Reportajes y Especiales

Víctor Matos es testigo de excepción en la historia de esta empresa editora

23 de diciembre de 2023

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53 de sus 83 años de vida los ha dedicado el periodista Víctor Matos a Diario La Nación, lo que lo hace el periodista de mayor antigüedad laboral en el medio de comunicación de mayor prestigio de los Andes venezolanos. Y más allá de ello, un testigo de excepción del fortalecimiento del prestigio del impreso durante estos 55 años de existencia.

Le fue encomendada una misión específica por sus fundadores, José Rafael Cortés y Gloria Niño de Cortés, de contribuir a expandir un mercado, más allá incluso del estado Táchira, y ganar audiencias a través de una propuesta para con un espíritu innovador, que aún en la actualidad persevera.

Esa encomienda la asumió primeramente como Jefe de Información y luego Jefe de Publicidad, y desde ambas posiciones estratégicas ha descubierto parte del secreto de Diario La Nación para mantenerse dentro de un extenso periodo en el que no pocos medios han surgido, para posteriormente sucumbir.

En entrevista para el programa de La Nación Radio, Perfiles de Mi Tierra -disponible a través de la plataforma de Youtube en la dirección  lanzó una mirada retrospectiva al pasado del diario, de la cual se pueden extraer lección que pese a los avances tecnológicos y los cambios en las audiencias,  merecen ser tomadas en cuenta.

Descubrir la audiencia

Al llegar a Venezuela desde el Perú, ya Víctor Matos venía con una carrera periodística consolidada, con un paso importante en los prestigiosos rotativos limeños Diario El Comercio y Diario La Prensa. Su país natal finalizando los años sesenta tuvo que pasar por ese extraño destino que aún marca Latinoamérica, y que obliga a procesos migratorios, aún en la actualidad visto con recelo por los vecinos que ostentan una frágil estabilidad.

“Yo llegué a Diario La Nación en el mes de septiembre de 1970. Venezuela estaba bajo el mandato de Rafael Caldera, daba la impresión de que todo estaba por hacerse, que se estaba construyendo un nuevo país. Y el periodismo ejercía una acción muy interesante para imprimir el estilo democrático que impulsó Rómulo Betancourt, a partir de 1959”.

Nos explicó Matos que a Venezuela, primero para una revista corporativa y luego para el Diario El Expreso de Ciudad Bolívar, trajo la escuela peruana de un periodismo competitivo y creativo. Gracias a la cercanía que tenía con Omar Gonzalo Méndez, famoso corresponsal de Diario La Nación en Caracas y el responsable de la famosa columna por los años 70 Mi Canal Indiscreto, supo de la necesidad que había en un impreso apenas dando sus primeros pasos, de contar con un jefe de Información.

“El señor José Rafael Cortés me contrata con la idea no solo de formar la redacción del diario para esa época, sino la de aumentar la circulación del periódico”.

Para Víctor Matos, más que cambios técnicos lo más retador fue para ese entonces cambiar el chip del mal llamado “periodismo de provincia”, y su complejo de inferioridad respecto a lo que se ejercía en la capital y las corresponsalías de los diarios nacionales. Otro aspecto a tomar en cuenta era el énfasis sobre el lector, a la hora de tomar decisiones gerenciales y periodísticas.

“Yo dije el periodismo es uno solo. El que redacta en Caracas tiene el mismo cerebro, tiene el mismo conocimiento y el mismo amor de la profesión que el que trabaja en provincia. ¿Qué es lo importante en un periódico? No son las agencias de noticias contratadas, no son los periodistas, no son las maquinarias: lo único importante son los lectores, y ese fue el norte, en pos de una mayor circulación”.

Dentro de un escenario de medios de comunicación muy tradicional, Diario La Nación irrumpió con innovaciones de todo tipo, de la cuales Matos hizo una síntesis.

“El único periódico que contó con agencia internacional de noticias en esos primeros años fue Diario La Nación. Todos los periódicos que salían, El Centinela, Vanguardia, eran en tamaño tabloide. Diario La Nación salió en tamaño estándar y después impuso el color, las gráficas eran muy importantes y sobre todo la objetividad en la noticia y darle fuerza. Un periódico es noticia, entretenimiento y educación. Nosotros dábamos noticias regionales, internacionales, porque circulaba en Mérida, Barinas y en el municipio Páez del estado Apure y en la zona sur del lago. Mientras más lectores captábamos, más influencia ejercía el periódico, y de esta manera hicimos que de 5 mil a 7 mil ejemplares en los primeros meses llegásemos mucho después a los 35 mil ejemplares”.

Insertarse en el sentir, el pensar y el hacer desde la cotidianidad del tachirense fue posible al tener presencia y escuchar desde los barrios, las instituciones educativas y de salud, los eventos sociales y deportivos, y especialmente desde las inquietudes del ciudadano de a pie.

“El periódico nació para defender al lector; estábamos presentes en los barrios, atentos a lo que ocurría en el sector salud y educación, y valoramos mucho al nuevo liderazgo, incluso el que se gestaba en los liceos. ¿Qué hace el adolescente, qué hace el joven? Soñar, y quiere que esos sueños se cumplan; pero si no tiene un vocero que haga eco a esos sueños, poco probable es que se cumplan. Empezamos a recorrer todos los pueblos del Táchira y aprovechamos que el Táchira es un estado de permanente alegría, de permanente bonche, porque había fiestas patronales durante todo el año, para promocionar los reinados de cada pueblo y reflejar esos eventos en el periódico. Como nos dimos cuenta que las personas se desesperaban por ver su nombre en letras de molde en el periódico, entonces hicimos una sección dedicada al interior y desde allí fomentar el turismo. También se nos hizo evidente que la gente devoraba las noticias de sucesos, y esa fue otra manera para que la gente se identificara con el periódico, así como a través de los deportes, para los cuales se creó un cuerpo especial, y que servía para atraer a un público más joven”.

Al periodista Víctor Matos siempre le tendrá gran estima el sector de las artes y el espectáculo, que siempre lo tendrán como un aliado, y alguien de confianza, pues siempre consideró que aún en esta fuente periodística la ética debe prevalecer, pues si bien muchos artistas sueñan con una difusión amplia en los medios de comunicación, esto se puede prestar para disfrazar de periodismo la promoción de aquellos. Bajo este espíritu creo el suplemento Flash, que por muchos años estuvo bajo su dirección.

“Después me di cuenta que la gente deliraba por los artistas que venían de afuera y dije por qué no fomentar los artistas de acá, y entonces creamos la sección de espectáculos, y para estar seguros que tal sección era objetiva y limpia económicamente, yo me dedico a hacerla para dar a conocer a los valores de acá. Y la feria era la fuente de riqueza del espectáculo y nosotros comenzamos a promover la feria como nadie lo había hecho. En las portadas del Suplemento Flash aparecían las reinas de la FISS, y muchas modelos que exaltaban la belleza de la mujer andina”.

Los concursos fueron otra de las estrategias para premiar a los lectores fieles de Diario La Nación, y entre ellos el de mayor fama y con amplia continuidad en el tiempo, se destaca El Fotograma Navideño:

“El Fotograma Navideño, para que además de anunciar, se pudieran ampliar los premios para los lectores, muchos de los cuales daban los mismos comercios que allí se publicitaban. Llegamos a recibir 200 mil cupones de ese concurso. Ha sido el más importante no solo de la región sino del país, contribuyendo a aumentar la circulación, pues la gente compraba dos o tres periódicos para tener mayor oportunidad en el sorteo”.

Factor de Desarrollo

Lo que ha engrandecido al estado Táchira en estos 55 años de una u otra manera, ha tenido a Diario La Nación como protagonista. Una verdad que Víctor Matos defiende a todo trance:

“Si algo debe el Táchira al Diario la Nación es su desarrollo, y eso fue gracias a un hombre que tuvo una visión extraordinaria como fue José Rafael Cortés, porque sin el apoyo del editor, no se hubiesen hecho las campañas en favor del Velódromo de Ciclismo, el impulso de la feria, la Represa Uribante Caparo. Siempre estuvimos pendiente de todo lo que sucedía en el Hospital Central para mejorar la salud de nuestro pueblo. El diario se convirtió en una especie de atalaya para llevar al lector lo que el lector quería, y el lector se sintió siempre identificado con este medio y aún con todas las crisis económicas y del papel, no ha dejado de ser un referente entre los tachirenses”.

Para Matos, las transformaciones tan avasallantes en los medios de comunicación no deben extraviar el verdadero y único patrimonio del periodismo: la credibilidad.

“La credibilidad es fundamental: si a ti te dan una información y al día siguiente te das cuenta que era falsa, ya no crees en esa pluma que la divulgó. El periodista maneja la verdad como principio y como fin, no puede haber otra herramienta. Si por tu por interés personal, de amistad o económico tergiversas la verdad, el lector te da la espalda y hasta ahí te llegó el periodismo. Es una profesión que poco ha cambiado: se necesita creatividad, capacidad de resumen y de emisión, y mucha credibilidad”.

 

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