Salud
Depresión y pensamientos suicidas, estragos del covid-19 en el personal de salud
6 de noviembre de 2020
Una nueva encuesta de la OPS muestra que la atención en salud mental no está adecuadamente financiada en 27 países de las Américas, mientras que nuevos datos de seis países indican que uno de cada cinco trabajadores de la salud experimenta síntomas de depresión en el contexto de la pandemia por covid-19
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) publicó recientemente los resultados de una nueva encuesta, la cual revela que los servicios de salud mental en las Américas se han quedado rezagados junto en el momento que han sido primordial para la atención de pacientes en el contexto de pandemia que se ha generado por el covid-19.
Justo cuando la salud mental resulta una prioridad los servicios de atención se han visto disminuidos, así lo aseguró el subdirector de la OPS, Jarbas Barbosa, durante una sesión informativa.
Detalló que si bien es cierto que los datos presentados revelan que de 29 países 27 han integrado la salud mental en sus planes contra la covid-19, «solo dos cuenta con suficiente financiamiento».
Señaló que son los mismos trabajadores de la salud los más afectados a nivel mental por la pandemia de la covid-19, y es que estos se han visto obligados a hacer «grandes sacrificios personales» y tomar decisiones «sumamente difíciles en la primera línea de la respuesta a la pandemia».
Barbosa aseguró que los nuevos datos preliminares de seis países muestran algunos indicios preocupantes.
«Uno de cada cinco trabajadores de salud está sufriendo síntomas de depresión. En Chile, casi uno de cada diez tiene pensamientos suicidas. Más del 75% de los trabajadores de salud están preocupados por contraer la covid-19 y prácticamente todos están preocupados por transmitírsela a sus seres queridos», indicó, citando el estudio Héroes, dirigido a examinar los problemas de salud mental, conductual y social que experimentan los trabajadores de la salud en Argentina, Chile, Guatemala, Perú, México y Venezuela. El estudio es un esfuerzo conjunto entre la Universidad de Chile y la Universidad de Columbia en asociación con otras instituciones.
Salud mental durante una pandemia prolongada
El subdirector de la OPS subrayó que la salud mental, que está muy vinculada a la salud física, debe seguir siendo una consideración clave a medida que se acerca el final del primer año de la pandemia.
Advirtió que desde su llegada “la covid-19 ha interrumpido nuestras rutinas diarias, ha forzado a millones de personas a un aislamiento que lleva meses, ha devastado nuestras economías y ha causado una pérdida inimaginable de vidas. Esto nos ha sacudido a todos”, dijo, al tiempo que agregó que las encuestas realizadas en varios países muestran que la pandemia ha aumentado el nivel de estrés de muchas personas, y algunos están luchando contra la ansiedad y la depresión.
Según Barbosa, «los países tampoco han podido dotar con personal suficiente a sus servicios de salud mental, por lo que la atención puede estar más fuera del alcance que nunca: la psicoterapia, el apoyo a los trastornos por abuso de sustancias psicoactivas y el acceso a los medicamentos se han visto sumamente interrumpidos y no están disponibles para muchos que los necesitan urgentemente».
Asimismo, manifestó que incluso los esfuerzos para ampliar el acceso por medio de la telemedicina todavía no han logrado llegar a la mayoría de quienes lo necesitan.
«Las personas con trastornos de salud mental y por abuso de sustancias psicoactivas necesitan atención y apoyo confiables, especialmente ahora», aseveró. «Los servicios de salud mental comunitarios, que están integrados en la atención primaria de salud, son un pilar de los servicios de salud mental y resultan esenciales para garantizar que nadie se quede atrás. Se debe proporcionar apoyo donde más se lo necesita: cerca de la comunidad», indicó.