La niña Danna Salcedo, de dos años, quien debió ser sometida al procedimiento invasivo de una endoscopia por presentar várices esofágicas producto de una hipertensión portal, salió bien y fue dada de alta, pero ahora debe ser sometida a un trasplante de hígado.
La endoscopia fue hecha en el Centro de Control Gastrointestinal Luis Anderson, debido a que en el Hospital Central de San Cristóbal, lugar donde estaba recluida, no se cuenta con un endoscopio infantil. En establecimientos privados el costo de una endoscopia oscila entre los 1.100 y 1.200 dólares, dinero que no tiene la familia de la pequeña.
“Todo salió bien”, contó su mamá, Marisabel Mora, quien se enteró que la niña debía someterse a un trasplante de hígado, cuando le hacían algunos exámenes de rutina, antes de practicársele la endoscopia.
La doctora Olga Silva fue la especialista que hizo la ligadura de las várices en el Centro de Control de Cáncer Gastrointestinal, y además dijo que la niña tenía que someterse a un trasplante de hígado.
Según el doctor Dennis Castro, director del Centro Gastrointestinal, ahora tienen otro caso, se trata de una niña de 4 años, hospitalizada al lado de Danna; su familia comprará las ligas para hacerle la endoscopia el próximo martes.
“No es fácil, ahora comienza la lucha por el trasplante. Me dijeron que lo hacen en Medellín y para conseguirlo necesitaremos de la ayuda de todos los tachirenses, los cuales me tendieron de manera incondicional con Danna para poderle hacer la endoscopia. Ahora seguiremos buscando la salud plena de la niña, aun cuando los costos son muy elevados”, finalizó la mamá de Danna.
Ella y su familia inician una jornada para lograr la meta que permita que la niña se recupere y logre el trasplante. Se espera que se le respete el derecho a la salud y la vida, un derecho fundamental en todos los seres humanos.
Nancy Porras