Mucho se dice sobre los riesgos de que estos huesos se astillen en las vías digestivas. ¿Es cierto o es falso? El veterinario Gerald Arteaga aclara dudas.
No hay dueño de gato o de perro que no haya escuchado decir que su animalito consentido no puede comer huesos de pollo. Pero, ¿sabes por qué no debes dárselos, ni permitirles que los roben de la mesa o de la basura?, explicó el portal Contrapunto.
Obviamente, hay una razón económica: en la actual crisis no muchos bolsillos pueden, en Venezuela, garantizarles la dieta básica a sus mascotas, y mucho menos bocaditos de pollo.
Pero también hay otros argumentos en contra: los huesos de pollo les causarían oclusión intestinal a perros y gatos. También se les pueden astillar en la garganta o en las vías digestivas, lo que se convierte en una emergencia, advirtió el veterinario Gerald Arteaga, del consultorio veterinario Pelos y Patas, en Chacao.
No obstante, hay partes del pollo que tu gato o tu perro sí pueden disfrutar, aclara Arteaga. Por ejemplo, el cartílago del hueso, que se les puede entregar crudo o cocido.
Y hay otros huesos que a tus mascotas les gustan y que comen sin riesgos: los de vaca y cerdo.