Al menos cuatro efectivos heridos, pertenecientes a la Armada venezolana, fueron trasladados el Hospital Militar de San Cristóbal, entre el sábado y este lunes, como consecuencia de la emboscada de la que fueron víctimas el pasado viernes, por parte de grupos irregulares que operan en el estado Apure.

Una fuente ligada al Hospital Militar indicó que todos presentan balazos en piernas y brazos; uno de ellos, un teniente de Fragata, debió ser intervenido el sábado en la tarde, una vez le diagnosticaron que tenía perforado un pulmón.

Este último fue ingresado el sábado en la mañana, procedente de Guasdualito; mientras que los demás, el lunes en la mañana. Todos estarían estables, pero bajo observación facultativa.

La misma fuente dijo que, supuestamente, tras el sorpresivo ataque del que fueron objeto el viernes, en la tarde, unos 38 ocupantes de dos helicópteros militares que aterrizaron en el sector La Capilla, municipio Páez del estado Apure, los militares sobrevivientes debieron dispersarse en busca de refugio, dejando atrás a compañeros muertos y mal heridos.

Algunos de ellos caminaron hasta por tres días, recibiendo contado apoyo de civiles en el camino que los llevó hasta el comando militar de Apure, donde los auxiliaron, estabilizaron y desde el cual los trasladaron por vía aérea al hospital sancristobalense, indicó la fuente.

Sobre la cantidad de militares fallecidos, no hay precisión, en este punto existen distintas cifras, pero los que lograron sobrevivir y están en buen resguardo habrían manifestado que al momento de ser atacados, desde tres frentes distintos, al menos cuatro de sus compañeros fallecieron en el acto.

Sin embargo, se especula que el número podría ser mayor, considerando que la operación de rescate no se efectuó de manera inmediata.

El sábado, producto de otras dos emboscadas por parte de los irregulares, en el mismo sector La Capilla, una embarcación militar fue blanco de un presunto francotirador, que hirió en el abdomen al sargento mayor de tercera Luis Mago, quien fungía como operador de armas colectivas y fue atendido inicialmente en Guadualito; en la segunda emboscada, a otro pelotón fluvial, se originó un cerrado enfrentamiento, sin bajas que lamentar. 

Miriam Bustos