De acuerdo con información reseñada por los medios de comunicación, al menos siete personas, de distintas edades, decidieron quitarse la vida durante el recién finalizado mes de junio, en toda la entidad tachirense.
Todas, aunque por distintas razones, al parecer no vieron salidas a los problemas que enfrentaban en ese momento, por lo que, erróneamente, tomaron la decisión de acabar con su existencia.
“Esta es una cifra alarmante, sin duda, aunque parezca pequeña. Porque esa decisión es la última razón, el extremo, de los estados depresivos. Es decir, antecede a un suicidio, un estado de depresión severo, y las causas son de distinta naturaleza; o por lo menos en Venezuela, como sociedad generalizada, tenemos una crisis colectiva bastante afectada desde el punto de vista emotivo”, explicó en este sentido el abogado y criminólogo Jesús Alberto Berro.
—Ya no son hechos aislados, ya no son hechos individuales. Sino que podemos estar o tener un estado de depresión masivo, generalizado. Y que pudieran ser de allí, potenciales suicidas. Es decir, que esa cifra podría tener tendencia a incrementarse. Hay mucha gente desesperada— observó.
Sostiene Berro que son muchos los factores que influyen en este estado depresivo, pero que los más comunes en este momento son el económico y el tema de la salud (por la pandemia del covid-19).
“Parece ser que el contexto del sistema inmunológico, que es nuestro blindaje, nuestra fortaleza en el cuerpo para contrarrestar todo ese flagelo, bacterias, virus, con las situaciones emocionales tiende a deprimirse y entonces nuestro sistema tiende también a dejarse; entonces, más propensos y proclives estamos para caer en las fauces del covid. La depresión queda también después del covid, como efecto colateral. No es de extrañar que el suicidio tenga esa característica”.
“Si la persona tiene antecedentes o tiene tendencia suicida, es cuestión de explorar, porque a cada suicida se le hace una exploración de esa naturaleza, a ver si hay un factor heredo-biológico que, sumado a las tendencias suicidas innatas que pueda tener, se ve reforzado con los demás componentes que agravan la situación. No ven más salida. Se suele decir que el suicida es una persona débil de carácter, de temperamento y personalidad, pero pienso que, al contrario, se debe tener bastante fortaleza para uno atentar contra su propia vida”, acotó finalmente.
Entre las víctimas de suicidio que se contaron en junio figuran: Eliézer Rojas Serrano, de 48 años; Ricardo Cedeño, de 40 años; Antonio Bermúdez, de 38 años; María Hernández, de 60 años; Vanessa Sánchez, de 17 años; Daniel Antonio Castillo, de 35 años de edad, y más recientemente, Julio Hernández, de 78 años de edad.
Miriam Bustos