colombia, por el año 1964. Partió desde el Muro de La Guacara y llegó hasta Pamplona.

Ver equipos de ciclismo, ver locutores transmitiendo una vuelta, a través de lo que llamaban “las transmóviles”, ¡eso es escuela colombiana!

–AGM: ¿Ése es el antecedente de la Vuelta al Táchira?

–LHC: ¡Claro! Entonces, cuando la hacen aquí, en el año 1966, ¿quién la domina? La domina “Cochise” Rodríguez, ciclista colombiano. Los colombianos fueron los grandes ciclistas que llegaron aquí. Ellos enseñaron a correr y también enseñaron a transmitir una vuelta en bicicleta.

Y después viene la Media Maratón. ¿Quiénes son los activistas de la Media Maratón de San Sebastián?  Colombianos. Lucas Prieto venía de Colombia. Y los corredores que la hicieron famosa son colombianos: Víctor Mora, Santiago Barón… ¡es Colombia!

Maestros colombianos dejaron huella en la educación y el periodismo tachirense

La cercanía y relación con Colombia imprimió a la educación en el Táchira la particularidad de recibir el aporte de docentes de ese país, que radicaron en la entidad e impartieron clases en reconocidas instituciones y también fundaron colegios.

Además, varios de ellos se sumaron a la labor periodística; conocían las artes de los talleres de imprenta y avanzaron hacia el ejercicio del periodismo. Con  su labor ayudaron a consolidar el periodismo tachirense.

–LHC: Sólo en el aspecto educativo, nosotros somos más que singulares. No podemos negar el ancestro colombiano, ni en nuestras familias ni en nuestra sangre; ni en lo cultural, ni en lo económico.  De Colombia viene la violencia política. De Colombia viene la masonería, el anticlericalismo, el periodismo, la educación. Los maestros acá, en su mayoría eran colombianos.

–AGM: ¿Cómo se expresa en la educación, específicamente, la presencia de Colombia en nuestra región y en nuestro país?

–LHC: Se expresa, primero, en los maestros de escuela que aquí llegaron. Por mencionar algunos: Gabriel Barrera Díaz, fue un maestro municipal y periodista. Muchos eran educadores convertidos en periodistas. Por eso usted ve que la prensa de una época enseñaba, porque estaba concebida y diseñada por educadores.

Ramón Velásquez Ordóñez, padre de Ramón J. Velásquez, vino de Girón. Se formó en un seminario colombiano. Vino acá con esa intención propia de enseñar a través de la prensa.  Pedro José Sánchez Cabrales, padre de quien se convirtió luego en el monseñor Carlos Sánchez Espejo, vino también de Colombia. Ramón Velásquez Ordóñez y Pedro José Sánchez Cabrales llegaron a Rubio y pasaron a San Cristóbal.

–AGM: ¿Qué los atraía a Venezuela?

–LHC: La paz política. Porque los que eran liberales allá y vivían bajo un gobierno conservador, tenían que venirse a Venezuela. Y si allá mandaban los liberales, entonces los conservadores se venían. Eso dependía del gobierno del momento.

Otro educador fue Teodosio Velandia Sánchez, quien era un ingeniero bogotano que tocaba el piano, que cantaba, era fotógrafo. Sus mejores fotos las publicó en El Cojo Ilustrado5, a finales del siglo XIX y comienzos del XX. Y era un institutor, que enseñó aquí y fundó en San Cristóbal un colegio llamado Sagrado Corazón de Jesús.

Otro maestro colombiano que hizo vida acá fue Marco Aurelio Parra, quien ejerció como maestro municipal. Esos educadores colombianos pasaron a ejercer en el periodismo. También tenemos a Cirilo De Pablos, en Capacho, fue educador y periodista; trabajó en Diario Católico.  Se suma a la lista Tello Durán, en San Antonio. Tello era un educador, maestro de escuela.

Ramón Velásquez, era laico y fue director de Diario Católico. De modo que aquellos fueron unos educadores que utilizaron los medios de comunicación para enseñar. Y al lado de ellos se formaron los que serían periodistas. ¿De dónde salieron esos periodistas?  De las imprentas.

Samuel Darío Angarita trabajó en los talleres de imprenta. Enrique Delgado era un trabajador de taller de prensa. Don Marco Morales era un trabajador de talleres. Y se hicieron periodistas viendo a los maestros colombianos dirigir los periódicos.  Esa escuela quedó.

Y vemos el caso más reciente: ¿Quiénes hacen el Diario de La Nación, de San Cristóbal? Ramsés Díaz León, Jaime Botero, Guillermo Franco, todos colombianos. Todavía está con nosotros Tiberio Martínez, colombiano, quien trabajó a finales de los años 50 en Diario Vanguardia (San Cristóbal)  y fue jefe de Información en Diario de La Nación. De manera que esos episodios dejaron una  influencia innegable.

Café tachirense en brazos colombianos

Luis Hernández Contreras, cronista de San Cristóbal. (Foto/Adriana González)

— AGM: ¿Dónde considera usted que existe mayor influencia y presencia de la colombianidad en nuestra región y en el país?

— LHC: En principio, en la recolección del café.  Los braceros que siempre recogieron el café tachirense fueron colombianos. Los tachirenses no recogían el café.  ¿Qué explica José Humberto Ocariz6 en su libro “La Tachiranidad”? Él explica que los tachirenses tenemos la virtud de la paciencia, paciencia ante los cuatro años que dura el crecimiento de una mata de café. Cultivo que es sembrado en familia, en pequeñas extensiones agrícolas; en el Táchira no tuvimos latifundios. Era la familia la que se reunía para cultivar el café. Pero los brazos que recogieron el café tachirense siempre fueron colombianos, hasta los años 70.

— AGM: ¿Por qué?

— LHC: Los tachirenses no recogían el café ya que muchos se fueron también de aquí buscando otras oportunidades. Los muchachos dejaban los campos, o muchos eran reclutados por el Ejército.  ¡Ah, pero al colombiano no lo podían reclutar!

En el siglo XIX vienen caravanas de Cundinamarca y de Boyacá. Vienen a una feria que se celebraba aquí en enero. Y después, esos colombianos pasaban a Táriba, a Lobatera, y terminaban comprando cacao en Tovar (estado Mérida) y regresaban. Aquella feria sería luego, a mediados del siglo XX, la Feria Internacional de San Sebastián.

–AGM: ¿Qué traían los colombianos de esas zonas entonces?

— LHC: Trajeron costumbres. Trajeron el batán. ¿Qué era el batán? Pues era un equipo en el que traían talabartería, hamacas, cobijas, dulces de Vélez, queso paipano, carne paipana… ¡Eso era y es  Colombia!  Entonces, nosotros nos arropábamos con cobijas colombianas. Consumimos esos productos y aprendimos los juegos de envite y azar colombianos.

La Batalla de San Cristóbal

En este recorrido cíclico por el tiempo, haciendo recuento de episodios y procesos que han construido la historia de la colombianidad en Venezuela, el historiador Luis Hernández Contreras hace referencia al enfrentamiento militar que se produjo el 28 y 29 de julio de 1901.

Se trató de una invasión al estado Táchira desde Colombia, contra el gobierno del presidente venezolano Cipriano Castro. Estuvo compuesta por cinco mil soldados del ejército colombiano y cerca de mil venezolanos asilados en Colombia, todos dirigidos por el general venezolano Carlos Rangel Garbiras, apoyado por el gobierno conservador de Colombia para ese entonces. El gobierno venezolano resultó victorioso.

–LHC: Luego viene ese episodio triste del 28 de julio de 1901, que se conoció como “la invasión de los colombianos” o la Batalla de San Cristóbal. Ese episodio no ha sido estudiado completamente. Esa invasión fue dirigida por el tachirense Carlos Rangel Garbiras, con un contingente de colombianos, para frenar los ímpetus expansionistas de Cipriano Castro.  En esa batalla murieron, entre lo que hoy es el Cementerio Municipal de San Cristóbal y la Universidad Católica, 1.200 hombres. De ellos, cuatrocientos eran tachirenses y ochocientos eran colombianos.

Una cita del jefe liberal colombiano Rafael Uribe Uribe, al frente de la contienda por el lado venezolano, explica la singularidad de la confrontación:

No fue contienda de nación a nación, sino de partido a partido, de liberales contra conservadores, sin distinción de gentilicio […] La guerra no era internacional, puesto que no se efectuaba entre dos Estados; tampoco era civil, porque no tenía lugar entre un Estado, por una parte, y un grupo insurrecto por la otra. Era conflicto entre colectividades políticas […] un tipo de guerra totalmente nuevo y aún no clasificado por la ciencia.” (Blog: Coordenadas Mundiales, iales.uexternado.edu.co: marzo, 2020).

Buscando refugio y paz en Venezuela

–LHC: Después vienen los otros colombianos. Después del  9 de abril de 1948, a raíz de la muerte de Jorge Gaitán, llegan buscando paz en esta tierra.

El gobernador del departamento Norte de Santander, Lucio Pabón  -en tiempos del presidente Roberto Urdaneta Arbeláez (Noviembre, 1951 – Junio, 1953) cuando sucede a Laureano Gómez-  decía sobre los que salían hacia Venezuela que eran “…unos bandoleros, los que se estaban pasando para el estado Táchira”. Pero no, no eran bandoleros, eran familias que buscaban paz, a quienes les habían quitado sus fincas, que los habían asaltado y huían de aquellas encerronas donde quemaban un pueblo y mataban a la gente.

Muchos llegaron acá al Táchira.  ¿Dónde están? Yo los vi aquí en las calles 3 y 4 de San Cristóbal. Había gente que tenían entronizado en sus casas el retrato de Jorge Eliécer Gaitán, alumbrado con velas. ¡Eso lo vi, lo presencié! Y muchos de esos colombianos se quedaron acá. Otros pasaron a La Grita: la familia Mogollón, Samuel Mogollón, Belarmino Mogollón, Luis Mogollón… ¡y el emporio que esa gente formó en negocios y en haciendas!  Sus hijas casaron con gente de acá. Formaron familias como los Galeazzi Mogollón, por ejemplo.

Asdrúbal Pérez García, de la Asociación de Ganaderos del estado Táchira (Asogata): su familia es de origen colombiano, de Floresta. Hasta los Rodríguez Durán7: Vianney, Gerson… ellos vienen de gente que huyó de la violencia colombiana. Entonces es un hecho innegable la presencia de Colombia en diversas épocas y facetas: de antes del siglo XIX, en el siglo XIX; en la violencia política de finales de siglo XIX y toda la gente que huyó y se quedó acá. Y luego, posterior de 1948, con la violencia colombiana a raíz del asesinato de Gaitán.

Llevaron el café de Venezuela y trajeron las artes gráficas y de imprenta

–LHC: Este hecho: esta presencia y enraizamiento de gente de Colombia se manifestó en las poblaciones de San Antonio del Táchira y  Rubio, fundamentalmente; y de San Cristóbal. ¿Por qué fueron a Rubio? Por el café. Nosotros les enseñamos cómo sembrarlo, porque la actividad del cultivo del café se fue de aquí para allá (a Colombia). No fue a la inversa. Pero los colombianos tecnificaron su cultivo.

Entonces, la presencia de Colombia tiene diversos acentos culturales. La localidad de Rubio es uno de esos acentos. A Rubio llegan todos esos exiliados: Manuel Cote, los  Sánchez Cabrales, que llegaron de Ocaña. De éstos, el periodista colombiano Pedro José Sánchez Cabrales fundó en Rubio el periódico El Aldeano. Uno de esos Sánchez, el tío Sánchez Espejo pasó a Zea (Mérida). Otro de los descendientes de los Sánchez Cabrales es Félix Román Duque, que es el maestro de escuela. Y recién murió el doctor Duque Corredor. Están también los Duque Sánchez; todos ellos tienen origen colombiano.

Los que llegaron acá ¿qué hicieron?  Impulsaron la prensa. Usted observa los escritos de Rafael María Rosales, ¿cómo escribía? Lo hacía como un colombiano, porque adoptó la escuela colombiana.

La presencia de Colombia en el periodismo tachirense: ¿Cómo escribía Ramón Velásquez Ordóñez? Cómo el colombiano que era. ¿Y quiénes aprendieron en el Diario Católico al lado de él?  Don Víctor Barrios, que fue otra personalidad del periodismo, colombiano, que trabajó aquí en la prensa hasta el año 1960. Y difundió por radio todo lo colombiano, como Jaime Botero. Éste era netamente colombiano, y en tipografía Cortés actuó como colombiano del oficio. ¿Y cuántos colombianos estaban a su lado? Desde el señor “Caco”, de La Gran Parada, quien fue un oficiante de la Tipografía Cortés.  Así que la de Colombia y Venezuela es una influencia innegable, que hay que estudiarla.

Una mención aparte merece también Arquímedes Cortés, quien viene por motivos artísticos y sociales. Cortés, que llega a Rubio a ser pianista y administrador de un club. Él casa con una barinesa y tienen sus hijos. Y acontece todo lo que ocurrió de allí en adelante con la creación de Tipografía Cortés y las empresas Cortelar. Y la renovación del periodismo a través de José Rafael Cortés, hijo de Arquímedes, nacido en la población tachirense de Rubio y que pensaba como un colombiano.

Colombianos que aportaron a la educación y a la salud en el Táchira

–AGM: ¿En el plano personal, usted ha tenido alguna experiencia con colombianos radicados en Venezuela?

–LHC: Pues en el caso particular personal, yo tuve maestros en música colombianos, porque en una época trabajé en la música, ya no a la intensidad de entonces. Yo fui alumno de Evelia Rey Cubillos. Ella venía de Bogotá; venía en un circo que llegó a Caracas creo que en el año 25. Y por circunstancias de la vida  ella, sus hermanas y su hermano Alberto Rey Cubillos se aposentaron en San Cristóbal, en los años treinta. Ella fue directora de la Escuela de Música en el año 1946, 1947. Casó con un polaco, se fue de aquí, creo que estuvo en Mérida, pero vuelve en los años 70. Esa persona que me enseñó piano cuando yo era un niño de 7 u 8 años de edad. Era colombiana y actuaba como una colombiana.

Otra persona fue Manuel Celis Toscano, que venía de Florida Blanca, del departamento Santander. Llegó acá cerca de finales de los años 50. Fue un solvente pianista. Estos músicos colombianos influyeron mi formación artística. En mi educación directamente no hubo colombianos influyentes. Pero por ejemplo, en el plano de la educación, desde donde se transmiten valores, acá en la ciudad de San Cristóbal es innegable la presencia y aporte del docente Alfonso Álvarez Castellanos, fundador del Colegio Andrés Bello. El Colegio Andrés Bello fue aquí uno de los íconos de la educación en San Cristóbal. Y Alfonso Álvarez Castellanos llega allí huyendo de la violencia en Colombia. Él viene de ese particular mundo.

Otro colegio muy importante en la San Cristóbal de entonces fue el Colegio San Antonio, de Doña Mery de Orbegoso, colombiana, que viene huyendo de la violencia en su país. ¡Cuántas generaciones se formaron allí!, en la carrera 11 de San Cristóbal, en el Instituto San Antonio, una creación de gente colombiana netamente. Así que esta ciudad tuvo el aporte a su educación de los colegios Andrés Bello, el colegio Santa Teresita y el Instituto San Antonio, creados por colombianos.

El Colegio Santa Teresita, que dirigió el padre Edmundo Vivas, tenía allí a una institutriz colombiana, la señorita Ana Lucía Silva. Ella enseñó allí hasta que murió, quizá en el año 1982. Sólo aquí en San Cristóbal, la presencia de profesionales colombianos fue significativa. Por ejemplo, médicos como Gonzalo Vargas. Él vino huyendo de esa violencia colombiana de principios del siglo XX. Y esa violencia lo lleva a las ciudades de Colón y a San Cristóbal.

El doctor Gonzalo Vargas fue una institución aquí en San Cristóbal. Él fue médico del Hospital San Juan de Dios, que estaba ubicado en la 7ma Avenida. También fue médico del Hospital Vargas y del Hospital Central de San Cristóbal. Fundó el Banco de Sangre. Era un médico muy avezado acá. Fue profesor del Colegio La Salle, donde también enseñaron otros ciudadanos colombianos. Gonzalo Vargas recogió el dinero para levantar la estatua de Monseñor San Miguel allí en La Ermita, porque fue uno de los médicos de monseñor San Miguel. Fue un médico colombiano de innegable presencia acá. El doctor Rafael Galvis Velandia, que aún ejerce, también es colombiano. El cirujano Camilo Vivas, que ya murió, también era colombiano.

–AGM: ¿Y en la educación pública, hubo incidencia de educadores colombianos?

–LHC: Los dos únicos casos que conozco son los del Liceo Simón Bolívar, donde enseñó Ramón Velásquez Ordoñez, padre de Ramón J. Velásquez.  Velásquez Ordoñez era colombiano y fue subdirector del Liceo Simón Bolívar. Allí también enseñó Hugo Ruán. Éste fue asistente de Carlos Rangel Lamus allí. Es más, escribió el libro de Historia Universal y de Geografía de Venezuela. Sabía mucho sobre nuestro país. Su hijo vive en Caracas. Hugo Ruán casó con sobrina de Abel Santos, fundador del Salón de Lectura.

Así que es innegable la presencia de la colombianidad en nuestro estado. Ahora, no he estudiado los casos que evidencien la presencia de la colombianidad en otras regiones de Venezuela. Estoy seguro de que esa presencia tiene que estar marcada hacia los llanos y hacia el Zulia.

Lo más reciente que hemos constatado es la expansión de la cultura colombiana con la difusión del vallenato, a través de la música del conocido grupo El Binomio de Oro, impulsado por las plantas televisivas de Caracas, de Radio Caracas y de Venevisión. Todo el mundo cantaba canciones de El Binomio de Oro. Pero esto se dio por la fuerza de la industria cultural televisiva.

Aportes de maestros colombianos a la música tachirense

Ahora, en el caso particular del Táchira, la música tachirense le debe a Colombia. Y una parte de la música colombiana le debe al Táchira. Pero los tachirenses les debemos más a ellos.

Los primeros maestros de música que llegaron acá fueron colombianos. Uno de ellos fue Julio Quevedo Arvelo. Él era hijo de un coronel caraqueño llamado Nicolás Quevedo Rachadell, quien era violinista y era edecán del Libertador en Bogotá. Entonces, Quevedo Rachadell casó allá con una señora colombiana y su hijo es éste, Julio Quevedo Arvelo, que pasa al Táchira en 1875-76.

Dio clases en Michelena. Construyó un órgano en Michelena. Le compuso una misa a la Virgen de la Consolación de Táriba y fue maestro aquí en San Cristóbal. Emparentó con los Villafañe y los Quevedo llaneros, llaneros adinerados, como José Gregorio Villafañe y otros.

Discípulos de Julio Quevedo Arvelo fueron: Alejandro Fernández y Abel Briceño, colombianos. Alejandro Fernández nació en la Villa de Rosario y fue el primer director de la Banda del estado Táchira, en 1903. Y luego llegan otros músicos como Celso Pérez, Julio Angulo Lewis, que era pianista, pero era una espía de Cipriano Castro.

Aquí venía a tocar el piano Elías Soto, el autor de “Brisas de Pamplonita”. Eso era habitual en la San Cristóbal de 1885. Entonces toda esa fuerza colombiana se representaba acá. Llegaron extraordinarios pianistas, cantantes como Carlos Julio Ramírez, quien grabó la versión oficial del Himno de Colombia. Esto es también prueba de que es innegable la colombianidad en el Táchira.

Y es tan innegable, que la forma musical que nos identifica como tachirenses, el bambuco, viene de Colombia. Es un paso y se adaptó a una forma musical ya tachirense. Pero la base del bambuco tachirense es colombiana.

Usted ve: la formación de gente como Luis Felipe Ramón y Rivera8, como Marco Antonio Rivera Useche, como esos músicos de comienzo del siglo XX y tiene un rasgo colombiano que es innegable. Tenemos la presencia de Alejandro Fernández. Murió en el año 1934. Vivió muchos años en el Táchira y era un músico colombiano.

Los vínculos con Colombia en el plano político

–AGM: ¿Usted considera que las relaciones diplomáticas y la política exterior entre Colombia y Venezuela influyen en la vida cotidiana de quienes vivimos en esta región? ¿De qué manera?

–LHC: Influyen, pero lo más grave es que se basan en un desconocimiento absoluto, porque siempre todas esas negociaciones son entre Caracas y Bogotá, y no incluyen a la gente que vive aquí, a los que convivimos aquí de un lado y del otro.

Nosotros en el plano político hemos tenido tanto acercamiento que todos esos políticos liberales buscaban exilio acá, en Venezuela, en tiempos de gobiernos conservadores. Y cuando los liberales gobernaban allá, los conservadores pasaban para acá. Un ejemplo lo encontramos en el mundo de las letras: el poeta colombiano José María Vargas Vila vivió aquí a finales del siglo XIX. Vargas Vila  es la primera persona que se expresó públicamente sobre la reclamación del Esequibo.

El cronista de San Cristóbal cuenta que luego de la Batalla de San Cristóbal en 1901 (entre facciones políticas de ambos países) hubo ruptura de las relaciones diplomáticas. Posteriormente, éstas se reestablecieron a través de la Banda del Estado Táchira. “El presidente del Táchira, doctor Rafael Garbiras Guzmán, fue a Cúcuta con la Banda de músicos y dieron varios conciertos.  Así fue como se hicieron las paces  para abrir relaciones con Colombia en 1904”. 

Después, cuando gobernaba en Colombia el presidente de Pedro Nel Ospina, al Táchira vino su ministro, el conservador Laureano Gómez, quien luego fue líder del partido Conservador, fundador del diario El Siglo y presidente de Colombia en el año 1950.

El puente que nos une

El Puente Internacional Simón Bolívar ha sido -y fue- un espacio sumamente importante en las relaciones diplomáticas y políticas entre los dos países. Y esto lo demuestran las sucesivas reuniones entre altos funcionarios de gobierno colombiano en ese punto de encuentro.

LHC: Nosotros tuvimos conexión con el departamento Norte de Santander, primero a través del Puente Internacional del año 1927. Después, por el Puente Internacional del año 1962.

Recordemos: en el Puente Internacional de 1927, ubicado después de La Parada, se reunieron los presidentes Eleazar López Contreras, de Venezuela, y Eduardo Santos, de Colombia, el 4 de abril de 1941, para la firma del tratado definitivo de límites.

Más tarde, en marzo de 1953, se reúnen también en el Puente Internacional el presidente venezolano Marcos Pérez Jiménez y Roberto Urdaneta Arbeláez, que era el presidente designado de Colombia, por la enfermedad de Laureano Gómez. Y luego, ahí se reúnen Marcos Pérez Jiménez y Gustavo Rojas Pinilla, en el año 57.

En 1962, Rómulo Betancourt y Alberto Lleras Camargo inauguran el nuevo Puente Internacional Simón Bolívar, el que conocemos hoy día. Y en 1964 viene a San Cristóbal el presidente colombiano  Guillermo León Valencia.  Hace ofrendas en la Plaza Bolívar y junto a Betancourt suscribe en el Hotel del Tamá el Acta de San Cristóbal de 1964. Allí tenemos otra evidencia importante del acercamiento entre los dos países, con la presencia de presidentes colombianos ejerciendo funciones diplomáticas con sus pares venezolanos en nuestro territorio.

En nosotros…

Hoy, las avenidas y barrios de San Cristóbal lucen las huellas de la colombianidad en la cumbia y el vallenato que oyen en sus casas sus habitantes.

Colombia está en las maneras amables que las vendedoras de las tiendas y abastos usan para atender a los compradores; en la mercancía variopinta de toda índole, en los frutos que ofrecen los vendedores ambulantes en sus carretas: uchuva, tomate de árbol, maracuyá, jugo de borojó…

Colombia está en el habla cotidiana de los tachirenses: “cucha”, “parcero”, “centrano”, “papaya”, “bacano”, “amañado”, “intenso”, “jartera”, “recocha”…

En el día a día, sumergida en “aromáticas”, en la “changua”, bajo las cobijas traídas de Cúcuta, en la piel… allí está la colombianidad. Con nosotros, entre nosotros. En nosotros.

Referencias:

1.            La Compañía Nacional Minera Petrolia del Táchira fue la primera compañía explotadora de petróleo en Venezuela. Fundada en 1878.

2.            Tunja, capital del departamento de Boyacá, fue construida sobre la antigua Hunza, capital de la confederación Muisca, en 1539. Asimismo, a principios del siglo XIX fue capital de las Provincias Unidas de la Nueva Granada. S Tunja perteneció la Provincia de Mérida, integrada por el estado Táchira. Los pueblos originarios de esa vasta región son los muiscas.

3.            Los antecedentes de la Feria Internacional de San Sebastián se remontan a la época colonial, cuando a la Villa de San Cristóbal llegaban comerciantes y ganaderos de las regiones vecinas para vender sus productos, durante las fiestas patronales.  Entre el siglo XIX e inicios del siglo XX se produce el auge de la economía cafetalera. Entonces en la ciudad se efectuaban eventos comerciales para vender productos de Colombia y Venezuela.  (En: Soledad, Caracas: marzo, 2022. Autor Haiman El Troudi).

4.            Hugo Domingo Molina fue integrante de la primera Junta de Feria, entidad que se encargó de organizar las primeras Ferias Internacionales de San Sebastián (FISS) en 1965. Con el desarrollo de las festividades, Molina se convirtió en el empresario ganadero central de la fiesta taurina de las FISS.

5.            La revista “El Cojo Ilustrado” fue una publicación venezolana sobre arte, historia, literatura y crónicas. Propagaba los ideales liberales. Circuló entre 1892 y 1915. Se imprimía en Caracas (Museo del Libro Venezolano).

6.            José Humberto Ocariz, autor del libro La Tachiranidad, San Cristóbal: 1989, Publicaciones de ATARME. Es considerado el padre del término “tachiraneidad”.

7.            Vianney Rodríguez Durán, político venezolano del partido Acción Democrática. Gerson Rodríguez Durán, político venezolano socialdemócrata, profesor universitario; autor del libro: Cipriano Castro, su tierra, su entorno y su vida, editado por la Biblioteca de Autores y Temas Tachirenses (BATT).

8.            Luis Felipe Ramón y Rivera, músico y compositor tachirense, folklorista. Durante su vasta formación musical, estudió varios años en Colombia.

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