Nancy Porras
“La hepatitis A es la más frecuente en los niños y menos preocupante, debido a consumo de alimentos con precariedad a la hora de su elaboración, eso quiere decir que estaban contaminados”, expuso Javier Roa, médico infectólogo.
No obstante, precisó que tienen un cierto número, no menos importante, de neonatos que nacen con hepatitis C y hepatitis B, que es lo grave, con un potencial de riesgo de muerte.
“Estos son los niños que la madre les trasmite la enfermedad a través de la placenta, llamada trasmisión vertical, y en parte se debe a que las madres nunca se hacen un examen de hepatitis B y C porque son drogadictas, alcohólicas, promiscuas, una serie de circunstancias; tienen este virus y lo trasmiten durante el proceso de embarazo”, explicó.
“Ese es el riesgo que se tiene con los niños de que estén contagiados con el virus de la hepatitis B y C”, acoto.
Aunque no maneja como tal las estadísticas, sabe que a nivel pediátrico, no son tan importantes, como a nivel mundial los adultos en grupos etarios, como son los promiscuos y alcohólicos.
También se ha visto la modalidad de los que usan piercing, tatuajes, procesos a través de los cuales se puede trasmitir sobre todo la hepatitis B.
Recordó que las hepatitis A, B, C, D y E pueden producir enfermedades graves, incluso cáncer en el hígado o la muerte.
“Los virus de las hepatitis B, C y D pueden transmitirse a través de la sangre, el semen y otros líquidos corporales; y el de la hepatitis B es diez veces más infeccioso que el VIH”, argumentó el doctor Roa.
En medio de la situación de salud en cuanto a los casos por hepatitis, la Alianza Mundial contra la Hepatitis, red internacional de organizaciones que actúan en más de 100 países, trabajan sobre el objetivo de eliminar la hepatitis para el año 2030. (Nancy Porras)