El consumo regular de alimentos ultraprocesados, como refrescos azucarados o bollería industrial, puede conllevar un mayor riesgo de desarrollar depresión clínica en el futuro, según concluye un estudio realizado por un equipo científico español.
La investigación ha sido llevada a cabo por el Centro de Investigación Biomédica en Red de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (Ciberobn) y sus resultados se han publicado en la revista European Journal of Nutrition.
En total, se ha realizado un seguimiento a más de 14.000 voluntarios durante un máximo de 16 años y se ha comprobado que los consumidores de alimentos ultraprocesados tenían hasta 33 por ciento más de riesgo de sufrir depresión que los que tenían un consumo mínimo o nulo e incluso mayor en personas con niveles bajos de actividad física.
Baja calidad nutricional
Este hallazgo «contribuye a la evidencia científica creciente sobre los graves efectos perjudiciales que tienen este tipo de alimentos».
Los alimentos ultraprocesados son formulaciones industriales elaboradas a partir de ingredientes refinados, han explicado los autores, como azúcar, almidones, aceites vegetales y sal, o sintetizados, como grasas «trans» o aditivos, y «no contienen ningún alimento reconocible«.
Entre ellos se encuentran los refrescos azucarados, embutidos, postres lácteos azucarados, galletas, bollería industrial o los cereales para el desayuno, y se caracterizan por su baja calidad nutricional.
Además, los alimentos ultraprocesados están listos para consumir en cualquier momento, sin necesidad de preparación, y tienen una alta disponibilidad en el mercado, han advertido, lo que favorece su consumo y «desplazan el consumo de alimentos beneficiosos y a se alejan de los patrones alimentarios saludables».
El estudio se enmarca en el proyecto Seguimiento Universidad Navarra (SUN), dirigido por Miguel A. Martínez González, investigador del Ciberobn.
(EFE)