Según la Unicef, la neumonía, la diarrea, la malaria y la desnutrición crónica son enfermedades infantiles curables. En las manos de los papás está su prevención y la atención a los síntomas.
Neumonía: se trata de una infección en los pulmones. Seguir el tratamiento es clave así como atender los síntomas cuando se presentan. Si el niño asiste a la guarderia es recomendable que el papá hable con el pediatra para saber si es conveniente que se le aplique la vacuna contra el neumococo, de esta manera se podrá proteger con mayor seguridad.
Diarrea: las principales causas son las infecciones gastrointestinales, resfriados, antibióticos y el exceso de fruta o jugo en la dieta diaria. Sin embargo, también se puede presentar en un niño con deficiencias enzimáticas o por la dentición, debido al aumento de salivación que tiene el bebé cuando le están brotando los dientes. La deshidratación es la principal causa de muerte a raíz de la diarrea.
Malaria: sus síntomas se parecen a los de la neumonía, por lo que diagnosticarla equivocadamente puede llevar a un tratamiento inadecuado. Esta enfermedad también es una de las causas principales de la anemia en niños. Para evitarla lo principal es la prevención con el uso de mosquiteros en las puertas y ventanas. Le puede interesar: Conozca sobre el paludismo y tome medidas para prevenirlo
Desnutrición: es importante que durante los 6 primeros meses de vida se alimente exclusivamente con leche materna y posteriormente se le dé una dieta rica en nutrientes, principalmente de hierro y ácido fólico. Si no se consumen en las cantidades adecuadas en los primeros 3 años, puede presentarse anemia, alterar el comportamiento y el aprendizaje de por vida.
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