Sucesos
A los tres hijos de Karla les dicen: «Su mamita ahora está en el cielo”
19 de julio de 2025
La joven madre de 29 años de edad, oriunda de Coloncito, municipio Panamericano, nunca pensó que aceptar que su expareja la acompañara a recoger un dinero, le iba a costar la vida. Karla fue reportada como desaparecida el miércoles 9 de julio, y cinco días después hallan su cuerpo completamente calcinado
Jhoana Suárez
El miércoles 9 de julio, a la 1 de la tarde, Karla Dayana Arteaga Hinojosa, de 29 años, con residencia en el barrio 19 de Abril de Coloncito, municipio Panamericano, perdió todo contacto con su familia. De inmediato, fue reportada ante las autoridades y comenzó su búsqueda.
El lunes 14 de julio, en horas de la noche, la conmoción tocó a la puerta de la familia Arteaga: El CICPC les informó sobre el hallazgo de los restos calcinados de Karla, que habrían sido encontrados en una finca en El Carira, municipio García de Hevia.
La madre de 29 años de edad murió en manos de su expareja, un hombre de 26 años, quien se ofreció a acompañarla a cobrar unas hallacas en una finca en la frontera con Zulia. Karla mantuvo una relación con E. Moreno por 8 meses, la cual habría terminado hace tres meses. Cuando el hombre se ofreció acompañarla «para hablar», la mujer nunca imaginó los planes que él tenía con ella.
Hallazgo
Familiares de la víctima confirmaron que el cuerpo de la joven fue hallado por funcionarios del CICPC en una finca en el municipio García de Hevia, de la cual estaba encargado Moreno, la expareja de ella.
El cuerpo fue hallado completamente calcinado; y junto a este, partes de la moto que conducía Karla al momento de su desaparición. Incluso, sus familiares no tuvieron un cuerpo que velar, porque el fuego lo consumió casi en su totalidad.
Para el día después del hallazgo, el feminicida ya había sido capturado y habría confesado a los detectives del CICPC el crimen que cometió con otro sujeto, quien también estaría detenido. Moreno confirmó ante las autoridades que la habría asesinado, «porque ella no quiso volver con él».
El día de su desaparición, contaron sus familiares, el hombre se ofreció a acompañarla porque quería hablar con ella; y aunque la última vez que la vieron Karla habría salido de la alcabala El Jabillo, antes que en algún momento el homicida la llevó hasta la finca donde él trabajaba y allí la asesinó para luego calcinar su cuerpo.
El dolor
La víctima era madre de tres pequeños: dos niñas de 10 y 7 años de edad y un niño de 5 años, quienes hoy viven con la tía de la víctima, Yerlis Arteaga: «La niña mayor está con su papá, y a los dos menores los cuidaré hasta que Dios me tenga con vida».
Los tres pequeños exigen la presencia de su madre, y aunque les han explicado que «su mamita está en el cielo», ellos no entienden y esperan que en cualquier momento su mamita vuelva a casa.
Para Yerlis, esta ha sido la experiencia más amarga que han sufrido como familia: «Lo que estamos sintiendo ahora, no se lo deseamos a nadie». Aún no comprenden cómo le pudo ocurrir esto a Karla, nunca lo vieron venir.
Las investigaciones por parte del CICPC continúan adelante, están haciendo las pesquisas requeridas y corroborando las confesiones del homicida y su cómplice. El feminicidio de Karla se suma al de otras mujeres tachirenses y venezolanas, víctimas de la violencia de género.