Un hombre que intentó abrir un vehículo estacionado en las inmediaciones de la plaza Miranda, en La Concordia, se llevó la mayor sorpresa de su vida cuando se encontró en el interior del carro a dos fornidos deportistas que reaccionaron inmediatamente, procediendo a su captura, lo cual fue seguido por una andanada de golpes de parte de una turba enfurecida, que estuvo a punto de lincharlo, en medio de palabras subidas de tono y reclamos por su comportamiento al margen de la ley.
El hombre, que sufrió serias lesiones, según se dice, logró escapar cuando las personas que lo golpeaban así se lo permitieron, tras la sugerencia de un ciudadano, que se presume pudiera ser funcionario.
Los hechos ocurrieron en horas de mañana del pasado sábado en la avenida Manuel Felipe Rugeles, de La Concordia, cerca de plaza Miranda, donde un grupo de peloteros llegó en un vehículo particular y se estacionaron en la zona para ir a realizar algunas diligencias. Un sujeto que se encontraba en las inmediaciones observó que el carro había quedado solo y apenas sus ocupantes se perdieron de vista, se dirigió al vehículo para abrirlo y hurtar cosas que hubiera en su interior, hacia donde no podía tener contacto visual debido a los vidrios ahumados.
Apenas el sujeto abrió el carro fue atenazado por las manos de dos fornidos hombres con uniformes de peloteros, que se encontraban en el interior. En su intento por huir, el sospechoso cayó al piso y fue en ese momento que comenzaron a llegar otras personas, comerciantes, taxistas y peatones, que arremetieron contra él, hasta el punto de ser casi linchado. El ladronzuelo recibió una descomunal paliza por parte de quienes le gritaban cosas, y hasta golpes con objetos contundentes le propinaron.
Un testigo dijo al periodista que logró observar que el presunto ladrón había sufrido fractura de un brazo y que además presentaba heridas en la cabeza, cara y otras partes del cuerpo. Por un momento fue inmovilizado a los efectos de mantenerlo así hasta que llegara la policía, que en varias ocasiones fue notificada telefónicamente de lo ocurrido.
Se cuenta que mientras esperaban a las autoridades, las personas que lo mantenían custodiado abrieron un espacio y le dieron la facilidad para que escapara. El sospechoso, sin pensarlo dos veces, muy maltrecho, emprendió carrera y desapareció a la distancia, sin ser perseguido.
Se comentó que esta fuga fue facilitada por recomendación de un ciudadano, que al observar heridas en el supuesto desvalijador de carros les advirtió a las personas que se estaban metiendo en un problema por haberle causado lesiones y tratar de cobrar justicia por mano propia, lo cual es contrario a la ley, y que podrían ser detenidas y pasadas a la fiscalía. “Es mejor hacerse los locos, para que este hombre huya”, dijo, y sus recomendaciones fueron puestas en práctica de inmediato. También contó nuestro informante que en varias oportunidades se solicitó la presencia policial, pero esta nunca se hizo presente. De pronto, la amnesia llegó de manera colectiva.
Pese a que se dijo que el sujeto que casi linchan suele cometer delitos en la zona de la plaza Miranda, a la cual mantiene azotada, nadie recuerda quién es, ni su nombre. Tampoco recuerdan la marca ni el color del carro que el individuo intentó abrir y donde estaban los deportistas. Tan solo existen los tímidos comentarios sobre un curioso episodio ocurrido en nuestra ciudad y que se ha repetido en otros sectores, donde la gente ha pretendido cobrar justicia por mano propia ante los ataques del hampa.
Armando Hernández