Salud
Una guerra campal podrían estar librando cientos de bichos debajo de tu sofá
17 de noviembre de 2017
Es un «milagro» desapercibido, pero las criaturas más pequeñas, como insectos, arácnidos, isópodos o nematodos, son animales que son capaces de sobrevivir en casi cualquier lugar de la Tierra no cubierto por agua. A pesar de que son minúsculos y muy delicados, su «diseño» está esculpido por cientos de millones de años de evolución. Sin embargo, hace unos cuantos siglos, milenios, como mucho, estas criaturas tan perfeccionadas son el blanco de los zapatazos. El hombre los aplasta, los fumiga y los expulsa sencillamente porque se han convertido en vecinos. En vecinos muy indeseables. El humano los llama «bichos», mientras que estos se limitan a vivir sus vidas en los nuevos y extraños rincones creados detrás de la nevera, en las pelusas del salón o en los resquicios de los azulejos del baño.
Los científicos han descubierto, con sorpresa, lo poco que los hombres saben sobre sus vecinos cotidianos. Probablemente, uno de los motivos es que, aunque por término medio hay 100 especies de artrópodos en cada hogar, se trata a todas estas criaturas como una plaga. Una investigación publicada recientemente en Scientific Reports ha tratado de solucionar este error. Científicos de la Universidad del Estado de Carolina del Norte y del Museo de Historia Natural de Dinamarca han estudiado los rincones de las casas y sus bichos como si se tratara de un ecosistema de la sabana africana o de las profundidades océanicas. Los aprensivos pueden quedarse tranquilos (o no): hagamos lo que hagamos estaremos rodeados por centenares de bichos. En realidad ni la presencia de mascotas ni la limpieza tienen un gran impacto en la diversidad o variedad de criaturas que viven con nosotros, aunque sí que hay otros factores a tener en cuenta.
«Por mucho que nos guste pensar que vivimos en casas protegidas del exterior, a diario están ocurriendo salvajes dramas ecológicos justo a nuestro lado», ha dicho en un comunicado Misha Leong, principal autora de la investigación. Paradójicamente, a la vez que en la televisión un documental muestra la desesperada carrera de una gacela perseguida por un león, algo similar puede estar ocurriendo, a la vez, justo debajo del sofá, en el reino de las migas y las pelusas: allí, los bichos tienen que cazar, huir, competir o cooperar para sobrevivir. «Estamos aprendiendo más y más sobre esas relaciones normalmente invisibles y cómo nuestras casas fomentan la aparición de estos ecosistemas», ha dicho Leong para referirse a esta «ecología doméstica».